Pase sanitario. 

Francia pide carnet de vacunación en actividades culturales

Exige certificado de inmunización para entrar a actividades con más de 50 personas. Francia enfrenta un fuerte movimiento antivacunas.

A partir de esta semana, las personas que deseen ir al cine, museos, a la cancha u otros lugares culturales en toda Francia deberán presentar un carnet que certifique la vacunación contra el Covid-19, en medio de un repunte fuerte de los casos por la altamente transmisible variante Delta.

El llamado ‘pass sanitaire’ o pase sanitario comenzó a ser requerido para todos los eventos o lugares con más de 50 personas a partir de la medianoche de ayer, antes de extenderse a restaurantes, cafés y centros comerciales en agosto, anunció el presidente Emmanuel Macron en un discurso televisado la semana pasada.

Sin embargo, una vez dentro del lugar, las personas pueden quitarse los barbijos, que seguirán siendo necesarios dentro de los negocios o en el transporte público.

Los barbijos son otra vez obligatorios al aire libre en varios lugares del país, como el departamento de Pirineos Orientales del sur, vecino de España, así como en gran parte del departamento de Charente-Maritime occidental cerca de Burdeos, un lugar turístico popular, donde el número de casos está aumentando.

El ministro de Salud, Olivier Véran, advirtió el martes 20 de julio sobre un aumento sin precedentes de casos de Covid-19 debido a la variante Delta, luego de registrar un pico de 18.000 casos en 24 horas.

“Eso significa que tenemos un aumento en la propagación del virus de alrededor del 150% en la última semana: nunca hemos visto eso”, dijo Véran al parlamento cuando comenzó el debate sobre las reglas más estrictas destinadas a alentar la campaña de vacunación

El pase Covid-19 inicial se implementó por decreto, mientras que los legisladores votarán sobre su extensión a restaurantes y trenes o aviones para viajes de larga distancia. A partir de septiembre, también serán obligatorias las vacunas para quienes trabajen en hogares de ancianos y de atención médica. Muchos de esos empleados han sido particularmente reacios a vacunarse.

Francia además tiene un fuerte movimiento de antivacunas, que el pasado sábado juntaron más de 100.000 personas en una protesta contra el pase sanitario, denunciando una “dictadura” que discriminaría a quienes se oponen a la vacuna.

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