El 28 de octubre de 2025, fuerzas estatales de seguridad desplegaron un gran operativo en los barrios favelas del Complexo do Alemão y Favela da Penha, en Río de Janeiro, apuntando a la organización criminal Comando Vermelho.
Incertidumbre en Río de Janeiro por lo que pueda pasar
El miedo crece con el correr de las horas ante la posibilidad de una represalia del Comando Vermelho. Edgar Alves Andrade, conocido como “Doca da Penha” o “Urso”, uno de los líderes más buscados de la organización y principal objetivo del operativo realizado el martes en el complejo de favelas do Alemão y da Penha, continúa prófugo. Nadie conoce su paradero ni quiénes podrían estar ayudándolo. Las autoridades temen que sea él quien impulse una ola de venganza, encendiendo una chispa que podría recordar los violentos episodios ocurridos en San Pablo en 2006.
Aquel año, el país vivió una de las mayores crisis de seguridad de su historia. El Primer Comando de la Capital (PCC), el grupo criminal más poderoso de Brasil, paralizó durante una semana la capital paulista. Hubo ataques a comisarías, asesinatos de agentes y enfrentamientos que dejaron más de 500 víctimas fatales. La escalada de violencia comenzó luego de que el gobierno estatal decidiera trasladar a 756 presos del PCC a la cárcel de máxima seguridad de Presidente Venceslau, una medida que desató la furia de la organización.
En Río de Janeiro, las autoridades buscan evitar un escenario similar. En las últimas horas dispusieron el traslado de los principales cabecillas del Comando Vermelho, conocidos como la “Comisión”, hacia la prisión de máxima seguridad de Bangu 1. Se trata de una decena de detenidos que, según fuentes oficiales, serán reubicados luego en cárceles federales con mayores medidas de control y aislamiento, en un intento por contener cualquier intento de represalia y desactivar la red de influencia del grupo dentro y fuera de las prisiones.









