En honor a San Francisco Solano y en su día, se realizará un concierto en el predio de la iglesia ubicada en la capital jujeña.
Tomás Lipán.
Este miércoles 24 de julio se conmemora el Día de San Francisco Solano, patrono del Folklore Argentino. En ese marco, en la Basílica San Francisco de la ciudad de San Salvador de Jujuy, entre calles Lavalle y Belgrano, se realizará un espectáculo en su honor.
El evento dará inicio a las 20.30 y el encargado de honrar a este santo y compartir su música con el público, será el reconocido cantor Tomás Lipán.
Este misionero franciscano llevó a cabo una gran tarea evangelizadora en el actual territorio argentino, donde además de comunicarse a través de la música, aprendió varias lenguas nativas, como el toconoté, el quichua o el aimara. También es conocido como el taumaturgo del Nuevo Mundo por sus milagros.
Nació en Montilla, Córdoba (España), el 10 de marzo de 1549, tercer hijo de Mateo Sánchez Solano y de Ana Jiménez. Recibió educación cristiana desde los cuatro años y a los 20 ingresó en el convento franciscano de San Lorenzo, en su pueblo natal. En 1576 fue ordenado sacerdote. Después de ser maestro de novicios y de ejercer en varios conventos de Andalucía, donde fue vicario de coro, pidió ser enviado a América.
Partió hacia el Nuevo Mundo el 3 de marzo de 1589 en el mismo barco donde viajaba el designado virrey del Perú, García Hurtado de Mendoza. Luego de un accidentado viaje, llegó a Lima en 1590. Pero, pronto, debió partir hacia su próximo destino: Tucumán. Acompañado de otros ocho misioneros, realizó la travesía que lo trajo hasta el actual territorio argentino.
Permaneció en el Noroeste durante cinco años. Realizó miles de conversiones, evitó el ataque de los indígenas a la población de Nueva Rioja, hizo brotar milagrosamente el agua en Pozo de Pescado, cerca de Trancas (Tucumán) y también logró que saliera agua dulce en la actual Río Hondo (Santiago del Estero).
En 1595 fue convocado a Lima, para hacerse cargo del Convento de los Descalzos, donde se dedicó a la oración y a la penitencia. En 1602 lo enviaron a Trujillo. Allí, en 1610, predijo el terremoto que devastaría la ciudad ocho años más tarde.
Víctima de una breve enfermedad, murió en el convento de San Francisco de Lima, el 14 de julio de 1610. Ese mismo año comenzaron los trámites para su beatificación, algo que decretó el papa Clemente X en 1675. En tanto, Benedicto XIII lo proclamó santo en 1726. Aunque los franciscanos lo celebran el 24 de julio, en varios países la celebración coincide con la fecha de su paso a la eternidad.
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