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SUSCRIBITELa lista completa de los elementos hallados en la vivienda donde habría ocurrido una serie de homicidios. El testimonio del sobrino fue clave para reconstruir la secuencia.
Qué encontraron en la casa de Alto Comedero.
La investigación por la desaparición de cinco hombres en San Salvador de Jujuy tomó un giro escalofriante tras el allanamiento a la casa de Matías Jurado, el principal sospechoso del caso. La propiedad, ubicada en el barrio Alto Comedero, fue escenario de hallazgos que podrían confirmar una serie de crímenes cometidos con un mismo patrón.
Según las autoridades judiciales, en el lugar se encontraron restos óseos, fragmentos de piel humana, ropa manchada con sangre y colchones calcinados, además de herramientas y objetos personales que refuerzan la hipótesis de múltiples homicidios.
Durante la inspección realizada por la Policía de Jujuy y el Ministerio Público de la Acusación, los investigadores hallaron huesos quemados, manchas de sangre y signos de combustión en diferentes sectores de la casa. En el patio, una zona clave para la causa, detectaron tierra removida, una carretilla, una pala y elementos de jardinería.
Según se observa en las fotos, en el lugar había también una olla a presión, una licuadora, varias ollas comunes, cubiertos, recipientes plásticos, guantes, ropa en desorden y calzado sin cordones. Algunos de estos objetos estaban quemados o parcialmente destruidos. En una de las paredes se leían nombres escritos como "Isaias" y "Negro", mientras que un grafiti decía “Cartu Isaias los quiero”.
Además, en la casa se identificó un Gauchito Gil y otro santo, y un cuaderno con escritos.
Entre los elementos más inquietantes, la policía encontró dos machetes, considerados potencialmente utilizados en los crímenes. También se observan pinzas de corte, rollos de alambre, una pequeña parrilla, un rastrillo, una escoba, un balde, y elementos de construcción.
Junto a ello, celulares y otros dispositivos electrónicos fueron incautados para análisis pericial.
La intervención de la justicia se desencadenó tras un relato en Cámara Gesell del sobrino adolescente de Jurado, quien convivía con él en la misma vivienda. El joven aseguró que los viernes su tío solía invitar a hombres adultos —en su mayoría en situación de calle— a su casa con la excusa de tomar alcohol, y que luego ocurrían los homicidios. Describió que los cuerpos eran descuartizados y quemados, y que parte de los restos eran enterrados en el patio o arrojados en basurales cercanos.
Este testimonio resultó clave para la posterior excavación en el domicilio, donde se hallaron los restos óseos, y para los rastrillajes en terrenos baldíos de la zona. La fiscalía también trabaja con muestras de ADN de familiares de desaparecidos, en busca de establecer coincidencias con los restos encontrados.
Las características del lugar, la cantidad y naturaleza de los objetos encontrados y los indicios que apuntan a un modus operandi reiterado, refuerzan la hipótesis de una posible secuencia de crímenes.
Por el momento, Matías Jurado fue imputado por homicidio, aunque el fiscal Guillermo Beller anticipó que podrían sumarse más cargos si las pruebas lo ameritan. Se espera que en los próximos días se amplíe la declaración del sobrino y se tome testimonio a otro familiar menor de edad que también habría estado vinculado al entorno del acusado.
Mientras tanto, el equipo de criminalística y antropólogos forenses continuará relevando el terreno y analizando los restos, con el objetivo de identificar a las víctimas y reconstruir los hechos que conmocionaron a toda la provincia de Jujuy.
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