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18 de abril de 2022 - 14:38
Medicina.

Descubren que el apéndice sirve para algo en el cuerpo

Las investigaciones más recientes demuestran que al apéndice cumple una función en el cuerpo, al contrario de lo que creía Darwin. Su papel en el intestino.

Durante siglos, el apéndice, ese órgano con forma de cilindro sin salida que mide unos 10 centímetros y está conectado al ciego (la primera porción del intestino grueso), fue un enigma. Jacopo Berengario da Carpi, un médico italiano, publicó el primer estudio sobre el apéndice en su Commentaria, de 1521, y lo describió como una pequeña cavidad vacía. Algunos años antes, Leonardo da Vinci había teorizado que era un lugar para retener el exceso de gas y evitar que el intestino y el colon explotaran durante los episodios de estreñimiento. Y algunos años después, en 1543, Andreas Vesalius utilizó por primera vez la palabra "apéndice".

En 1579, el botánico suizo Caspar Bauhin especuló con que era un receptáculo para las heces del feto, una especie de miniletrina. Más tarde, en el siglo XVIII, el anatomista italiano Giovanni Dominico Santorini creyó que era el hábitat natural para los gusanos intestinales, que debían necesitar "un lugar cálido y tranquilo para vivir".

Pero la primera teoría convincente apareció en El origen del hombre (1871), donde Charles Darwin planteó la hipótesis de que el apéndice en realidad no tenía ninguna función: era un órgano vestigial que había perdido su razón de ser "como consecuencia de cambios en la dieta o los hábitos".

Y la teoría de Darwin fue probablemente la que te enseñaron en la escuela.

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Apéndice. Ilustración del órgano. Los científicos han descubierto que está lejos de ser un pedacito sobrante.

Apéndice. Ilustración del órgano. Los científicos han descubierto que está lejos de ser un pedacito sobrante.

Lejos de ser un pedacito sobrante

Sin embargo, ya a mediados del siglo XX, con el desarrollo de herramientas para observar más de cerca nuestros órganos, la idea de que el apéndice no servía más que para inflamarse y poner en riesgo vidas empezó a disiparse. Y en el siglo XXI los científicos han estado descubriendo que está lejos de ser un pedacito sobrante adosado al intestino, como creía Darwin.

En 2007, un equipo del Duke University Medical Center hizo un gran avance al descubrir que el apéndice tenía una rica biopelícula. Es una capa de bacterias beneficiosas que viven en nuestro intestino y nos ayudan a extraer nutrientes y energía de los alimentos. Además, cuando digieren la fibra, producen ácidos grasos de cadena corta que pueden cruzar al torrente sanguíneo y llegar al cerebro para protegerlo.

Así, entre los investigadores de la Edad Moderna el más visionario parece haber sido Santorini, que había hablado de "un lugar cálido y tranquilo" para que vivieran los gusanos del intestino, porque el misterioso y desdeñado órgano es, según los investigadores de la Duke University, un reservorio de bacterias listas para repoblar el intestino cuando perdemos otras, como en caso de diarrea o consumo de antibióticos.

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Microbioma. Es un ejército de bacterias saludables y diversas que viven en tu apéndice y tus intestinos.

Microbioma. Es un ejército de bacterias saludables y diversas que viven en tu apéndice y tus intestinos.

Eso era algo que Darwin nunca podría haber adivinado, ya que vivió mucho antes de que los científicos reconocieran la existencia del microbioma humano. Pero hay algo más: el apéndice tiene una alta concentración de tejido linfoide asociado al intestino o GALT (por sus siglas en inglés), que ayuda a estimular el sistema inmunológico ante un patógeno invasor. Es decir que, además de ser un lugar de almacenamiento de bacterias, el apéndice está involucrado en comprender cuándo el intestino está amenazado y cómo responder.

Creacionistas al ataque

Seis años más tarde, otro trabajo de la misma universidad encontró que las personas sin un apéndice tendían a tener un mayor riesgo de una infección bacteriana muy desagradable y peligrosa: Clostridium difficile. Pero los científicos también descubrieron algo que los tomó por sorpresa: los anti evolucionistas, los mayores enemigos de Darwin, habían aprovecharon sus investigaciones a su favor.

