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3 de abril de 2023 - 07:12
Punta Corral.

Las experiencias de los peregrinos y la fe puesta en la Mamita del Cerro

Kevin llegó desde Buenos Aires para agradecer, María lo hizo por la salud de su hijo, Lina por la dicha de ser mamá y Luis agradece por tener trabajo y salud.

Mariana Lucero
Por  Mariana Lucero

El peregrinar forma parte de la vida espiritual de cada fiel que todos los años se preparan para este viaje, que no es solo interior sino que implica también un sacrificado trasladado físico, ofreciendo el esfuerzo a La Mamita del Cerro para agradecer, para cumplir con promesas, para pedir por alguna dolencia, entre los miles de motivos que movilizan a los fieles.

La Mamita del Cerro, año a año congrega a miles de fieles que con muchísimo esfuerzo y sacrificio, y movilizados por la fe en ella, experimentan el difícil camino hacia Punta Corral. Este año, muchos dejaron sus afectos, su trabajo, su casa, para ir al encuentro con una Virgen Viva. Muchos otros emprendieron la peregrinación en compañía de la familia o de los amigos, con el anhelo de encontrar nuevamente a La Mamita del Cerro o incluso conocerla por primera vez.

Descenso Punta Corral .jpg

La fe en primera persona

Una de la peregrinas, María Guari asegura que el ascenso es “muy movilizados desde el momento en que una toma conciencia de que se me ha dado todo”. En su relato, con la mirada cansada pero feliz de haberlo logrado una vez más, María cuenta que “el año pasado estuvimos complicados con la salud de mi hijo y vengo para dar gracias por el camino del 2022, porque con la fe en ella tuvimos resultados grandiosos y mi bebé hoy está espectacular”. “La subida es con mucha expectativa, para ver si el cuerpo te aguanta. La bajada es más liviana porque una ya cumplió con el objetivo que la trajo hasta aquí, llegas con la misión cumplida” expresó María sobre el sacrificio físico.

Una peregrinación es un llamado a hacerlo con otras personas, un llamado a vivir una travesía de fe donde, en los gestos concretos del otro, podemos ver el amor de la Virgen, como en una mano que se alza para que llegues a la cima, un abrazo, una palabra de aliento, etc., así lo vivió Lina Artunduaga quien realizó la peregrinación con su hija pequeña, para agradecerle a la Virgen la posibilidad de ser mamá.

Después de 11 años estoy volviendo con mi hija, para presentársela a la Virgen y para agradecerle por haberme concedido el deseo de ser madre” contó con los ojos llenos de lágrimas. “Perdí a mi padre, quien me inculcó la devoción por la virgen, por lo que este año fue algo muy emocionante, con muchos sentimientos encontrados” expresó.

Consultada por el sacrificio de subir con una pequeña, aseguró que “Sin duda alguna, sin fe, no subís. Estamos cansadas pero con mucha satisfacción de haber visto a la Mamita del Cerro”.

En un caminar que se emprende como peregrinos y se regresa como hermanos, se comprende que durante el sacrificado asenso cada fiel ha encontrado el amor de La Mamita del Cerro.

Kevin Zalazar llegó desde Buenos Aires para vivir por primera vez el emocionante camino hacia la Virgen de Punta Corral. Impulsado por la costumbre de sus padres y por el agradecimiento infinito por todo lo concedido, se mostró muy movilizado por el objetivo cumplido “No me salen las palabras. No puedo describir lo que se siente y la fe que uno puede ver en las familias, en las personas mayores, en el de al lado que te acompaña y te alienta. Me tiembla todo porque lo que viví fue movilizante”, aseguró. Kevin contó que “es la primera vez que hago la peregrinación. Gracias al apoyo a mi familia y a la fe en la Virgen, que me ayudaron a terminar”, agregando que “vine a agradecer y a pedir por la salud de toda mi familia”.

Kevin Peregrino.jpg

Luis Vázquez es uno de los muchos peregrinos que concluye con la travesía con una clara imagen de cansancio, alegría y lágrimas en los ojos. Al acercarnos expresó “Es la emoción del trayecto recorrido. Nos mueve la fe. Es la confianza y la fe que mueven montañas. Llegamos. Gracias a Dios y a la Virgen, llegamos”.

Luis nos cuenta que tiene a sus hijas divididas entre Jujuy, La Rioja y Francia y que son ellas quien lo movilizaron a cumplir con el trayecto para agradecerle a La Mamita del Cerro “Por sus estudios, por los éxitos y por la vida que tenemos, que nos da”. Con la voz quebrada y la mirada cansada, Luis finalizó asegurando que “Ella -por la Virgen- cuida de mi trabajo y de mi salud”.

Luis Peregrino.jpg

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