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SUSCRIBITEEste fenómeno astronómico será visible después del atardecer, acompañado por un eclipse lunar parcial que se podrá apreciar desde cualquier punto del país.
El ciclo lunar consta de cuatro fases principales: Luna nueva, Cuarto creciente, Luna llena y Cuarto menguante.
La luna llena de septiembre de 2024, llamada Luna de Cosecha, ofrecerá un impresionante evento astronómico que ha maravillado a las personas durante siglos. Asimismo, esa noche será testigo de un eclipse lunar parcial, visible sin necesidad de telescopios desde cualquier lugar del país.
Durante el eclipse, se podrá notar cómo una porción de la luna se oscurece, adquiriendo en ocasiones un matiz rojizo. Este distintivo color surge debido a la refracción de la luz del sol a través de la atmósfera terrestre, lo que se conoce popularmente como "luna de sangre".
La luna llena de septiembre llegará a su punto máximo el 17 de septiembre de 2024 a las 23:34. En Argentina, será el instante en que la luna se alineará con el Sol y la Tierra, reflejando la mayor cantidad de luz solar posible. Los residentes podrán contemplar este fenómeno poco después del crepúsculo, cuando la luna empiece a ascender en el horizonte con un distintivo tono anaranjado. Este efecto es causado por la dispersión de la luz a través de la atmósfera, creando una imagen visualmente atractiva.
Esta noche se podrá observar un eclipse parcial de luna en Argentina. Según informó Time and Date, el evento astronómico comenzará a las 21:41, cuando la sombra de la Tierra empezará a cubrir parcialmente la superficie lunar. El fenómeno alcanzará su mayor intensidad a las 23:44 y se extenderá hasta la madrugada del miércoles 18 de septiembre.
Este tipo de eclipse se produce cuando la Tierra bloquea parcialmente la luz solar que llega a la luna llena, sin llegar a oscurecerla por completo. A diferencia de los eclipses solares, no es necesario ningún equipo especial para contemplarlo, por lo que cualquier persona podrá disfrutarlo a simple vista desde cualquier lugar del país.
Una de las características destacadas de este eclipse es su duración, que se prevé será alrededor de cuatro horas. Esta extensión es bastante inusual, dado que los eclipses lunares suelen durar alrededor de una hora, ofreciendo así un período más amplio para disfrutar del fenómeno.
Este eclipse parcial podrá ser visto no solo en América del Sur, sino también en regiones del Este de América del Norte, Europa y África. Sin embargo, la claridad de la observación dependerá de las condiciones meteorológicas y la ubicación específica.
Aunque la luna llena alcanza su máximo esplendor en un momento preciso, se puede observar como "llena" durante un lapso de cerca de tres días. Este intervalo abarca el día previo, el día del apogeo y el día siguiente. Sin embargo, es importante señalar que su brillo y visibilidad cambian a medida que transita entre las distintas fases. En estos días, es frecuente que la luna se muestre con una iluminación del 98% o superior, proporcionando noches especialmente luminosas.
La denominación de "Luna de la Cosecha" proviene de su cercanía con el equinoccio de otoño en el hemisferio norte. En tiempos pasados, este fenómeno lunar era crucial para los campesinos, pues brindaba luz extra durante las tardes, lo que facilitaba la recolección de los cultivos. Aunque este evento suele ocurrir en septiembre, en algunas ocasiones se extiende a principios de octubre. El nombre resalta su importancia histórica en un momento fundamental para las actividades agrícolas.
Tras la Luna de la Cosecha, el ciclo lunar avanzará con otras lunas llenas, cada una con su propio nombre y significado histórico. En octubre, se presentará la Luna del Cazador, vinculada con la temporada de caza otoñal. En noviembre, veremos la Luna del Castor, que indica el momento de preparar trampas antes de que los ríos se congelen. Finalmente, en diciembre, aparecerá la Luna Fría, denominada así debido al intenso frío característico de este mes.
La luna no solo embellece el firmamento nocturno con su resplandor, sino que también afecta las mareas y ha fascinado a la humanidad desde épocas antiguas. Debido a la ausencia de una atmósfera protectora, la superficie de la luna mantiene las huellas de los impactos de meteoritos, sirviendo como un registro de su ininterrumpida exposición al espacio exterior. Esta relación primitiva y su esplendor siguen siendo motivo de admiración y exploración en la actualidad.
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