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SUSCRIBITE Los productos de cannabis se han popularizado entre los pacientes y las familias para la gestión de los síntomas.
Un reciente examen de las investigaciones descubrió que no se disponen de pruebas suficientes para establecer la cantidad, seguridad y eficacia de la marihuana medicinal o los productos derivados del cannabis para manejar los síntomas del cáncer que algunos niños enfrentan.
"Resultó difícil medir un beneficio en los distintos estudios, dada la variedad de resultados y diseños de estudio distintos. Pero, en los estudios de intervenciones con grupos de control activos, los cannabinoides tuvieron un mejor rendimiento en el control de la náuseas y los vómitos. Faltan datos sobre los efectos de los cannabinoides en el dolor, el estado de ánimo, el sueño y la calidad de vida relacionada con la salud", apuntó la autora principal del estudio, Lauren Kelly, profesora asociada de farmacología y terapias de la Universidad de Manitoba en Winnipeg, Canadá.
"Dado que algunos niños reportan beneficios y algunos niños experimentan eventos adversos, es esencial que se realicen unos estudios más rigurosos que evalúen los efectos de los cannabinoides en los niños con cáncer, y que estos se compartan con los padres, los pacientes y la comunidad de la atención de la salud", agregó.
A pesar de los avances en los tratamientos contra los tipos de cáncer que afectan a los niños, todavía hay muchos pequeños que experimentan dolor, ansiedad y pérdida de peso debido a la enfermedad y los procedimientos médicos.
Los productos derivados del cannabis han ganado popularidad entre los pacientes y sus familias como un enfoque para manejar los síntomas. Sin embargo, los médicos especializados en oncología pediátrica son cautelosos al considerar la aprobación de la utilización de cannabis en sus pacientes debido a la falta de información confiable.
Un equipo de científicos encontró y examinó 19 investigaciones individuales, las cuales involucraron a 1,927 pacientes que padecían cáncer. Estas investigaciones englobaron ensayos clínicos aleatorizados y controlados, así como estudios de observación en los que los participantes eran conscientes de qué tratamiento estaban recibiendo. También se incluyeron análisis retrospectivos de historiales médicos y relatos de casos específicos.
Dentro de estas investigaciones, los científicos analizaron los cannabinoides de calidad médica, los cuales englobaron la nabilona, un fármaco con prescripción médica; los cannabinoides de síntesis; y los extractos naturales de cannabis sin identificar. La finalidad más frecuente para la utilización de estos productos fue controlar las náuseas y los vómitos generados por la quimioterapia.
En los estudios de tipo aleatorio, los individuos que emplearon cannabinoides presentaron una mayor predisposición a experimentar cansancio, sensación de alteración, vértigo y sequedad en la boca. Además, tenían casi cuatro veces más posibilidades de abandonar el estudio debido a los efectos negativos, en comparación con el grupo de referencia que recibió un placebo inerte.
Los análisis no registraron ningún incidente negativo grave vinculado al cannabis, como señaló el equipo investigador. Los descubrimientos fueron divulgados en la versión online de la revista CANCER, perteneciente a la Sociedad Americana contra el Cáncer. Los expertos deberían establecer normativas para comunicar las exposiciones al cannabis, los impactos relacionados con el cannabis y los resultados en los pacientes, sugirió Kelly en una declaración de prensa de la revista.
Un estudio centrado en los cannabinoides comenzará a reclutar a 60 participantes para un ensayo de tolerancia durante el próximo invierno.
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