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11 de julio de 2022 - 09:56
Opinión.

Y un día vieron el abismo

Columna de opinión del CPN, Alberto Siufi.

CPN Alberto Siufi
Por  CPN Alberto Siufi

Tal vez sea necesario empezar por el final para explicar lo que está pasando , de última Argentina tiene estas cosas , seguro es el único lugar en el mundo donde un candidato a vice presidente elige a su candidato a presidente, ese detalle no debe jamás ser olvidado ya que explica de alguna manera las extrañas cosas que nos suceden.

En la última semana y después de la renuncia de Martín Guzmán muchas situaciones se precipitaron, en el fondo el vapuleado Ministro era necesario para el kirchnerismo, lo ideal era tener alguien a quien echarle la culpa de todo, pero a su vez condicionar de tal manera que no le quede otra que hacer lo que le imponemos, Guzmán no pudo ni siquiera desplazar a un subsecretario del área energética.

Pero un día pasó lo que pasó, el sumiso ministro renunció y lo hizo de la peor manera, fue tan sorpresivo que AF no parecía creerlo y le costaba reaccionar, ni siquiera podía pensar a alguien para la sucesión, sin duda Guzmán fue desleal con quien lo defendió en varias oportunidades sin ningún condicionamiento, pero que CFK se enoje y lo trate de irresponsable y desestabilizador parece por lo menos jocoso. Desde la firma del acuerdo con el Fondo no hubo semana donde no lo atacaron despiadadamente, desde el instituto Patria sacan números para desgastarlo. La realidad es que ahora el costo político de los fracasos económicos recaen ahora sobre ellos y el chivo expiatorio no estará más.

Para colmo de males la salida desprolija del Ministro generó más incertidumbre y los números de la economía explotaron, dólar y riesgo país para arriba y bonos, acciones y reservas para abajo, el infierno tan temido empieza a verse muy cerca y sin duda la nueva ministra elegida lejos está de tranquilizar al mercado, las señales deberán ser otras.

Con ese panorama, el trío del poder en Argentina decidió juntarse, dejar de lado las peleas y lo que días antes no podía ser ni telefónicamente se realizó en una cena en Olivos, la misma debería ser secreta pero alguien la hizo conocer, trascendió la presencia pero no lo conversado, mucho trabajó el periodismo para reconstruir lo hablado, también las conductas posteriores ayudan a entender lo que se habló.

De repente y por orden de magia la paz pareció llegar, todos esperaban un acto que en realidad era para inaugurar un teatro municipal de el Calafate pero la centralidad de Cristina lo transforma en un acto de fuerte contenido político. Cristina arranca diciendo que no viene a revolear ningún ministro, expresiones que traen tranquilidad para el gobierno pero que marca el grado de confrontación y desencuentro que vive el Frente de Todos, su mensaje fue o intentó ser conciliador, no quedaban dudas de que se habían hecho las paces, los opinólogos se llamaron a silencio y la tregua empezó a verse en las acciones.

Con este escenario es bueno volver de nuevo a esa cena de Olivos, el comienzo fue de alto voltaje, los enojos eran evidentes y la frustración y desconsuelo de AF notoria, se cruzaron carpetazos y advertencias hasta el punto máximo donde Alberto Fernández habló de su renuncia, de lo imposible que era seguir así, todo cambió desde ese momento, los tres asistentes parecieron darse cuenta de que juntos estaban llegando al abismo y en ese abismo se perdían no sólo los tres, con ellos se iba también el Frente de Todos, Cristina sabe perfectamente que ese escenario es el peor de todos, es mucho más fácil dogmatizar y dar lecciones desde afuera sin comprometerse ni hacerse cargo. AF hizo todo lo que ella imponía, el acuerdo con el FMI que tanto ataca saben que había que firmarlo, no se podía caer en default, la ventaja es que ella cree haber tomado distancia y no tener nada que ver con su firma.

Cristina necesita de Alberto, una renuncia sería una catástrofe y la obligaría a hacerse cargo de un escenario inmanejable, para Alberto por el contrario se transformó en su fortaleza, lo que parece su debilidad es ahora su reaseguro, Cristina lo necesita por conveniencia, los une el espanto, el temido estallido está a la vuelta de la esquina, lo que aterroriza a CFK es la hiperinflación y el desborde social.

La llegada de Batakis expuso más a Cristina, la campaña intentada para endosar su designación a Scioli y Cafiero perdió consistencia a pesar de haber sido funcionaria del ex gobernador. La cumbre de Olivos empoderó a Cristina como responsable de la gestión y como candidata a algo en el 2023, terminó con la reelección de Alberto y por ahora frustró una vez más a Massa que ya se veía manejando la gestión como un superministro.

Nada de esto es definitivo , los problemas que acechan al país son por demás graves, la gente denota hartazgo y desconfianza y tal vez los cambios de gabinete deban ser más profundos, para el gobierno se acabaron los culpables, llegó el momento de tomar decisiones muy profundas, muchos de los discursos populistas y de neto corte opositor del Instituto Patria y de la Cámpora deberán ponerse a prueba, la gran diferencia es que ahora no deberán ser como relatores de la realidad sino como protagonistas del destino de todos los argentinos. Tenía razón Larroque cuando dijo que el tiempo de Guzmán estaba acabado, le faltó decir que el de Alberto también, llegó el tiempo de Cristina y todavía quedan 17 meses de gestión.

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