Desde Washington, Estados Unidos - El titular de la cartera económica, Luis Caputo, llegará hoy al mediodía a Washington para asistir a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI). Durante su visita, se reunirá con la directora gerente Kristalina Georgieva.
Además, llevará a cabo actividades relacionadas con el G20 en Brasil y sostendrá encuentros con bancos y fondos de inversión internacionales que tienen interés en Argentina.
Luis Caputo y Kristalina Georgieva durante una reunión en el G20 de Brasil.
Acompañando al ministro de Economía, también arribarán Santiago Bausili, presidente del Banco Central; José Luis Daza, viceministro de Economía; Pablo Quirno, secretario de Finanzas; y Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central. Cada uno cuenta con una agenda individual, además de las reuniones conjuntas, y su actividad comenzará oficialmente mañana.
En sus encuentros con el personal del FMI y la directora Georgieva, el equipo económico argentino seguirá un plan detallado que abarca lo siguiente:
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Finalizar el programa heredado de Mauricio Macri-Alberto Fernández con las dos evaluaciones pendientes y solicitar un waiver por no haber alcanzado la meta de reservas del Banco Central durante el tercer trimestre.
Sugerir que los desembolsos correspondientes a las dos últimas evaluaciones se realicen de manera conjunta, lo que significaría un ingreso cercano a 1.000 millones de dólares al Banco Central.
El posible nuevo programa debe contemplar un desembolso excepcional para reforzar las reservas y permitir la apertura del cepo financiero.
Javier Milei junto a Caputo, Bausili, Quirno y Werning.
Ante la actual negativa de esa propuesta de desembolso excepcional, Argentina optará por esperar para formalizar un nuevo pacto que contemple futuras metas, incluyendo el pago de los intereses correspondientes a 2025.
Luis Caputo y la reunión con el FMI: no hay planes de devaluación
No existen planes de llevar a cabo una devaluación que pueda comprometer la estabilidad del plan económico y provocar un impacto político desfavorable de cara a las elecciones de medio término.
Caputo y su grupo económico llegan al FMI con el apoyo de la Casa Blanca y con el cumplimiento general de los objetivos del programa de Facilidades Extendidas, a pesar de la deficiencia en las reservas del Banco Central. El personal, Georgieva y la junta del FMI han tolerado incumplimientos significativos de los programas actuales, como sucedió durante las gestiones de Macri y Alberto Fernández. Nadie en Washington duda de que no se otorgará un waiver formal para la administración de Milei.
La conversación se enfoca en el futuro. Milei y Caputo buscan establecer un nuevo acuerdo con el FMI, pero se oponen a devaluar la moneda para lograr la apertura del cepo financiero. A diferencia de ocasiones anteriores, Argentina cuenta con diversas alternativas para aumentar las reservas y liberar el cepo, en línea con la agenda política trazada en Balcarce 50.
La canciller Diana Mondino y el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, durante un encuentro formal en la ONU.
No obstante, las estrategias que está considerando Milei podrían influir en los alineamientos geopolíticos de su administración.
El presidente ha dejado claro que su perspectiva ideológica está relacionada con la agenda global de Estados Unidos, así como su apoyo incondicional a Ucrania e Israel. En su intervención ante la Asamblea General de la ONU, el líder argentino reafirmó esta línea de política exterior.
Sin embargo, Milei ha optado por pedir a China la renovación del swap por 5.000 millones de dólares que se encuentra en el Banco Central. Esta decisión política ha encendido todas las alarmas en el Ala Oeste de la Casa Blanca, así como en el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado.
Si Milei no acude al Fondo Monetario Internacional, controlado por Estados Unidos, en busca de recursos adicionales y opta por dirigirse a Beijing para lograr el mismo objetivo, el alineamiento de Argentina será evaluado en el Despacho Oval.
MIlei ya decidió solicitar a China que se renueve el swap por 5.000 millones de dólares que está en el Banco Central.
En Washington, no creen que Xi Jinping respalde a un gobierno con dificultades económicas sin esperar algo a cambio. La rivalidad entre Estados Unidos y China es una realidad geopolítica que afecta a todo el escenario internacional.
Esta es una agenda exterior que comparten tanto demócratas como republicanos: en este caso específico, y a pesar de las preferencias personales de Milei, el resultado será el mismo, ya sea que gane Donald Trump o Kamala Harris.
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