La OPS advierte sobre un alto riesgo de transmisión de una infección con síntomas similares al dengue en las Américas debido al aumento de casos.
Se trata de una infección con manifestaciones similares al dengue.
El virus Oropouche fue detectado por primera vez en 1955. Su origen se rastrea a partir del suero de obreros agrícolas que vivían en proximidad al río Oropouche, en Trinidad y Tobago. Posteriormente, se produjeron varios episodios de brotes en Brasil a finales del siglo XX. En la actualidad, se está expandiendo por las Américas.
Se están observando un aumento en los casos de fiebre Oropouche en localidades donde el virus ya estaba presente. Además, se ha registrado un avance hacia regiones de las Américas que previamente no habían reportado casos, según alertó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Este año se ha documentado el primer informe de decesos vinculados a la infección por Oropouche. La agencia sanitaria, con sede en Washington DC, Estados Unidos, ha señalado la identificación de “casos de transmisión vertical relacionados con muertes fetales y microcefalia en recién nacidos”.
Considerando el panorama epidemiológico, la OPS hizo una advertencia sobre el avance de la difusión del virus: “La verdadera trayectoria es desconocida”. Por eso, el nivel de riesgo para la Región de las Américas pasó a ser “alto” este mes. Aclararon que se basa en “la información actual disponible, con un nivel moderado de confianza y por extrema precaución”. Hoy no hay vacuna ni un tratamiento específico para la infección.
La doctora Paula Bergero, experta en modelos matemáticos y enfermedades infecciosas en el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas, Teóricas y Aplicadas (INIFTA), afiliado al Conicet y a la Universidad Nacional de La Plata, declaró: “El riesgo es alto, y se trata de una enfermedad que está poco estudiada. Me preocupa que sea como el dengue. Antes de 2009, el dengue era algo muy esporádico en ciudades como Buenos Aires. Sin embargo, ahora está instalado y se reportan casos todos los años”.
El virus puede propagarse a través de la picadura de varios tipos de insectos. Después de picar a una persona o animal infectado, el insecto tiene la capacidad de transmitir el virus a un individuo que aún no esté infectado. La transmisión de persona a persona no ocurre.
El género de mosquito conocido como jején se encuentra desde América del Norte hasta América Central, abarca el Caribe y se extiende hasta Argentina y Uruguay. “Su presencia es abundante en los meses cálidos y lluviosos”, según informó el Ministerio de Salud de la Nación de la Argentina en su página web.
El virus sigue dos patrones de transmisión. Uno de estos patrones es el ciclo selvático: en este, los reservorios son animales vertebrados como primates, perezosos y roedores, mientras que los principales vectores son los mosquitos Cx. quinquefasciatus y Aedes serratus, así como el jején Culicoides paraensis.
El otro patrón es el ciclo epidémico urbano, en el cual la infección se propaga principalmente entre humanos y el jején Culicoides paraensis.
Los síntomas incluyen la aparición abrupta de fiebre, dolor cefálico, rigidez articular, y malestares generales. En algunos casos, pueden presentarse sensibilidad a la luz, visión doble, así como náuseas y vómitos persistentes. Estos síntomas pueden durar entre cinco y siete días.
Los síntomas son parecidos a los de otras enfermedades virales como el dengue. En casos poco comunes, pueden surgir complicaciones graves como meningitis aséptica. La recuperación total puede extenderse a lo largo de varias semanas.
No hay un tratamiento específico disponible. Según el Ministerio de Salud de Brasil, el país más afectado este año, se recomienda que los pacientes descansen y reciban tratamiento sintomático junto con seguimiento médico.
Por lo general, la fiebre de Oropouche presenta síntomas leves o moderados, y las personas suelen recuperarse en aproximadamente 7 días. No obstante, se han registrado casos aislados de meningitis aséptica.
Recientemente, Brasil ha informado de 2 fallecimientos vinculados al virus, como parte del brote actual en el país. Estas muertes marcarían los primeros informes de casos fatales relacionados con la enfermedad. Los afectados vivían en zonas con transmisión activa de Oropouche, durante el brote en curso en la región costera sur del estado de Bahía, según la OPS.
Sí, si una persona embarazada contrae el virus, puede transmitirlo al bebé. En 2024, Brasil se convirtió en el primer país en el mundo en confirmar casos de transmisión vertical (de madre a feto) vinculados a la infección por el virus de Oropouche.
“Los casos evolucionaron hacia la muerte fetal y las anomalías congénitas. Sin embargo, aún no es posible establecer la frecuencia con que esto ocurre”, señaló la cartera de Salud de Brasil.
Hasta el 30 de julio, se habían registrado 8,078 casos confirmados de Oropouche en cinco naciones americanas: Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba y Perú.
Se ha constatado transmisión local en diez estados brasileños fuera de la región amazónica, algunos de los cuales no habían reportado casos anteriormente.
Según la doctora Bergero, como estrategias de prevención y preparación, “se debería mejorar la vigilancia, estudiar al jején que puede transmitir el virus Oropouche y también el ciclo silvestre de la infección, que está poco claro. Se debería pensar la enfermedad en el marco del enfoque Una Salud. Porque está ligada a lo que los seres humanos hacemos con el ambiente, igual que ocurre con el dengue, la gripe aviar, la mpox. En el fondo nosotros somos quienes creamos la oportunidad de que las infecciones pasen a los humanos”.
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