Argentina no pudo

En el inicio del encuentro, Argentina presionó arriba pero, preso de los nervios, abusó del pelotazo. A los 4 minutos, el árbitro le anuló  un gol a Cavallaro por una supuesta mano. El jugador había bajado bien la pelota en el área y su remate había entrado a pesar de que su remate había sido mordido.

De todas maneras se trató sólo de un oasis en medio del desierto. El equipo sólo se aproximó a fuerza de buenas intenciones pero sin claridad.
Y si Argentina ya debía luchar contra sus propios miedos, Bejerano metió un derechazo cruzado que sacudió al equipo de Trobbiani. A partir de allí, los nervios se multiplicaron. El equipo se colmó de imprecisiones y desperdició oportunidades insólitas. En la segunda mitad, el equipo local encontró rápidamente el empate. Un cabezazo abajo y al lado del palo de Melano cuando iban apenas 3 minutos puso la igualdad.

El trámite del partido no cambió demasiado, pero Argentina encontró lo que necesitaba unos minutos más tarde cuando Vietto recibió en el punto del penal y su pontente remate golpeó el travesaño y picó dentro del arco. El gol y el triunfo parcial dejaban a Argentina sin depender de resultados ajenos para clasificar al hexagonal final. Y hasta pudo haber aumentado, pero no supo aprovechar sus chances (incluidos dos remares en los palos de Vietto y Alan Ruiz).