“La cirugía duró alrededor de dos horas, el sangrado se localiza entre el cerebro y la membrana meníngea llamada duramadre, comprimiendo el cerebro. Se eliminó el hematoma, se descomprimió el cerebro y se conservaron sus funciones neurológicas”, detalló el neurocirujano Marcos Stavale.
El jefe de Estado fue entonces trasladado de urgencia a la ciudad de San Pablo, donde pasó por el quirófano para drenarle el hematoma detectado en la cabeza.
El neurocirujano Matías Baldoncini (MN 135985), director del Laboratorio de Neuroanatomía Microquirúrgica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y profesional en el Sanatorio Mater Dei, brindó una explicación sobre los distintos tipos de hemorragias que pueden surgir después de un traumatismo craneal causado por una caída, como sucedió con Lula, o a raíz de otros accidentes o golpes.
Este tipo de hemorragias pueden clasificarse en intracerebrales o extracerebrales, y cada una presenta particularidades y efectos distintos. En cuanto a las hemorragias intracerebrales, Baldoncini comentó que “generalmente generan un deterioro neurológico inmediato en el paciente y se llaman hematomas intracerebrales o ACV hemorrágico”.
Respecto a las hemorragias extracerebrales, como la que sufrió Lula da Silva, detalló que se dividen en dos categorías: “Existe una membrana que recubre el cerebro por fuera que se llama duramadre. Dependiendo de la localización respecto a la duramadre, se pueden clasificar esos hematomas en extradurales, es decir, entre la duramadre y el cráneo, o subdurales, entre la duramadre y el cerebro propiamente dicho”.
Con respecto a los hematomas subdurales, Baldoncini aclaró que estos generalmente se vinculan con trastornos neurológicos que emergen a largo plazo después de un golpe en la cabeza, tal como ocurrió con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Sobre este tipo de lesión, precisó que “se encuentran entre la superficie cerebral y la duramadre. Cuando se produce un traumatismo de cráneo que impacta sobre la superficie ósea del hueso craneal, el cerebro se desplaza internamente, golpea, y alguna de las venas de la superficie cerebral pueden presentar un sangrado, generando un hematoma subdural. Generalmente son causados por sangrados venosos”.
El neurocirujano detalló que “este hematoma subdural, cuando es muy pequeño, no se deteriora neurológicamente al paciente y con el paso del tiempo puede crecer en tamaño y se transforma de un hematoma subdural agudo, es decir, a un hematoma crónico subdural”.
Los hematomas subdurales suelen estar asociados a complicaciones neurológicas que aparecen a largo plazo tras un traumatismo craneal.
¿Qué es una craneotomía y cómo se realizó en el caso de Lula?
El procedimiento al que fue sometido Lula es denominado craneotomía, una cirugía que implica retirar temporalmente una sección del cráneo para acceder al cerebro. En el caso del presidente, la intervención tenía como propósito evacuar el hematoma causado por el impacto que sufrió semanas antes.
Constó de diversas fases cruciales. Después de administrar anestesia general, los cirujanos hicieron una incisión en el cuero cabelludo para extraer el fragmento óseo necesario. Luego, accedieron al cerebro, drenaron el hematoma y, al verificar que no surgieran complicaciones, reposicionaron el hueso utilizando placas y tornillos.
La operación se realizó en la sede de São Paulo del Hospital Sirio-Libanés, una de las entidades médicas más reconocidas de Brasil, y terminó sin incidentes, según el informe médico publicado esta madrugada por el hospital.
Baldoncini explicó que las intervenciones varían en función de la gravedad del hematoma cerebral, y se dividen en dos tipos. “Cuando se indica una cirugía para un hematoma subdural, existen dos tipos de posibilidades quirúrgicas. Realizando uno o dos orificios de trépano en el cráneo, es decir, dos pequeños orificios de diez milímetros de diámetro para abrir la duramadre y drenar el hematoma”. Este procedimiento se realiza en la fase crónica del hematoma, cuando “tiene un contenido líquido. Entonces, con uno o dos orificios, uno puede evacuarlo”.
Los médicos le recomendaron a Lula no viajar en avión después del incidente del 19 de octubre.
