El abogado de Castro anunció que en los próximos días hará una conferencia de prensa para que hable la víctima. Aunque advirtió que su estado psicológico es complicado puesto que tanto ella, como su madre y su hijo necesitan terapia familiar.
Pedirán la pena máxima contra Pablo Mamaní Luzcubir
Así lo confirmó Rubén Farfán, defensa técnica de Romina Castro, la mujer que fue baleada en su casa en Cuyaya el pasado 20 de septiembre y que obtuvo el alta la semana pasada. Tras varios días prófugo, el atacante se entregó. Ahora la Justicia avanza en la investigación de la causa tras las declaraciones de ambos.
En su declaración ante la Justicia Romina habría relatado que ese viernes pasadas las 20 regresaba a su casa y dejó a su nena de tres años en la casa de su madre, que vive en un piso más abajo, y se dispuso a ir a guardar el auto en la cochera. Al momento se percata que su celular se había quedado sin batería e ingresa a su departamento para cargarlo y salir dejando la puerta entreabierta, momento que es aprovechado por Pablo Mamaní Luzcubir para ingresar.
A un metro y medio de distancia con un revolver pequeño de caño fino le dispara diciéndole “Contale a tu familia” el primer impacto le roza la mejilla, ella sale hacia la puerta le asesta el segundo disparo en el brazo derecho provocándole una herida porque la bala también la raspa. Ese impacto la tira, cuando está llegando a la puerta recibe dos impactos más: uno en el pulmón otro en el músculo de la espalda. Ella baja a la casa de su madre y él le seguía disparando.
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La madre al verla mal herida comienza a gritar y a pedir ayuda, llega la Policía, después el SAME, la llevan en silla de ruedas al hospital Pablo Soria de urgencia.
El abogado también alega que hay vecinas que declararon que se cruzaron con el agresor y éste tenía el revólver en la mano. También habrían indicado que días antes estuvo rondando la casa violando la perimetral. “No encontraron los plomos, aparentemente, tuvo tiempo para limpiar la escena del crimen de pruebas que puedan incriminarlo” dijo Farfán.
Además se supo -según el abogado de Castro- que Luzcubir “llamó a una hermana de Romina que vive en Buenos Aires para avisarle que había muerto. E incluso llamó a la casa de la madre de Romina preguntando si ya había muerto. Estamos frente a un personaje de crueldad inhumana que actuó con total alevosía”.
La imputación contra Mamaní Luzcubir es “homicidio en grado de tentativa agravado por la condición de la víctima y violencia de género, con una pena que va de 8 a 25 años y podría corresponderle reclusión perpetua, vamos a actuar como querellantes adhesivos para tratar que se le aplique la máxima pena” concluyó el letrado.
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