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SUSCRIBITEFlamengo, que también juega de local en el Maracana, presentó una queja y quiere reorganizar la planificación de la final.
Flamengo armó la polémica al querer utilizar su estadio días previos a la final de la Copa Libertadores.
Boca y Fluminense tienen previsto disputar la final de la Copa Libertadores el sábado 4 de noviembre en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. No obstante, en las últimas horas, Flamengo, el otro equipo que suele actuar como local en ese estadio, presentó una queja que requiere reconsiderar la planificación del partido.
Antes del enfrentamiento por el título, la Conmebol propuso que el estadio Maracaná deba estar a disposición dos semanas antes, a partir del 21 de octubre. La principal razón detrás de esta decisión es preservar la calidad del terreno de juego.
En un caso excepcional, se otorgó a Flamengo el permiso para disputar un partido de gran importancia contra Vasco da Gama el domingo 22. Se tenía la expectativa de que este fuese el último evento en el estadio, pero ahora el eterno rival de Fluminense ha planteado una objeción: desean utilizar también el estadio para enfrentar a Red Bull Bragantino el 28 de octubre, es decir, el domingo anterior a la final. Los directivos se muestran tajantes en su negativa a ceder la localía.
De acuerdo con información publicada por Globo Esporte de Brasil, la Conmebol está evaluando que la situación del partido de Flamengo, que se llevará a cabo seis días antes de la final de la Copa Libertadores, “será sumamente dañino para el terreno de juego, lo que provocará daños tanto técnicos como de imagen en el espectáculo”.
El jueves, a las 16 horas, se llevará a cabo una reunión en las instalaciones de la Conmebol en Luque, Paraguay, en la que participarán representantes de Boca y Fluminense. Además, estarán presentes delegados de la AFA y de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Esta reunión tenía el carácter de un encuentro amistoso típico de este tipo de partidos, sin ningún tema destacado en la agenda. La situación dio un giro cuando los directivos de Flamengo presentaron su reclamo y recibieron respaldo de la Confederación Brasileña de Fútbol para disputar un partido contra Red Bull Bragantino en el Maracaná a menos de una semana de la final.
En base a lo publicado por el citado medio brasileño, “la Conmebol no trabaja actualmente en la posibilidad de cambiar el estadio para la final”. Sin embargo, la incertidumbre persiste y la reunión entre los directivos de esta tarde será fundamental para decidir cuáles serán los próximos pasos a seguir.
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