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Cáncer de vejiga: el 90% de los casos se vinculan con el tabaquismo

Esta patología oncológica ocupa el décimo lugar en cuanto a casos en el mundo. Conoce los factores de riesgo y como prevenirla.

Por  Redacción de TodoJujuy.com

El cáncer de vejiga es un tipo de cáncer bastante común a nivel mundial, ocupando el décimo lugar en incidencia, con alrededor de 600.000 casos y 200.000 muertes al año, según datos del Observatorio Global de Cáncer (Globocan). En Argentina, se prevé que la tasa de nuevos casos aumente en un 10,3% para el año 2025, alcanzando los 4.176, mientras que el número de defunciones se estima en 1.823, lo que significa un incremento del 11,2%.

El consumo de tabaco es la causa directa del 90% de los casos de cáncer de vejiga, ya sea en fumadores o exfumadores. Los tóxicos y carcinogénicos presentes en el tabaco se inhalan a través del pulmón, pasan al torrente sanguíneo y son eliminados por los riñones. Dado que los carcinógenos se concentran en la vejiga al ser filtrados por el riñón, el órgano está expuesto a una alta concentración de estos elementos, lo que puede derivar en cáncer de vejiga.

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El pasado 5 de mayo se conmemoró el Día Mundial del Cáncer de Vejiga y, en el marco del mes de concientización sobre esta patología, es importante concienciar sobre la importancia de su detección temprana. La Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) destaca que la prevención y el diagnóstico precoz son las mejores herramientas para hacer frente a esta enfermedad, y que la adopción de hábitos de vida saludables, como evitar el consumo de tabaco, seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física de manera regular y respetar las reglas de seguridad en trabajos con exposición a químicos, pueden reducir las posibilidades de contraer cáncer de vejiga.

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Es común desconocer que fumar no solo afecta el sistema respiratorio a través del humo, sino que también contiene múltiples productos carcinógenos que son absorbidos por el cuerpo, dañando seriamente las células que revisten las paredes de la vía urinaria.

Según datos de la OMS relevados en 2020, en Argentina el 24,5% de los adultos fuma, lo que representa una disminución del 28% en comparación con años anteriores. A pesar de ello, Argentina sigue siendo el segundo país de América con mayor promedio de consumo de tabaco por habitante después de Chile (29,2%), y casi duplicando los valores de Brasil (12,8%), Canadá (13%) y México (13,1%). Teniendo en cuenta que el tabaquismo es un factor central en la aparición de esta patología, es importante avanzar con campañas antitabaco como una forma de combatir la enfermedad.

Aunque el tabaquismo es el factor de riesgo más relevante en la aparición del cáncer de vejiga, existen otros factores menos comunes que también pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad. La exposición a ciertos químicos industriales, como los hidrocarburos aromáticos, como la anilina utilizada para teñir telas, puede aumentar el riesgo de cáncer de vejiga. Asimismo, una inflamación crónica y severa de la vejiga, conocida como cistitis, también puede incrementar las probabilidades de desarrollar esta patología. No obstante, es importante destacar que estos factores de riesgo son mucho menos frecuentes que el tabaquismo.

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Es cierto que también existen otros factores de riesgo menos comunes que pueden contribuir al desarrollo de cáncer de vejiga. La exposición a químicos industriales, como los hidrocarburos aromáticos, la irritación crónica de la vejiga y la exposición a radioterapia o ciertos tipos de quimioterapia, pueden dañar las células de la vejiga y aumentar el riesgo de cáncer.

Además, la exposición a altos niveles de arsénico en el agua potable, como ocurre en algunas regiones de Chile, también puede ser un factor de riesgo importante para el cáncer de vejiga.

Por otro lado, algunas investigaciones sugieren una posible conexión entre la infección del virus del papiloma humano (HPV) y el desarrollo de cáncer de vejiga, así como la esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria común en algunas regiones de América Latina y África.

Es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo son menos comunes que el tabaquismo, pero es necesario prestar atención a ellos y tomar medidas preventivas en caso de exposición a ellos.

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Es importante resaltar que existe una leve predisposición al desarrollo de cáncer de vejiga en familiares de primer grado de aquellos ya diagnosticados con esta enfermedad, especialmente si la detección se realiza antes de los 60 años. Además, se ha observado una mayor frecuencia en hombres, dado que está relacionado con factores asociados al sexo y las hormonas masculinas.

La diferencia en la prevalencia de esta enfermedad entre los géneros está relacionada con la anatomía del sistema genitourinario y los hábitos de vida de los hombres en comparación con las mujeres. Debido a estas razones, se puede demorar el diagnóstico en mujeres, lo que podría afectar su pronóstico, según algunos artículos.

Actualmente, no existen exámenes de rutina específicos para detectar el cáncer de vejiga en etapas tempranas, ya que se enfocan en detectar tumores más comunes como los de mama, próstata, colon o pulmón. Por lo tanto, en general, el cáncer de vejiga se descubre cuando el paciente presenta ciertos síntomas o en el contexto de pruebas clínicas por otras razones.

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Aunque el cáncer de vejiga es uno de los tipos de cáncer más comunes, su detección temprana no presenta síntomas específicos aparte de la presencia de sangre en la orina o hematuria. Este signo es altamente sospechoso de la presencia de un pólipo o tumor en la vejiga, especialmente si el paciente es fumador y mayor de 50 años.

Otras señales relacionadas con este tipo de cáncer son la necesidad frecuente de orinar, dolor o ardor al orinar, y pérdida de peso y fatiga. Si durante la consulta médica se detecta algo anormal, se pueden realizar pruebas de laboratorio como análisis de orina y sangre. Si se sospecha cáncer de vejiga, el paciente será derivado a un especialista en urología para realizar una cistoscopia, examen que permite observar el interior de la vejiga urinaria y la uretra. Si se identifican crecimientos en la vejiga, como pólipos, se deberá realizar una biopsia para determinar si se trata de cáncer.

Con base en los resultados del estudio y la biopsia, un equipo multidisciplinario podrá decidir si es necesario iniciar un tratamiento. El tipo de terapia dependerá de la estadificación, que se divide en dos grandes grupos según la extensión y gravedad de la enfermedad tumoral maligna.

El primero es el vinculado con el cáncer de vejiga superficial, que por otra parte no es en verdad superficial, sino que es un pólipo maligno que no invade el músculo de la pared vesical y por lo tanto lo llamamos “no músculo invasivo”, el cual representa , aproximadamente, el 70% de los diagnósticos.

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