continúan las protestas. 

Estados Unidos: discriminación racial y violencia policial

Continúan las protestas en Estados Unidos. Eugenia Mitchelstein explica las claves para entender la historia de violencia y discriminación racial en ese país.
Por  Andrea Miranda

La muerte de George Floyd, asfixiado a plena luz del día en Minneapolis por un policía que se arrodilló sobre su cuello durante varios minutos, fue el desencadenante de una nueva ola de violencia en las calles de Estados Unidos. Las protestas en diferentes ciudades americanas se repiten desde hace ocho días y muchas veces han desembocado en duros enfrentamientos entre la policía y manifestantes que reclaman el fin de la discriminación racial.

La violencia en diferentes ciudades ha ido en escalada en los últimos días, algo que ya ocurrió antes en manifestaciones en Estados Unidos. Pero lo que no pasó nunca fue la decisión del presidente, Donald Trump, de anunciar que sacará el ejército a controlar las protestas, aun sin pedido de los gobernadores. Esto es justamente lo que explica Eugenia Mitchelstein, docente de la Universidad de San Andrés y coordinadora de la cátedra de Estados Unidos de esa casa de estudios, en una entrevista con Canal 4.

"Hay una historia de protestas violentas en Estados Unidos al menos desde la década de 1960. En 1968 en la ciudad de Chicago, frente a la Convención Demócrata, hubo una protesta por el movimiento estudiantil y de la comunidad afroamericana muy fuerte. En 1992 volvieron a ocurrir protestas muy fuertes en Los Angeles, cuando salió en video la grabación de la brutal golpiza de unos policías a un hombre afroamericano. Y más cerca en el tiempo, en 2014, se popularizó Black Lives Matter (Las vidas negras importan) cuando mataron al adolescente afroamericano Trevor Martin, y a dos hombres en Nueva York y en Missouri, donde hubo fuerte saqueos", relata Mitchelstein y sigue: "Así que no es la primera vez que hay protestas violentas en Estados Unidos pero sí es la primera vez que el presidente de Estados Unidos amenaza con mandar a las fuerzas armadas a controlar las protestas".

En 1992 a las protestas de Los Angeles sí llegaron los marines pero fue a pedido del gobernador de California, resalta la docente. En esa ocasión, los militares lograron pacificar las manifestaciones porque, al no ser parte de la policía estadual, los manifestantes no los trataban de la misma manera. Con lo que ahora amenaza Trump, dice, es con federalizar la fuerza nacional o mandar las fuerzas armadas, lo pida o no el gobernador o la gobernadora de cada estado. Una intrusión impensada para un país con el federalismo estadounidense.

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Historia de discriminación violenta

Mitchelstein recuerda que Estados Unidos tiene una historia de violencia contra los afroamericanos de larguísima data. En primer lugar, repasa, "desde la esclavitud - fue uno de los últimos países en occidente en abolirla en 1865, después de una guerra civil que duró cinco años y fue de las más sangrientas del siglo XIX". Y luego, sigue, desde ese momento hasta la década de 1960 cuando llego la presidencia de Lyndon Johnson, tras la muerte de John F. Kennedy. "Los afroamericanos no tenían derechos civiles: no podían votar, no podían sentarse en los mismo restaurantes que los blancos, no podían viajar en los mismos lugares de los colectivos, no podían ir a las mismas escuelas. Recién en 1954 las escuelas fueron obligadas a integrarse y recién en la década del '60 pudieron votar", señala.

Más allá de estas cuestiones legales - continúa Mitchelstein - la discriminación hacia los afroamericanos siguió durante mucho tiempo y continúa hoy, aunque "de una manera no necesariamente explícita". Y pone ejemplos: "Les salían mucho más caras las hipotecas, los contrataban menos en los trabajos y, todavía hoy, las apps de localización discriminan: si tenés un Airbnb o un restaurante en un barrio predominantemente afroamericano va a estar menos recomendado por ser zonas que califican como inseguras. Hasta hace muy poco tiempo hubo discriminación legal, institucional y hoy sigue habiendo discriminación, por ejemplo, a través de los algoritmos".

