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SUSCRIBITEUn rincón lleno de encanto, naturaleza y tradición que te invita a desconectar de la rutina en Tucumán.
Villa Batiruana, Tucumán.
Villa Batiruana, un pequeño pueblo rodeado de montañas y selva, se encuentra a solo tres horas de Santiago del Estero y 125 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Este destino es ideal para quienes buscan tranquilidad, contacto con la naturaleza y una experiencia diferente, lejos de las multitudes.
Para arribar a este rincón de paz, es necesario tomar la Ruta Nacional 38 desde San Miguel de Tucumán hasta el departamento Juan Bautista Alberdi. Luego, se debe continuar por la Ruta Escaba y, al llegar al final del tramo asfaltado, seguir un camino de tierra que conduce hacia las montañas. Aunque parte del trayecto presenta fisuras y baches, el esfuerzo vale la pena.
Villa Batiruana ofrece paisajes únicos. Una de las actividades más populares es la caminata por el "bosque energético", ideal para principiantes debido a su baja dificultad. Además, el río Marapa con sus cascadas y piletas naturales es perfecto para quienes desean refrescarse en aguas cristalinas rodeados de un entorno prístino. Las vistas desde el pueblo también son espectaculares y se pueden disfrutar durante todo el recorrido.
También destaca por su oferta cultural y gastronómica. Los fines de semana, especialmente durante la temporada alta, se realizan espectáculos folklóricos que reflejan la tradición de la región. Los restaurantes locales reciben elogios por sus platos típicos, que deleitan a los visitantes con sabores únicos.
Para los amantes de la aventura, Villa Batiruana ofrece actividades como senderismo y exploración de la selva. Además, el pueblo cuenta con opciones de alojamiento cómodas y accesibles, ideales para quienes buscan relajarse. Una de las joyas del lugar es la Estación Biológica Batiruana, donde profesionales del Conicet y la Fundación Miguel Lillo realizan investigaciones sobre flora y fauna. Este espacio también organiza cursos y recibe estudiantes interesados en conocer más sobre el medioambiente.
A pesar de sus atractivos, Villa Batiruana no es un destino masivo debido a su limitada accesibilidad. De los 25 kilómetros que componen el camino final, solo 13,5 están asfaltados, mientras que el resto es de ripio. La falta de señalización y el estado de la ruta dificultan el paso de los autos, pero quienes llegan coinciden en que la experiencia lo compensa.
Gracias a un proyecto conjunto entre la Comuna de Yánima, el Ente Tucumán Turismo y emprendedores locales, Villa Batiruana está recuperando su protagonismo como destino turístico. Este esfuerzo busca posicionar al pueblo en el mapa y atraer a más visitantes para disfrutar de su magia.
Villa Batiruana es mucho más que un destino turístico: es un refugio para desconectarse, sumergirse en la naturaleza y conocer una comunidad que conserva intactas sus tradiciones. Si estás buscando un lugar diferente para tu próxima escapada, este rincón escondido en Tucumán podría ser tu mejor opción.
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