El príncipe Carlos, con el príncipe Andrés. (Getty/Pool/Peter Nicholls)
El príncipe Carlos, con el príncipe Andrés. (Getty/Pool/Peter Nicholls)
La decisión del monarca fue categórica y marca un antes y un después en la relación con su hermano menor. Sin embargo, Carlos III permitió que Andrés conserve la medalla del Atlántico Sur, también conocida en el Reino Unido como Falklands Medal, en reconocimiento a su participación como piloto de helicópteros durante la guerra de Malvinas en 1982.
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El honor que no pudo perder Andrés
Andrés, que sirvió en la Marina Real durante 22 años, formó parte de la flota británica enviada al Atlántico Sur durante el conflicto entre Argentina y el Reino Unido. A su regreso, fue recibido como un héroe en la base naval de Portsmouth por la entonces reina Isabel II, quien le entregó una rosa roja en un acto que quedó grabado en la memoria colectiva del Reino Unido.
Pese a las consecuencias políticas y personales del escándalo que lo envuelve, su condición de veterano de guerra le permitió mantener la condecoración militar que reconoce el servicio en combate. Sin embargo, el actual Gobierno laborista trabaja para retirarle también su rango honorífico de vicealmirante, uno de los últimos privilegios que aún conserva dentro del sistema castrense.
príncipe Andrés
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Del escándalo a la caída en desgracia
La trayectoria de Andrés se vio marcada en los últimos años por las acusaciones que lo vincularon con Jeffrey Epstein, el empresario estadounidense acusado de liderar una red internacional de trata y abuso sexual. Aunque el duque negó haber tenido participación directa, su amistad con Epstein y las denuncias públicas en su contra provocaron una crisis sin precedentes dentro de la Casa Real británica.
A raíz de ese episodio, el príncipe fue apartado de la vida institucional, perdió el respaldo de organismos militares y beneficencias reales, y ahora también deberá abandonar la mansión Royal Lodge en Windsor, una propiedad de 30 habitaciones que ocupaba sin pagar renta.
“Ha sido una decisión difícil pero necesaria”, trascendió desde el entorno del Palacio de Buckingham. Con esta medida, el rey Carlos busca restaurar la imagen pública de la monarquía y marcar distancia de los escándalos que afectaron a la institución en los últimos años.
A pesar de haber sido apartado de casi todos los símbolos de la realeza, Andrés conservará un único recordatorio de su pasado militar: la medalla por su participación en la guerra de las Malvinas, un hecho que, paradójicamente, hoy se erige como el último vínculo honorable de un hombre que pasó de ser príncipe a exiliado dentro de su propia familia.
Acusaciones de abuso sexual y relación con Jeffrey Epstein
Las revelaciones sobre la vida privada de Andrew Mountbatten-Windsor se han visto agravadas por las acusaciones de abuso sexual vinculadas a la red de Jeffrey Epstein. Virginia Giuffre, una de las víctimas de Epstein, relató en sus memorias póstumas “Nobody’s Girl” —publicadas seis meses después de su muerte— que fue obligada a mantener relaciones sexuales con Andrew en tres ocasiones, la primera de ellas cuando tenía 17 años. Según extractos difundidos por The Guardian, Giuffre describió cómo Epstein la instruyó para que “sirviera” al entonces duque de York, quien, según ella, actuaba como si tener sexo con ella fuera “su derecho de nacimiento”.
En uno de los encuentros, ocurrido en Londres en 2001, Andrew habría adivinado correctamente la edad de Giuffre y, tras una noche en el club Tramp, ambos regresaron a la casa de Ghislaine Maxwell, donde, según la denunciante, se produjo la agresión sexual. Maxwell, socia y expareja de Epstein, fue condenada en 2022 a 20 años de prisión en Estados Unidos por reclutar menores para la red de explotación sexual.
Giuffre, quien falleció en Australia Occidental el pasado mes de abril, aseguró que Epstein le pagó USD 15.000 por “servir al hombre al que los tabloides llamaban Randy Andy”. Andrew, por su parte, ha negado de forma reiterada todas las acusaciones y evitó un juicio civil en 2022 mediante un acuerdo millonario, sin admitir culpabilidad.
La relación entre Andrew y Epstein, que se suicidó en prisión en 2019 mientras esperaba juicio por tráfico de menores, ha sido objeto de escrutinio público y mediático, y ha dejado la reputación del ex duque “hecha pedazos”, en palabras de The Guardian.