Este es precisamente el problema con los instrumentos que no se higienizan adecuadamente. Acumulan microorganismos patógenos que pueden dar lugar a la contaminación cruzada y afectar la salud.
Se sostiene que estos utensilios albergan una cantidad superior de bacterias en comparación con lugares como un inodoro o la alcachofa de la ducha, por ejemplo. Por lo tanto, no debes postergar la limpieza de estos materiales y considerar reemplazar los elementos desechables de inmediato.
El empleo de agua caliente, lavadoras y cloro resultan ser herramientas prácticas en el proceso de limpieza de estos utensilios. En cuanto a la desinfección, es fundamental tener en consideración la naturaleza del objeto y, a partir de esa premisa, aplicar los métodos adecuados.
Plumeros
El plumero es propenso a acumular polvo y puede ser un factor desencadenante en la proliferación de ácaros. De acuerdo con la Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias, los excrementos de estos arácnidos contienen alérgenos que pueden desencadenar problemas respiratorios. Además, según Medicina & Laboratorio, la exposición a ácaros del polvo se asocia con la aparición de conjuntivitis alérgica, sinusitis y otitis.
Como medida preventiva, traslada el plumero a una área desocupada o al exterior y sacúdelo suavemente para que el polvo se desprenda y caiga al suelo. Después, procede a aspirar las partículas de polvo para asegurar su eliminación completa.
Sin embargo, para garantizar la total erradicación de gérmenes, es importante considerar la composición del instrumento. Si se trata de un plumero de fibra sintética, se puede limpiar mediante el uso de una aspiradora manual. En cambio, los plumeros con plumas requieren un enjuague con agua y jabón, seguido de un secado al aire libre.
Escobas y cepillos
Dirige las escobas hacia un área al aire libre y agítalas enérgicamente. Luego, emplea un peine antiguo para eliminar la suciedad acumulada en las cerdas. Durante su uso regular, es común que estas escobas atrapen pelusas, cabellos y otras impurezas.
Para desinfectar las escobas, prepara una solución en un cubo mezclando agua con una pequeña cantidad de detergente. Sumerge la escoba en esta solución durante aproximadamente 5 minutos y enjuágala hasta que no salga espuma. Algunas personas optan por añadir una pequeña cantidad de amoníaco a la mezcla.
Lo mismo ocurre con los cepillos utilizados para limpiar muebles, cortinas y ropa. Los cepillos de cocina se pueden colocar en el lavavajillas, mientras que los de las habitaciones se pueden rociar con agua oxigenada después de sacudir la suciedad con un cepillo más pequeño.
Para limpiar las escobas y cepillos, es aconsejable utilizar agua caliente, ya que esto no daña las cerdas. En lugar de remojar, se prefiere enjuagar, pero si decides hacerlo, puedes combinar agua con cloro o bicarbonato de sodio, asegurándote de enjuagarlos adecuadamente después.
Fregona
A pesar de que la fregona o trapeador es esencial para mantener los pisos limpios y relucientes, durante su uso puede recoger todo tipo de suciedad, incluso la que no se ve a simple vista. Después de utilizar esta herramienta, es importante desechar el agua de remojo y luego lavar y secar la fregona adecuadamente, evitando así que adquiera malos olores o albergue bacterias.
Información relevante a considerar: aunque el agua es el componente principal, por sí sola no será suficiente. Agrega una pequeña cantidad de vinagre, una sustancia que tiene efectos beneficiosos y es menos peligrosa que el blanqueador.
La publicación científica "Revista de Microbiología Aplicada" aconseja emplear ácido acético, el término químico de la solución, para la limpieza en el hogar, siempre y cuando las mezclas estén frescas. Además, "BMC Microbiology" propone la combinación de vinagre con ácido cítrico, ya que esto proporcionaría una concentración superior y, por ende, una mayor eficacia.
Escobillas del baño
En el ámbito del baño, se manejan con frecuencia cepillos que necesitan ser limpiados minuciosamente con agua caliente y productos destinados a blanquear y desinfectar. Se aconseja sumergirlos en un recipiente con agua y la cantidad de blanqueador especificada en las instrucciones del producto.
Permíteles reposar durante 30 minutos. Si después de este tiempo todavía observas suciedad, prolonga el proceso de remojo por unos minutos adicionales. Antes de guardarlas, asegúrate de que estén completamente secas.
Esponjas
Las esponjas de cocina se convierten en un caldo de cultivo para las bacterias. De hecho, un experimento publicado en los Informes Científicos reveló que estos utensilios albergan una amplia variedad de bacterias, lo que hace aconsejable reemplazarlos semanalmente.
El motivo de esto es que las esponjas atraen bacterias de los restos de alimentos, la piel y otras superficies. Los microorganismos encuentran en estos objetos un ambiente húmedo y propicio, con los nutrientes necesarios para su proliferación.
Paños de microfibra
Según las indicaciones proporcionadas en la etiqueta del paño, tienes la opción de lavarlo a mano o en el lavarropas. En el caso del lavado a mano, sumerge cada paño en una mezcla de bicarbonato y agua, frota suavemente, déjalos reposar durante treinta minutos y luego enjuaga. También puedes optar por utilizar agua tibia y jabón.
Si decides lavarlos en la lavadora, asegúrate de no incluir otras prendas que no estén destinadas a la limpieza del hogar, ya que estos trapos suelen estar bastante sucios.
Para una limpieza a fondo, es recomendable emplear agua caliente junto con un detergente enzimático. Evita el uso de suavizante, ya que tiende a cubrir la superficie de los tejidos, lo que podría interferir con el proceso de desinfección.
Aspiradoras
Las aspiradoras deben someterse a una limpieza mensual, aunque la frecuencia puede variar según su uso. Las instrucciones para su limpieza específica suelen estar indicadas por el fabricante. Sin embargo, generalmente se trata de retirar la bolsa o el depósito, lavarlos y volver a colocarlos.
Externamente, puedes limpiarlas pasando un paño humedecido en alcohol. También debes asegurarte de eliminar cualquier acumulación de pelusa y pelo de la boquilla.
Adicionalmente, los filtros de aire deben ser reemplazados una vez que hayan alcanzado su fecha de vencimiento. Opta por sustituirlos con filtros HEPA (de alta eficiencia para la retención de partículas), ya que son los más efectivos en la eliminación de polvo, ácaros, moho y otros alérgenos irritantes, como señala Medline Plus.
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