La Virgen del Cerro, también conocida como la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, es un lugar de profunda devoción en Salta. Mucha gente la elige como el punto ideal para escapadas de fin de semana.
Desde 1990, es el escenario de manifestaciones sobrenaturales que se dice están relacionadas con la aparición de la Santísima Virgen a una mujer llamada María Livia. El santuario se encuentra en la cima del Cerro de la Virgen en la capital de Salta.
Cómo llegar a la Virgen del Cerro en Salta
El acceso al santuario es variado, ya que los visitantes pueden llegar a pie, en su propio vehículo, en taxis o remises hasta los estacionamientos habilitados. El sendero de ascenso desde la base del Cerro de la Virgen hasta la cima tiene una longitud de 1372 metros. El descenso completa un recorrido total de 2744 metros. Caminando, el ascenso lleva aproximadamente una hora, mientras que en auto se puede llegar en unos 15 minutos.
El santuario en sí fue construido con piedras y lajas obtenidas del mismo cerro. La mano de obra provino de los propios peregrinos, quienes se ofrecieron como voluntarios de la Virgen para cumplir con su petición de construir un altar desde el cual María Livia pudiera comunicarse con los fieles. Fue en 1990 que, según se relata, la Santísima Virgen se le apareció a María Livia, marcando el comienzo de esta notable historia de fe y devoción.
El santuario está abierto al público todos los días de 8:00 a 18:00 horas, brindando un espacio de oración y reflexión para los visitantes. Sin embargo, es importante destacar que las peregrinaciones son un evento especial que tiene lugar únicamente los sábados.
La Jornada de Oración de los sábados se extiende hasta que el último de los peregrinos que lo desee ha recibido la Oración de Intercesión por parte de María Livia. El horario de ingreso al Santuario de la Virgen del Cerro los sábados es desde las 8:00 de la mañana hasta las 12:00 del mediodía, y no se permite el acceso después de esa hora.
¿Quién es María Livia?
María Livia, la mujer detrás de las manifestaciones sobrenaturales en el Cerro de la Virgen, era una ama de casa que llevaba una vida sencilla y feliz hasta el año 1990. Ella no buscó ni esperó ver a la Virgen. Sin embargo, a partir de ese año, comenzó a experimentar manifestaciones sobrenaturales que la impresionaron profundamente.
Un día, María Livia escuchó una voz interior que le hablaba de manera radiante y celestial, lo que transformó su corazón. Movida por el deseo de compartir esta experiencia y felicidad, lo compartió de manera espontánea con su pequeño círculo familiar, incluyendo padres y hermanos. En ese momento, María Livia nunca imaginó que estas manifestaciones trascenderían la intimidad de su alma, convirtiéndose en un punto central de devoción para muchas personas en Salta y más allá.
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