“Los lazos de amistad que unen a la Argentina con Brasil son muy fuertes”, dijo Javier Milei. Se izó la bandera brasileña en la embajada argentina en Caracas.
El lunes, el gobierno argentino comunicó oficialmente su postura de desconocer el resultado de las elecciones en Venezuela.
Hoy, el presidente Javier Milei expresó su gratitud hacia el gobierno de Lula Da Silva por defender los intereses de los ciudadanos argentinos en Venezuela, tras la expulsión de la delegación diplomática por parte del régimen chavista. “Los lazos de amistad que unen a la Argentina con Brasil son muy fuertes e históricos”, manifestó el presidente por medio de las redes sociales.
A su vez, sumó: “Hoy el personal diplomático argentino tuvo que abandonar Venezuela como represalia del dictador Maduro por la condena que hicimos del fraude que perpetraron el domingo último. No tengo dudas que pronto reabriremos nuestra Embajada en una Venezuela libre y democrática”.
Con esta acción diplomática, Lula da Silva se comprometió a resguardar a los líderes opositores al régimen de Nicolás Maduro que están asilados en la embajada argentina en Caracas, donde ya ondea la bandera brasileña.
Los refugiados en la residencia incluyen a Pedro Urruchurtu Noselli, Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González, Fernando Martínez, Mottola y Magalí Meda. Estos individuos han estado bajo la protección de la misión diplomática, dirigida hasta hoy por el encargado de Negocios, Andrés Mangiarotti.
El lunes pasado, el gobierno argentino anunció oficialmente su decisión de no reconocer el resultado de las elecciones en Venezuela debido al fraude cometido por Maduro. Desde entonces, el régimen chavista asedió la embajada en Caracas y decidió expulsar a los diplomáticos del país.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, dirigido por Diana Mondino, también expresó su agradecimiento por la "generosidad" de Brasil al atender una solicitud en esta situación crítica, “que se enmarca en los históricos vínculos de amistad entre ambas naciones y la asistencia brindada por Brasil en otras ocasiones”.
Mediante un aviso formal, se detalló: "La custodia de las sedes diplomáticas involucra a los asilados políticos de la oposición venezolana, quienes se encuentran bajo protección en la Residencia argentina en Caracas desde el 20 de marzo pasado y se vieron privados de salir del país junto al personal de la Embajada a causa del incumplimiento del Gobierno de la República Bolivariana de la Convención de Caracas sobre Asilo Diplomático”.
De acuerdo con el comunicado, cuando los diplomáticos argentinos abandonen Venezuela para trasladarse a Lisboa, Portugal, Brasil asumirá la responsabilidad de resguardar las instalaciones de la misión argentina en Caracas. Esto incluye tanto la Embajada como la Residencia Oficial, sus propiedades y documentos, además de velar por los intereses de la misión y de los ciudadanos argentinos presentes en Venezuela.
La expresión de gratitud del presidente argentino hacia su homólogo brasileño ocurre en un contexto de relaciones bilaterales con varios puntos de fricción. De hecho, hace dos semanas, Lula da Silva convocó al embajador en Buenos Aires, Julio Glinterlinck Bitelli, debido a la participación de Milei en la Conferencia de Acción Política Conservadora, donde se encontró con el exmandatario Jair Bolsonaro.
En ese entonces, el mandatario participó en el evento de la derecha, pero decidió no asistir a la cumbre del Mercosur celebrada en Paraguay, lo que generó malestar en el Palacio del Planalto.
“La idea es conversar sobre temas de la relación bilateral, cómo llevarla adelante de la mejor manera posible, con la atención que merece tener”, sostuvo Bitelli en aquel momento, previo a viajar a Brasilia.
“La preocupación es que las diferencias entre los presidentes no perjudiquen la relación. Lula tiene claro que la relación entre los dos países debe continuar siendo importante, independientemente de las diferencias de prioridades y visiones de mundo”, añadió.
Un poco antes, otro punto de fricción surgió a partir de los comentarios de Milei, quien reiteró sus acusaciones de "comunista" y "corrupto" contra su homólogo brasileño. “Las cosas que yo dije encima son ciertas. ¿Cuáles son los problemas? ¿Que le dije corrupto? ¿Y acaso no fue preso por corrupto? ¿Y qué le dije, comunista? ¿Y acaso no es comunista? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad? ¿O estamos tan enfermos de corrección política que a la izquierda no se le puede decir nada, aún cuando sea verdad?”, señaló el primer mandatario argentino en una nota.
La respuesta de Milei fue una reacción a las declaraciones anteriores de Lula, quien, en una entrevista, explicó por qué evitó el contacto con él durante la cumbre del G7 en Italia y no intercambiaron palabras.
“No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Sólo quiero que él pida disculpas. Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para Argentina. No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina”, indicó en aquel momento.
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