Violencia, represión policial y más muertes

Así como la discriminación en Estados Unidos viene casi con el origen de su historia, la represión violenta en contra de las comunidades afroamericanas también tiene larga data. "No es nueva la violencia, no es nueva la represión policial, siguen muriendo afroamericanos, sobre todo jóvenes, a manos de la policía", destaca Mitchelstein y eso, suma, sin contar que los afroamericanos comprenden la enorme mayoría de la población carcelaria de Estados Unidos aunque no sean ni remotamente la mayoría de la población.

Y aunque los asesinatos de afroamericanos en manos de la policía no son novedad, las instituciones policiales niegan que exista una discriminación sistemática por parte de la fuerza. Mitchelstein explica que, según la policía del estado de Minnesota, la muerte de Floyd en este caso, no es algo generalizado, sino que se debe a lo que ellos llaman bad apples (malas manzanas) para decir que el hecho de que haya algún policía violento no significa que todos ellos sean prejuiciosos. Sin embargo, agrega, "quienes defienden los derechos de los afroamericanos dicen que justamente se trata de algo sistemático, porque en muy rara ocasión la policía actúa de la misma manera cuando a quienes detienen son blancos".

En este sentido, la docente concluye sobre el punto: "No tengo ahora elementos para decir que es algo sistemático porque la policía de todos los estados lo niega y dice que de ninguna manera hay una discriminación estructural hacia los afroamericanos; pero de todas maneras lo que sé es que habitualmente terminan muertos cuando son detenidos o están bajo custodia policial".

Discriminación racial y protestas en Estados Unidos.

Violencia racial, política y elecciones

Las protestas en contra de la discriminación racial encuentran a Trump en el comienzo de la campaña presidencial por la reelección y muchas de las consignas apuntan directamente al presidente, a causa de los comentarios racistas y discriminatorios que ha vertido en no pocas ocasiones y de su tendencias de derecha. Sin embargo, ni esta crisis ni la del coronavirus son todavía determinantes de los resultados de las elecciones, que serán en noviembre.

"Hasta ese momento pueden pasar un montón de cosas, sobre todo falta agosto con las convenciones demócrata y republicana donde se supone que se definen los candidatos, aunque ya está definidos y van a ser (Joe) Biden (fue el vicepresidente de Barack Obama) y Trump", indica Mitchelstein y observa: "No se sabe si Trump está amenazando o si realmente va a mandar a las fuerzas armadas estadounidenses aunque no lo pidan los gobernadores. Primero hay que ver si hace el envío y, si eso llega a suceder, si eso hace peor el enfrentamiento o si los militares logran pacificar aunque sea temporalmente las protestas. Recién ahí podremos medir las consecuencias electorales de esta decisión".

Con respecto al panorama electoral para noviembre, Mitchelstein también destaca la variedad de la sociedad estadounidense e indica que nunca será lo mismo Nueva York o San Francisco que Mississippi o Alabama. En este punto, recuerda que para muchas personas de izquierda, de centro izquierda y del partido demócrata, el gobierno de Obama fue una decepción y que el movimiento Black Lives Matter nació precisamente durante su presidencia, entre 2013 y 2014, tras asesinatos de jóvenes afroamericanos que no terminaron con medidas muy definitivas ni extremas para cerrar el problema. Explica que mucha de esa gente eligió no votar en las elecciones de 2016 y que eso fue, en parte, lo que llevó a Trump a la victoria.

"Hay que ver si las protestas modifican el escenario y si Biden - es un candidato blanco, de la costa este, bastante mayor en edad - logra entusiasmar a estos sectores para ir a votar y que así Trump pierda las elecciones", señala Mitchelstein sin dejar de resaltar que también puede ocurrir que esa gente igual se sienta decepcionada con el partido y con la elección de un candidato distinto de Bernie Sanders, (estaba mucho más la izquierda de Trump y resignó su cantidatura por Biden) elija no ir a votar y que así Trump vuelva a ganar las elecciones.

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