En cambio, cuando el hematoma se encuentra en una etapa subaguda, con una consistencia más densa, es imprescindible realizar una craneotomía. Baldoncini detalló que este procedimiento implica hacer “una pequeña ventana a nivel craneal”. “Se retira un fragmento craneal, se abre la duramadre, se drena el hematoma subdural, que insisto, se encuentra entre el cerebro y la duramadre, y se vuelve a cerrar la duramadre nuevamente, y se coloca el hueso nuevamente en su posición”.
Finalmente, destacó que los hematomas subdurales a menudo están vinculados a sangrados en las venas y pueden desarrollarse con el tiempo, lo que explica que los síntomas se manifiesten días o incluso semanas después del trauma inicial.
Por su parte, el neurólogo Alejandro Andersson, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), indicó que el enfoque terapéutico varía según el tamaño y los síntomas del hematoma.
Según detalló Andersson, el hematoma subdural agudo ocurre en las primeras 72 horas tras un traumatismo severo.
“Los hematomas pequeños y asintomáticos pueden manejarse con observación y controles regulares. Sin embargo, los casos sintomáticos requieren drenaje quirúrgico mediante perforaciones en el cráneo (burr holes) o craneotomía para evacuar el hematoma y reducir la presión intracraneal”, detalló Andersson.
“El manejo médico incluye el control de la presión intracraneal, suspensión de anticoagulantes y tratamiento sintomático para el dolor y convulsiones. El pronóstico varía según el tipo de hematoma y la rapidez con la que se trate. Los hematomas agudos tienen un pronóstico reservado, mientras que los crónicos suelen responder bien si se intervienen a tiempo, aunque existe riesgo de recurrencia en un 20% de los casos”, completó el neurólogo.
De acuerdo con la explicación de Andersson, el hematoma subdural agudo se presenta en las primeras 72 horas después de un golpe fuerte, mientras que el subagudo se observa entre el tercer y el decimocuarto día. En cuanto al hematoma crónico, este se forma de manera gradual a lo largo de varias semanas o incluso meses, siendo común en personas mayores debido a la reducción del volumen cerebral y la mayor propensión a sufrir caídas.
Respecto a los síntomas del hematoma subdural agudo, Andersson precisó que incluyen pérdida de conciencia, cefalea severa, vómitos, confusión y hemiparesia.
“Las causas más comunes incluyen traumatismos craneoencefálicos por caídas, accidentes de tránsito o deportes de contacto. Factores de riesgo como el uso de anticoagulantes, trastornos de la coagulación y consumo excesivo de alcohol también predisponen a esta condición”, amplió el experto.
El especialista en neurología destacó que la tasa anual de hematomas subdurales crónicos varía entre 8 y 14 casos por cada 100.000 habitantes, aunque esta cifra se eleva a más de 50 por cada 100.000 en individuos mayores de 70 años.
En cuanto a los signos del hematoma subdural agudo, Andersson indicó que se caracterizan por pérdida de consciencia, dolor de cabeza intenso, náuseas, desorientación y debilidad parcial, mientras que en el crónico, los síntomas más comunes son dolores de cabeza que empeoran con el tiempo, problemas de memoria, desorientación y dificultades para caminar.
La confirmación del diagnóstico se realiza mediante una tomografía computarizada (TC) de la cabeza, y en ciertas situaciones, se recurre a la resonancia magnética (RM) para obtener más información detallada.
Lula fue hospitalizado y operado de urgencia por una hemorragia intracraneal.
Cómo es la recuperación tras una craneotomía
Luego de la cirugía, Lula sigue bajo observación en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde los profesionales de la salud monitorean su progreso de manera constante. De acuerdo con el informe médico emitido durante la madrugada, el mandatario se encuentra en condiciones estables, muestra una buena respuesta al tratamiento y su proceso de recuperación abarca aspectos clave como el control del dolor, la valoración neurológica y la prevención de posibles infecciones en la zona de la incisión.
Asimismo, dependiendo de cómo reaccione su cuerpo, no se descarta la posibilidad de que necesite iniciar un tratamiento de rehabilitación neurológica para recuperar funciones motoras o cognitivas que puedan haberse visto afectadas.
Al ser consultado acerca de los plazos de recuperación después de una cirugía de esta envergadura en un paciente de 79 años, el neurocirujano Baldoncini comentó que “generalmente en hematomas subdurales crónicos, si el paciente tiene buen estado de salud previo suelen cursar sin complicaciones”.
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