No podía ser mejor el debut de Zinedine Zidane en su nuevo ciclo en el real Madrid. Fue con un cómodo triunfo por 2-0 ante el Celta, que resistió las embestidas madridistas en la primera mitad pero que se deshizo tras el tanto de Isco, que puso fin a su etapa de ostracismo con Santiago Solari, y luego con el segundo de Gareth Bale, otro que también venía con poco rodaje con el Indiecito.
Nueve meses después de dirigir por última vez al equipo en el Bernabéu, curiosamente ante el mismo rival que este sábado, Zizou regresó a su casa y lo hizo bajo una atronadora ovación del público al que regaló tres Ligas de Campeones consecutivas.
Y en su vuelta, le acompañaron algunos de sus más firmes escuderos en sus dos años y medio de éxito. Así, regresó Keylor Navas en lugar de Thibaut Courtois, indiscutible en Liga tanto con Lopetegui como con Solari.
Más sorprendente fue la apuesta por Marcelo en lugar de Sergio Reguilón, uno de los hombres más en forma esta campaña; y en la otra banda, Odriozola suplió a Carvajal. La sanción de Casemiro y las lesiones de Lucas Vázquez y Vinicius pusieron, además, como titular a Isco y a Asensio.
El triunfo fue indiscutido, aunque el proceso recién comienza. Los refuerzos y las caras nuevas llegaran para buscar que la segunda etapa del francés sea igual o mejor que la anterior.
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