La mañana del 5 de marzo de 1988 estaba nublada y en Buenos Aires la lluvia parecía próxima. El aire y el cielo gris llevaban a cuestas la noticia con la que muchos nos despertamos. Alberto Olmedo había perdido la vida. Las primeras y tristes imágenes de su cuerpo con el torso desnudo yaciendo en el cemento de una de las calles principales de Mar del Plata se apoderaron de los televisores de todos los hogares. El capocómico cayó desde el balcón del departamento 11° A, ubicado en Maral 39, en el que vivía mientras encabezaba una obra teatral.
Éramos tan pobres era el éxito de taquilla y cada noche se convertía en el espectáculo más esperado de la ciudad balnearia. El 3 de marzo de 1988 se había estrenado en los cines de Buenos Aires Atracción peculiar (junto a Jorge Porcel), que también llenaba salas. Laboralmente, "El Negro" estaba en su mejor momento: todo lo que hacía era exitoso y en el país se vivía "la fiebre Olmedo" y la "Olmedomanía". Pero, en su vida intima las cosas no estaban del todo bien. La llegada de Nancy Herrera –su ultima mujer y testigo de su muerte– nunca tuvo el visto bueno de quienes más lo querían, situación que se agravó cuando la mujer fue tapa de dos revistas (una que la vinculaban con un amigo de Olmedo y otra en la que posaba semidesnuda), a los 42 años el actor conoció a su padre y un gran amor no correspondido lo llevaron a la depresión.
Esas habrían sido sus ultimas palabras, según declaró ante la Justicia Nancy Herrera, quien lo acompañaba en la mañana de su muerte. Las imágenes la inmortalizaron abrazando el cuerpo sin vida del capocómico mientras yacía en el suelo.
También contó que la noche anterior se habían reconciliado tras una ruptura y que lo celebraron bebiendo champagne y que durante las primeras horas del día él estaba jugando como un niño en la baranda del balcón y que de pronto cayó. "Era muy inquieto, pasó del interior del living hacia el balcón. Para mí eso era normal, pero no fue normal que se ponga a jugar al caballito en la baranda del balcón, estaba boludeando", explicó años después para un especial de Telefe. Añadió que al caer le pidió que le agarre las piernas, pero que ella no pudo porque el peso muerto del actor era mucho para sus fuerzas. "Tenía carita de desesperación y me decía que le agarre la pierna, yo le decía que no podía y él me dijo Sí que podés.... Fue lo ultimo que dijo (...) Traté de agarrarlo, pero se me iba resbalando y yo tenia mitad de mi cuerpo del otro lado del balcón".
Segundos más tarde, el vecino del departamento contiguo fue al auxilio de la mujer que escuchó gritar y logró rescatarla, pero no pudo salvar la vida del comediante que se precipitaba al vacío.
Las tapas de los diarios del día siguiente reflejaron la desazón ante la noticia. Los títulos fueron de lo más significativos y supieron expresar en sus páginas la angustia social ante la noticia: el dueño de la risa ya no existía.
A las 8 del sábado 5 de marzo de 1988 la vida del "Negro" se apagaba lentamente, en discordancia con la velocidad de su caída. La mañana estaba nublada, la niebla y la lluvia se vestían de cómplices de aquella fatalidad. Siempre fue muy cuidadoso de su vida íntima, pero la burla del destino quiso que su cuerpo sin vida quedara expuesto más de 5 horas ante la vista de los curiosos que no tardaron en amontonarse. Algunos dijeron que sobrevivió a la caída por unos minutos y que hasta se quejaba; otros comentaron a los medios que cubrían la noticia que falleció segundos después de que Herrera llegara a abrazarlo y que hasta la miró. Ella le pedía perdón.
Recién a las 13:35 su cuerpo fue llevado al hospital zonal y posteriormente a la morgue judicial Juan Vucetich, donde su muerte fue caratulada como "dudosa". Los resultados de la autopsia determinaron que murió debido a los politraumatismos múltiples por caída al vacío y que había ingerido alcohol y drogas en exceso. La Justicia especuló entre el suicidio, el homicidio y el accidente, volcándose en forma definitiva por la ultima, y la causa se cerró. Según Herrera, murió sin saber que esperaba otro hijo. Albertito nació en octubre. Olmedo recibió a la muerte mirándola a la cara, con los ojos bien abiertos que perpetuaron su mirada.
Esa misma noche fue velado en la casa funeraria de uno de sus amigos de la infancia que le dio nombre a uno de sus entrañables personajes, Rogelio Roldán. En la madrugada del 6 de marzo, los restos del Negro fueron trasladados en ambulancia hasta Buenos Aires donde una multitud lo esperaba acongojada para despedirlo. Pero la fatalidad familiar no terminó con la partida del actor: el corazón de su madre, de 77 años, no aguantó el dolor por la pérdida y falleció en el camino por un ataque cardíaco.
Entre lágrimas, aplausos y al grito de "Chau, Negro" los fanáticos acompañaron el cortejo fúnebre al Cementerio de la Chacarita. Sus restos descansan en el Panteón de Actores.
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