El primer lugar al que se recurre ante este tipo de circunstancias es a la policía de la provincia, que comienza a articular la estructura de que se dispone, incluyendo también a organismos nacionales y judiciales. “Una vez recibida la denuncia– señaló el comisario Ramón Castro, a cargo del área de comunicación institucional de la fuerza de seguridad -se da participación al Juzgado de Menores para informar sobre los hechos acontecidos, se emite una circular general que se envía a todas las unidades operativas dentro del territorio provincial, se informa a nuestra oficina de comunicación para extenderla a todos los medios más importantes en la búsqueda con las características del menor o adolescente que se extravió. También participan fuerzas nacionales como Gendarmería y Policía Federal en donde se solicita la pesquisa; se emite una circular general a todas las provincias dando conocimiento del pedido que se realiza”.
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Una tarea que demanda el trabajo de numerosos organismos desde el momento mismo en donde se solicita su requisitoria. Pero no sólo este sector articula las medidas perentorias, otros organismos también tienen una activa participación como la línea 102 y la Dirección Provincial de protección integral de niñez, adolescencia y familia. “Nosotros trabajamos con la familia para ver si existió algún tipo de vulneración de derechos y saber por qué se produce esta fuga de hogar, recalco la Dra. Gabriela Jenks a cargo de este organismo. Tenemos diez llamados por semana, pero en la mayoría de los casos son chicos que vuelven al hogar. Si el caso determina que no hubo vulneración de derechos se cierra”, manifestó.
Por su parte Daniela Elias, responsable de la línea 102 en nuestra provincia, dijo que “nosotros hacemos la orientación a los padres para hacer la denuncia en la policía. Hacemos la intervención cuando el niño está restituido en su casa. Luego de descartar que hubo algún tipo de vulneración de derechos y dependiendo de otras problemáticas que hayan determinado esta decisión, hacemos control y seguimiento o el abordaje técnico de intervención en el grupo familiar”.
Sin dudas, hay un tema que preocupa y son las fugas reiteradas de adolescentes por distintos motivos, cuestión que también debe ser tratado: “desde la línea 102 se hace un seguimiento de 72 horas en donde se intenta motivar al padre que haga las consultas psicológicas correspondientes, ver qué problemas están motivando la fuga o el alejamiento de su casa y se trabaja para compensar lo sucedido”, remarcó.
Muchas instituciones participan de la búsqueda de un niño o un adolescente al momento de informar de su ausencia. Pero la mayoría no tiene la gravedad que se informa en su momento. Entonces es necesaria la concientización de la población de saber utilizar una herramienta importante para el resguardo de la seguridad de nuestro entorno inmediato, para que estos mismos elementos sean empleados en situaciones mucho más complejas y de vulneración de derechos de nuestros niños y adolescentes.
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