El martes, mientras sus enviados negociaban en Estambul, el viceministro de Defensa de Rusia, Alexander Fomin, anunció que su país había decidido reducir de manera drástica la actividad militar alrededor de la capital de Ucrania, Kiev, y de la ciudad norteña de Chernígov. Fomin presentó esta resolución como un gesto para aumentar la confianza mutua durante las negociaciones, pero el Gobierno ucraniano y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) estimaron hoy que Vladimir Putin no tiene ningún apuro en ponerle fin al conflicto. Según los funcionarios occidentales, el Ejército ruso, lejos de retirarse, está reacomodándose con el fin de asegurar su control de la región separatista del Dombás.
Rusia no se retira y mueve sus tropas hacia el Dombás
A pesar de que Rusia había anunciado una reducción de la actividad militar, la OTAN ha observado movimientos de soldados hacia la región prorrusa de Dombás.
"Estamos notando un envío de refuerzos a las tropas rusas para nuevos ataques en el Dombás", aseveró el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, citado por la agencia Télam. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, transmitió que sus servicios de inteligencia no habían observado ningún indicio de la reducción de la actividad militar prometida por Rusia. "Las unidades rusas no se están retirando sino que están reposicionándose -explicó-. Putin está tratando de reagrupar sus fuerzas, reabastecerlas y reforzar su ofensiva en la región del Dombás".
Las causas del reposicionamiento
Robin Niblett, director de Chatham House, una institución de investigación en Londres, opinó que, para ambos bandos, las negociaciones no son serias, en el sentido de que en este momento son una continuación de la guerra y no una solución. "Rusia puede concentrarse en el este porque a Ucrania le será difícil pasar de su defensa ágil a contrataques serios, pero Putin no se ha olvidado de Kiev”, consideró Niblett en diálogo con The New York Times.
Los soldados rusos usan ramas como camuflaje en Ucrania
Su colega Mathieu Boulègue, un académico francés que estudia al Ejército ruso, está de acuerdo en que Rusia no negocia con buena voluntad, sino que evalúa el ambiente y participa para ganar tiempo, reagruparse, reequiparse y ganar más terreno en el Dombás. "La incapacidad de las fuerzas rusas para capturar ciudades y mantener el territorio es evidente después de un mes -afirmó-, por lo que los objetivos estratégicos han tenido que cambiar”. Los militares rusos parecen haber pasado a la fase 2 de la invasión, que, según Boulègue, debería haber sido la fase 1: "Tomar Mariúpol, el puente terrestre y el Dombás habría sido el plan militar maduro”.
En todo caso, algunos analistas aseguran que un acuerdo de paz tendría que darle a Rusia el control de Mariúpol, la asediada ciudad portuaria de Ucrania que se resiste a caer, para crear una ruta terrestre segura entre las dos áreas ya ocupadas por Rusia: Crimea al oeste y el Dombás al este. Sin embargo, otros creen que Putin no terminará con facilidad la guerra. François Heisbourg, de la Fundación para la Investigación Estratégica, profetizó: "El Dombás podría ser suficiente por ahora, pero Putin reconstruirá su Ejército y continuará”.
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