Las mascotas son muy diferentes entre ellas. Si alguna vez has intentado compartir un dulce con tu gato y has notado su total indiferencia, hay una razón científica detrás de ello. A diferencia de los humanos y muchos otros mamíferos, los gatos carecen de la capacidad para saborear lo dulce. Este fenómeno ha sido objeto de diversas investigaciones y aquí te explicamos el porqué.
Mascotas: ¿Sabías que los gatos no pueden saborear lo dulce?
Mascotas: ¿Sabías que los gatos no pueden saborear lo dulce?
La ciencia detrás del paladar felino
Los receptores del gusto son proteínas ubicadas en las papilas gustativas de la lengua que permiten identificar distintos sabores. En el caso de los gatos, la clave se encuentra en el receptor del dulzor, conocido como TAS1R2 y TAS1R3. En los felinos, el gen responsable de producir TAS1R2 está inactivo, lo que significa que no pueden percibir los sabores dulces como los humanos o los perros.
Según un estudio publicado en la revista PLOS Genetics, esta mutación genética impide que los gatos disfruten de los azúcares, algo que sí ocurre con otros carnívoros ocasionales o animales omnívoros.
Una dieta adaptada a su naturaleza carnívora
Los gatos son carnívoros obligados, lo que significa que su dieta está basada en proteínas animales. A diferencia de los humanos, que han evolucionado para aprovechar distintos tipos de alimentos, los gatos han desarrollado un sistema digestivo optimizado para obtener energía de las proteínas y grasas, no de los carbohidratos o azúcares. Por lo tanto, la falta de interés por lo dulce es simplemente una adaptación evolutiva a su alimentación.
¿Pueden los gatos comer alimentos azucarados?
Aunque un gato no pueda saborear lo dulce, algunos pueden sentirse atraídos por la textura o el aroma de ciertos alimentos que contienen azúcar, como el yogur o el helado. Sin embargo, el consumo excesivo de azúcares y carbohidratos puede ser perjudicial para su salud, ya que su metabolismo no está diseñado para procesarlos de manera eficiente. Esto puede derivar en problemas como obesidad, diabetes y trastornos digestivos.
Conclusión
La incapacidad de los gatos para saborear lo dulce es un claro ejemplo de cómo la evolución adapta a cada especie a su entorno y necesidades alimenticias. Aunque para los humanos los dulces son un placer irresistible, para los gatos simplemente no tienen sentido. Así que la próxima vez que tu gato ignore un postre, sabrás que no es por capricho, sino porque su organismo no está diseñado para disfrutarlo.
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