Cuando Menem y Cavallo establecieron la convertibilidad, muchos espiritistas transmitieron el mensaje de Perón. "Me estoy revolcando en mi tumba", habría anunciado el General. Con este antecedente, resulta fácil imaginar cuál sería su exclamación si pudiera enterarse de la ocurrencia de unos emprendedores argentinos: bautizar con su nombre a una criptomoneda atada al valor del dólar. El Peronio, que así se llama, es más yanqui que marxista y es el nuevo invento de la economía nacional.
El Peronio: unos argentinos lanzan la criptomoneda popular
Esta criptomoneda tiene un valor estable (o sea, es una stablecoin) respaldado por dólares digitales (USDC), los que a su vez tienen respaldo en dólares físicos. La cotización inicial del Peronio es 1,25 por cada peso común y corriente, pero después de ese valor nominal viene lo que sus creadores más promocionan. "Cada Peronio -explican- se apreciará contra el peso al tener respaldo en el dólar (a cotización blue)".
Y el Peronio es tan políticamente soberano, económicamente independiente y socialmente justo que también se apreciará contra el dólar: según sus promotores, los USDC que lo respaldan se depositan en bóvedas que, a su vez, otorgan ¡15 % de interés anual en dólares!
Nadie puede cambiar las reglas del juego
Como sucede con cualquier moneda basada en una blockchain, ninguna persona puede intervenir directamente en ella para modificar las normas que la rigen o su valor. "Las condiciones -dicen los creadores- están dadas desde el inicio y no pueden alterarse". Así, el Peronio no depende de ninguna institución bancaria y es imposible bloquearlo, censurarlo o incautarlo.
Además, está libre de comisiones e impuestos. Otro punto importante en este sentido es que la criptomoneda peronista no requiere un plazo fijo (staking bloqueado, en el lenguaje de los criptoinversores), por lo que puede retirarse y quedar a disposición en cualquier momento.
Hasta ahora, las criptomonedas son una de las invenciones de la economía más ajenas a la intervención estatal. Como, según los médiums peronistas, sucedió en la época de Menem y Cavallo, ahora también quizá Perón esté revolcándose en la tumba. O tal vez no. Los tiempos cambian. El peronismo también.
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