En las últimas horas, el sistema judicial fue notificado de una situación preocupante: nuevamente, un grupo de alumnos organizó un chat de WhatsApp con la aparente intención de coordinar un posible tiroteo en una escuela ubicada en Escobar, dentro del territorio bonaerense.
En esta ocasión, fuentes vinculadas a la causa indicaron que el establecimiento educativo involucrado es el Fray Luis Beltrán. La advertencia fue presentada por un progenitor de uno de los alumnos, quien entregó a la Policía de la provincia de Buenos Aires varias imágenes capturadas del chat, las cuales fueron proporcionadas por su propio hijo.
Uno de los chats que encendió las alertas.
Los mensajes que generaron preocupación
En ese chat, uno de los estudiantes anunciaba que abriría fuego en la institución educativa durante la tarde del viernes. “Los quiero a todos pillos”, incitaba, mientras mencionaba a un docente que, según él, “ya cobró”. Así, comenzó una causa penal a cargo de la fiscal de menores Josefina Sellaert, que ordenó una vigilancia al colegio con patrulleros, policía provincial y efectivos municipales.
A raíz de este hecho, se abrió una causa en el ámbito judicial que quedó bajo la responsabilidad de la fiscal especializada en menores, Josefina Sellaert. Como parte de las acciones para evitar cualquier situación de riesgo, se decidió aumentar la presencia de seguridad en la escuela mediante patrullas, efectivos de la policía bonaerense y agentes municipales.
Allí, cuatro estudiantes de entre 14 y 16 años de la Escuela Media N°4, liderados aparentemente por una chica, crearon el grupo “Tiroteo escolar”, con el supuesto objetivo de realizar un ataque armado dentro de la institución.
Los menores habían enviado una foto de un revólver en el chat.
“Acá no es que ustedes elijan a quién mierda le van a disparar. Persona que ven, persona a la que le disparan, sin importar el que le toca. ¿Okey? No quiero que se arrepientan a último momento”, fue el mensaje de una de las alumnas.
No obstante, la intención fue detectada por varios padres, quienes difundieron ampliamente en redes las capturas de los chats entre los cuatro alumnos involucrados. En uno de los mensajes más reveladores, la estudiante que encabeza la iniciativa dejó escrito lo siguiente: “Vamos a entrar por la entrada principal, como siempre, y luego irán dos arriba y dos abajo”.
En otra de las conversaciones, la joven aseguraba que podía conseguir armamento mediante su padrastro y sugería llevar a cabo una agresión en distintas aulas, en lugar de concentrarse en una sola. Incluso planteó la posibilidad de someter a votación en qué turno —mañana, tarde o noche— concretar el ataque.
Un padre de la institución se hizo eco del presunto plan y dio aviso a otros adultos.
“Lo que vamos a hacer básicamente es un tiroteo escolar, pero la cosa es que yo ya tengo las armas. Mi padrastro tiene”, agregó. “Después de que matemos a los demás hacemos un recorrido por la escuela para ver si quedó alguien con vida”, se podía leer en otro de los mensajes.
Familiares de los alumnos presentaron una denuncia
Los familiares de los estudiantes presentaron una denuncia formal en la seccional 2ª de Escobar y se reunieron con los directivos del establecimiento educativo con el objetivo de averiguar si tenían conocimiento previo del episodio. “La Uzi calibre .22, es corta y entra en la mochila. Hay que disparar en forma de ráfaga”, señaló otro de los miembros del grupo.
Voceros del gobierno local señalaron que la teoría predominante sostiene que la joven que promovía la idea de “realizar un ataque con armas” en el colegio no tenía un propósito genuino de concretarlo. “Mucho menos de los otros tres chicos que luego de participar de la conversación con comentarios y memes, se asustaron y dieron aviso a sus padres, que a su vez fueron quienes llevaron las capturas de pantalla del chat a las autoridades de la institución”, comunicaron.
La preocupación de un padre.
En esa línea, las fuentes mencionaron que la estudiante que encabezaba la iniciativa estaba bajo seguimiento particular por parte del equipo directivo del establecimiento, debido a que había manifestado ciertas dificultades relacionadas con su bienestar psicológico. Por esta razón, su caso también fue tratado por el centro de asistencia municipal "Papa Francisco", ubicado en la localidad de Belén de Escobar.
La causa pasó a estar en manos de la Fiscalía N°2 especializada en Responsabilidad Penal Juvenil de Zárate-Campana, dirigida por Fernando Martín Reina. Voceros judiciales informaron a este medio que se llevaron a cabo operativos de registro, durante los cuales se confiscaron celulares que serán sometidos a peritajes. Según detallaron, en dichos operativos no se hallaron armas de fuego.
A principios de este mes, un caso similar generó conmoción en la localidad de Ingeniero Maschwitz.
Asimismo, el fuero de menores que lleva adelante la causa impuso como medida cautelar que, por un período de cuatro meses, los adolescentes implicados permanezcan a una distancia mínima de 100 metros del establecimiento educativo. Paralelamente, se dispuso que continúen su formación académica mediante modalidades remotas u opciones alternativas, con el fin de asegurar la continuidad de su aprendizaje.
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