Christina Dieli-Conwright, profesora de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, explicó al medio británico que una reducción en el ritmo habitual al caminar suele reflejar problemas de salud subyacentes.
Caminar más despacio podría reflejar problemas de salud como enfermedades crónicas o envejecimiento acelerado.
“Cuando el ritmo normal de marcha de una persona disminuye, a menudo está asociado con deterioros de salud subyacentes”, afirmó. Entre las causas más comunes figuran enfermedades crónicas, falta de actividad física, y la disminución de la fuerza muscular y la movilidad en las articulaciones.
Line Rasmussen, líder de investigación en el Departamento de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Duke, destacó que caminar es una tarea compleja que requiere la coordinación de varios sistemas del cuerpo: el esqueleto, la musculatura, la vista, el sistema cardiovascular y el sistema nervioso.
“Caminar implica la colaboración de numerosos sistemas corporales... Una marcha más lenta podría ser un indicio de un deterioro generalizado”, explicó Rasmussen en una entrevista con BBC Future.
Métodos para medir la velocidad al caminar y rangos promedio
La evaluación de la velocidad al andar es simple y accesible. Según las especialistas, basta con un cronómetro y una cinta métrica. Una prueba comúnmente empleada es la de 10 metros, que incluye 5 metros para acelerar y luego 10 metros a un paso habitual. El cálculo final se obtiene dividiendo la distancia recorrida entre el tiempo en segundos.
Una marcha rápida está relacionada con mayor esperanza de vida y mejores indicadores generales de salud.
Además, diversas apps y dispositivos de seguimiento físico utilizan el GPS para estimar la velocidad al caminar. BBC Future presenta los promedios de velocidad al caminar categorizados por edad y género:
- Mujeres (40-49 años): 1,39 m/s
- Hombres (40-49 años): 1,43 m/s
- Mujeres (50-59 años): 1,31 m/s
- Hombres (50-59 años): 1,43 m/s
- Mujeres (60-69 años): 1,24 m/s
- Hombres (60-69 años): 1,43 m/s
- Mujeres (70-79 años): 1,13 m/s
- Hombres (70-79 años): 1,26 m/s
- Mujeres (80-89 años): 0,94 m/s
- Hombres (80-89 años): 0,97 m/s
La rapidez al caminar ha sido relacionada con la longevidad en personas mayores. Un grupo de científicos de la Universidad de Pittsburgh examinó información de más de 34,000 adultos mayores de 65 años, con un seguimiento que abarcó entre seis y veintiún años. Entre hombres de 75 años, aquellos que caminaban más despacio tenían solo un 19% de probabilidad de alcanzar diez años más de vida, en comparación con un 87% para quienes mantenían un paso más ágil.
Expertos explican cómo medir tu velocidad al caminar y por qué es fundamental para tu bienestar.
Por otro lado, una investigación realizada en Francia en 2009 determinó que los adultos sanos mayores de 65 años que caminaban lentamente tenían cerca de tres veces más riesgo de fallecer por enfermedades cardiovasculares durante el periodo de seguimiento.
Asimismo, el Estudio Multidisciplinario de Salud y Desarrollo de Dunedin, que comenzó en Nueva Zelanda entre 1972 y 1973, ha seguido a más de 1,000 individuos desde su nacimiento. En 2019, Line Rasmussen y su equipo analizaron a 904 de estos participantes cuando tenían 45 años.
El análisis reveló que quienes tenían un paso más lento mostraban señales de un “envejecimiento acelerado”, reflejado en un peor estado de sus pulmones, dientes y sistema inmunológico, además de presentar indicadores como hipertensión, niveles elevados de colesterol y una menor capacidad cardiorrespiratoria.
Las diferencias en velocidad al andar podrían anticipar deterioros graves en adultos de mediana edad.
Rasmussen señaló que “se podría esperar que todos a los 45 años estuvieran en algún punto intermedio, pero algunos caminaban tan rápido como personas sanas de 20 años, mientras que otros caminaban tan despacio como muchos adultos mayores”.
Causas de la reducción en la velocidad al caminar
La lentitud al andar puede deberse a diversas razones, entre las más comunes están las enfermedades crónicas, la falta de actividad física, la pérdida de masa muscular y la disminución en la movilidad de las articulaciones.
Dieli-Conwright explicó que quienes padecen afecciones crónicas tienden a moverse menos, lo que provoca una disminución progresiva de la fuerza y movilidad, y en consecuencia, un deterioro general en su estado de salud.
Rasmussen señaló que el proceso de envejecimiento impacta gradualmente todos los sistemas involucrados en el caminar, por lo que una disminución en la velocidad puede ser un indicio de alerta tanto en personas mayores como en individuos de mediana edad.
Causas como el sedentarismo y la pérdida de movilidad influyen en una marcha lenta según especialistas.
El estudio de Dunedin también identificó que aquellos que tenían un paso más lento a los 45 años mostraban menor fuerza en el agarre manual y mayor dificultad para incorporarse de una silla, evidenciando un deterioro físico más generalizado.
Sugerencias para incrementar la velocidad al caminar y mejorar la salud
Aunque un ritmo de marcha reducido puede reflejar un envejecimiento prematuro, los especialistas consultados por BBC destacan que existen métodos sencillos para fortalecer la salud física y mental mediante la práctica constante de ejercicio.
Dieli-Conwright, especialista en la creación de rutinas físicas para personas que se recuperan de tratamientos de quimioterapia, sugiere incrementar de forma paulatina tanto el tiempo como la intensidad de las caminatas cada tres o cuatro semanas.
“Aprovecha cualquier oportunidad que tengas para caminar con más regularidad, ya que mantenerse físicamente activo es muy importante”, indicó.
Caminar rápido, clave para un cerebro más joven.
Entre sus sugerencias se encuentran:
- Estacionar más lejos del destino.
- Caminar con amigos o mascotas.
- Tomar pausas activas, como caminatas breves de cinco minutos.
Rasmussen destacó que la rapidez al andar refleja también el estado del cerebro: “La velocidad al caminar no es solo un signo de envejecimiento, sino también una ventana a la salud cerebral a lo largo de la vida”, afirmó en declaraciones citadas por BBC Future.
Relevancia del ejercicio constante según especialistas
Investigaciones a largo plazo y los datos recopilados por BBC Future enfatizan la importancia de mantenerse activo para conservar la independencia, la función cerebral y alargar la esperanza de vida. Al ser un parámetro sencillo de evaluar, la velocidad al caminar puede servir como alerta temprana de posibles problemas de salud e incentivar modificaciones positivas en los hábitos diarios.
Estudios destacan la relación entre un buen ritmo al andar y la prevención del deterioro físico y mental en personas de mediana y avanzada edad.
Los expertos aconsejan incluir caminatas en la rutina habitual, aprovechar todas las oportunidades para moverse y evitar períodos prolongados de inactividad. Estas prácticas favorecen un mejor ritmo al caminar, fortalecen la salud general y, finalmente, contribuyen a mejorar tanto la calidad como la longevidad de la vida.
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