Matías Tissera es un jugador que arribó este año de Bulgaria con el fin de ser refuerzo de Huracán, y no tardó en ganarse el cariño de los fanáticos. Con dos tantos en diez encuentros y un rendimiento explosivo desde sus primeras apariciones, tenía todo a su favor para ser uno de los fichajes más destacados del Globo en 2025.
Sin embargo, su presente dio un giro drástico: lleva catorce días detenido en la prisión de Bower, en Córdoba, conocida popularmente como “el penal del infierno”, y todo indica que permanecerá allí, por lo menos, siete días más. Luego de prestar declaración indagatoria esta tarde, la fiscal Silvana Fernández mantuvo su postura: considera que el atacante de 28 años fue el principal responsable de una maniobra extorsiva que, aunque no se concretó, quedó tipificada como tentativa. En consecuencia, no accedió al pedido de la defensa de modificar la calificación legal del expediente.
La presentación de Tissera como nuevo refuerzo del Globo.
El cargo que enfrenta el jugador tiene una pena mínima de 3 años
El cargo que enfrenta contempla una pena mínima de tres años y dos meses, lo que, en caso de una sentencia condenatoria, impediría acceder a la libertad condicional. Por su parte, la estrategia de los abogados apuntaba a una recalificación del hecho como amenazas coactivas, delito que prevé un mínimo de dos años de prisión y abre la posibilidad de transitar el proceso fuera del penal. Ahora, la única alternativa que le resta a Tissera es presentar una nueva solicitud de excarcelación —la primera fue rechazada—, ofreciendo garantías de que permanecerá a disposición de la Justicia y no intentará evadir el proceso.
La presentación formal de ese pedido está prevista recién para el lunes que viene, de acuerdo a lo informado por su representante legal, Allende Posse, lo cual implica que no habrá una decisión judicial antes del martes.
Cuándo sucedió el conflicto que involucra al refuerzo de Huracán
El origen del conflicto se remonta a cuando Tissera, de 28 años, todavía vestía la camiseta del Ludogorets Razgrad en Bulgaria. Antes de radicarse en ese país europeo, el delantero oriundo de Rojas adquirió un lote y entregó diez mil dólares a la empresa Vilahouse, administrada por la familia Ferrara, con el objetivo de que construyeran allí una vivienda prefabricada.
Llegó a jugar diez partidos en el Globo antes de quedar detenido.
“Era para la cuñada”, confirmó su abogado. El problema es que la vivienda nunca se construyó y, ante cada intento de reclamo por parte de Tissera, solo recibía excusas y postergaciones. “Esa firma estafó a más de 600 personas y mi cliente lo único que quería era que le cumplieran con lo pactado o le devolvieran la plata. Una y otra vez charló desde Bulgaria para encontrar soluciones y jamás se las dieron. Por eso contactó a alguna gente para que vaya a pedir ese dinero de su parte y éstos se habrían extralimitado”, dijo Allende Posse. “Es más, Matías no los conoce, los contactó por referencias”, añadió.
El inconveniente radica en la persona a la que recurrió para gestionar ese encargo: un individuo identificado como Luis Suárez, también nacido en Rojas y residente en Tanti desde hace tres años. Suárez es mencionado en el ámbito judicial por estar relacionado con actividades comerciales poco transparentes, especialmente en torno al tráfico de ciertas sustancias, y se lo asocia con entornos delictivos de alta peligrosidad.
Llegó como refuerzo top de Huracán y lleva dos semanas detenido.
Y el modo en que se intentó recuperar la deuda de la familia Ferrara refuerza la hipótesis de los investigadores del caso: de acuerdo con lo que figura en el expediente, Suárez se presentó en la vivienda de los Ferrara acompañado por otras seis personas y, recurriendo a una agresividad extrema, exigió que se le entregaran 20.000 dólares, divididos en cuatro pagos de cinco mil cada uno.
El motivo que implica seriamente a Matías Tissera
¿Y cuál es el motivo por el que Tissera queda seriamente implicado? Porque el Poder Judicial cuenta con registros de llamadas y conversaciones por WhatsApp entre el delantero y las personas que actuaron en su nombre, lo que demuestra que mantenían contacto previo, que existió una coordinación detallada del operativo, y que incluso el propio jugador realizó una llamada telefónica justo mientras se desarrollaba el episodio de intimidación hacia Ferrara.
Esta tarde, Tissera trató de suavizar la situación. Aunque no accedió a responder a las preguntas de la fiscalía, habló acerca de su niñez, su trayectoria, se presentó como una persona de orígenes sencillos y afirmó que su único deseo era que le construyeran la casa para su cuñada. “Hasta que no me muestren todas las pruebas no lo voy a hacer declarar sobre el hecho en sí´”, señaló Allende Posse, quien admitió que el delantero no accionó judicialmente contra la firma Vilahouse por la presunta estafa.
El delantero del Globo está acusado de organizar una extorsión.
El objetivo principal de la defensa era reducir la imputación a amenazas. Sin embargo, esto parece una tarea inviable: de acuerdo con fuentes cercanas al caso, esa posibilidad habría sido viable si la solicitud a los Ferrara se hubiese hecho por el valor que Tissera había adelantado. No obstante, los audios presentados en el expediente muestran que la demanda a los presuntos estafadores era por el doble de esa cifra. Por esta razón, se clasificó el hecho como extorsión, y dado que no se concretó el pago, quedó como un intento fallido. Eso sí, a diferencia de lo que se rumoreó los primeros días, se pudo confirmar que no hubo armas de fuego en la “apretada”.
Dado el panorama actual, parece que la calificación no sufrirá alteraciones. Suárez y los demás arrestados han solicitado recientemente el arresto domiciliario, pero esta opción no está en los planes de Tissera. Él necesita recuperar su libertad para reincorporarse a Huracán. Su abogado gestionará una solicitud de excarcelación, proponiendo el pago de una fianza y comprometiéndose a que Tissera se presente semanalmente en la comisaría de su barrio en Caballito, como garantía de que no hay posibilidad de fuga.
Está alojado en la cárcel cordobesa de Bower.
Una vez que esto ocurra, la fiscalía tomará una decisión. Aunque, debido a su situación financiera, se presume que el delantero podría contar con los recursos para evadir la acción judicial, también consideran que sería altamente improbable que intentara hacerlo, ya que una solicitud de Interpol por fuga y captura le impediría jugar en cualquier parte del mundo. Por lo tanto, las probabilidades de que su solicitud sea aprobada son bastante elevadas.
Matías Tissera llegó este año desde Bulgaria para ser refuerzo de Huracán.
Mientras espera que se resuelva favorablemente, Tissera continuará pasando varios días en el pabellón E del Módulo MD1 en la prisión de Bouwer, apartado de los demás reclusos y conviviendo con personas de diferentes perfiles. “Él está bien en el sentido que está en un lugar medianamente en buenas condiciones. Pero no ve a su esposa ni a su hijo hace dos semanas y aún falta. Yo le digo que lo tome como que lo lesionaron en un partido del torneo y por eso no puede entrenar, pero que ya pronto estará otra vez en una cancha”, cerró Allende Posse. Pero para eso falta. Y, mientras, los únicos partidos que juega son en esa cancha complicada llamada Tribunales.
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