Sin proponérselo, no solo habían refutado algo dicho por Darwin, sino que había demostrado la falsedad del ejemplo más común citado en los libros de texto como evidencia de la selección natural. Los científicos, afirmaron los creacionistas, habían demostrado que la teoría de la evolución de Darwin era inválida.

En conversación con la BBC, Heather Smith, profesora de Anatomía de la Universidad Midwestern de Arizona, concedió que Darwin estaba equivocado en que el apéndice era vestigial. "Pero eso no significa que estuviera equivocado sobre sus teorías de la selección natural y nuestra comprensión de la adaptación", aclaró.

De hecho, las investigaciones de Smith han demostrado que el apéndice, lejos de socavar la teoría de la evolución de Darwin, de hecho la confirma.

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Sistema digestivo. Una imagen de la parte inferior del aparato encargado de la digestión, que incluye al apéndice.

Sistema digestivo. Una imagen de la parte inferior del aparato encargado de la digestión, que incluye al apéndice.

Un gran árbol genealógico

En 2017, Smith y sus colegas decidieron comparar el apéndice humano con el de 533 especies de mamíferos. Revelando una historia de más de 80 millones de años, construyeron una filogenia de consenso de mamíferos, que es básicamente un gran árbol genealógico. Con él se pueden recopilar datos y mapearlos, lo que permite decir cuántas veces ha evolucionado una característica particular (en este caso, el apéndice). "Determinamos que el apéndice ha evolucionado alrededor de 30 veces diferentes a lo largo de la historia de los mamíferos -transmitió la científica-. Eso implica que cumple una función importante; de lo contrario, no seguiría apareciendo en la evolución".

En los términos de la teoría de Darwin, si un órgano aparece, permanece y no desaparece, entonces tiene que ser útil de alguna manera. Más aún si sucede en varios linajes de mamíferos diferentes. Nuestro apéndice apareció en escena hace entre 32 y 20 millones de años y todavía está ahí. Así que este estudio nos dice que el apéndice está haciendo algo importante, aunque aún no sepamos con precisión qué es.

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Etimología. La palabra

Etimología. La palabra "apéndice" viene del latín appendix, que quiere decir "añadidura".

En el eje intestino-cerebro

Algunas investigaciones de vanguardia demuestran que existe una conexión entre el intestino y el cerebro que es conocida como eje intestino-cerebro. John Cryan, profesor de la Universidad de Cork, le contó a la BBC que una de las áreas más emocionantes en la ciencia del cerebro y la neurología en este momento es la creciente apreciación de los intestinos y la microbiota intestinal en las enfermedades neurodegenerativas. "En ese área -resaltó- la investigación aún es ambigua, pero hay una cosa está clara: no podemos ignorar el apéndice en relación con la señalización cerebral intestinal".

Además, un estudio publicado por investigadores del Inserm y el Museo Francés de Historia Natural e inspirado por el gran árbol genealógico de Smith analizó datos en 258 especies de mamíferos y encontró que la presencia del apéndice se correlaciona con una mayor longevidad.

¿Y si duele?

A pesar de todo esto, hay casos en los que realmente no podemos vivir con el apéndice. Aunque un número creciente de estudios ha encontrado que, en casos de apendicitis no grave, el tratamiento con antibióticos podría ser tan efectivo como la cirugía, esta última es a menudo la única opción segura: un apéndice perforado es una emergencia médica grave que puede matar a las personas, y se debe extirpar un apéndice gravemente dañado o canceroso.

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Enfermedad. En 2019 hubo unos 17,7 millones de casos de apendicitis aguda en el mundo.

Enfermedad. En 2019 hubo unos 17,7 millones de casos de apendicitis aguda en el mundo.

No sólo está comprobado que podemos vivir una vida plena y feliz sin él, sino que nada de esto significa que una apendicectomía realizada en un ser humano para tratar la apendicitis tenga un efecto sobre la longevidad. La apendicitis a una edad temprana es claramente beneficiosa porque fortalece la educación del sistema inmunológico y le permite combatir cualquier infección posterior con mayor eficacia. Así que el tratamiento indicado para la apendicitis sigue siendo la apendicectomía.

En todo caso, lo que la historia reciente de este pedacito de nuestra anatomía nos enseña es que el cuerpo humano es extremadamente complejo y aún nos queda mucho por entender.

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