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SUSCRIBITELa mamá de Hannah alertó a otras familias sobre este desafío riesgoso que se viraliza en TikTok, la misma que afectó directamente a su hijo.
La madre de Hannah advirtió a otros padres sobre la peligrosa moda.
Un nene de 12 años necesitó intervención quirúrgica de emergencia tras participar en un desafío arriesgado de TikTok. Bobby ingirió varias pequeñas bolas imantadas, lo que causó daños severos en sus intestinos. Los médicos indicaron que la operación se llevó a cabo en el momento preciso, y que de haberse demorado dos horas más, el resultado podría haber sido fatal.
El angustioso incidente tuvo lugar en Hertfordshire, Reino Unido. Tras pasar horas de gran preocupación junto a su hijo, Hannah Amer optó por compartir su vivencia con otros padres, con el objetivo de alertarlos sobre los peligros de esta tendencia que se difundió rápidamente en las redes sociales.
El objeto que casi le cuesta la vida a Bobby es un "fidget toy", que consiste en diminutos imanes en forma de bola o disco que pueden conectarse entre sí. En este caso, Bobby los tragó sin querer y los médicos le informaron a su familia que podrían causar una perforación u obstrucción en sus intestinos.
Las esferas magnéticas se hicieron populares en plataformas sociales y forman parte de una arriesgada moda en TikTok, donde los usuarios comparten grabaciones en las que las emplean para imitar piercings. “Todos los nenes estaban jugando con las bolas magnéticas y Bobby las lanzó al aire y las atrapó con la boca. Pero como eran tan pequeñas, fueron directamente a la garganta”, comentó Hannah.
Su relato fue divulgado por el diario británico The Sun. “fuimos a urgencias y la radiografía mostró que tenía bolas magnéticas atrapadas en el pecho y en el intestino. El médico dijo que si salían solas iba a estar bien, pero estaba doblado por un dolor de estómago intenso”, rememoró. En la radiografía se puede ver claramente la ubicación de los imanes en su cuerpo.
“Estuvimos allí cinco días y no dejaban que mi hijo comiera nada. Le estaban dando laxantes muy fuertes con la esperanza de que los imanes salieran. Al final, exigí una tomografía computarizada y, en cuestión de horas, lo llevaron rápidamente a cirugía porque vieron que las bolas se habían incrustado en su intestino”, agregó.
Bobby pasó por una operación de tres horas durante la cual le extrajeron los imanes. “El médico salió y dijo que los imanes estaban atravesando todo el revestimiento del intestino. Gracias a Dios que me puse en marcha. Primero, quizá no lo habría logrado si hubieran pasado un par de horas más. Segundo, podría haber terminado con una bolsa de ostomía”, expresó conmocionada.
Tras el episodio con Bobby, el colegio al que asiste vetó el uso de los imanes dentro de sus instalaciones y organizó una reunión para concientizar sobre los riesgos que representan. “Sin embargo, sigue sucediendo y es una locura. Los padres vienen a mí todo el tiempo y me dicen: ‘Dios mío, nos está pasando algo parecido’. La hija de otra mamá se los tragó, incluso las mascotas de algunas personas se los han tragado. Mi hijo dijo que sus amigos se los pegaron arriba y abajo de las cejas, se los pusieron en la lengua y también uno en la nariz. Es muy peligroso”, concluyó Hannah.
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