Liliana Fernández de Montiel, Gustavo Araya, Alejandro Bossatti y Diego Cussel son fiscales. Los cuatro se presentaron ayer en una conferencia de prensa para presentar a la sociedad información que tienen sobre las causas que pesan sobre Milagro Sala y algunas organizaciones sociales. Lo hicieron encabezados por Segio Lello Sánchez, fiscal general de la acusación.
Gustavo Araya, de la Fiscalía de investigación N° 6, dijo que el trabajo que realizan “no es arbitrario”. Luego, Alejandro Bossatti retomó esa frase y explicó que hay un “juez de control para verificar que no cometamos arbitrariedades o que imputemos porque se nos ocurre. Al margen de los códigos que tenemos la obligación de cumplir, está también lo que opina el juez de control”. En ese sentido agregó que “al igual que la defensa, si nosotros no estamos de acuerdo con alguna decisión que tome el juez de control, podemos apelar esa decisión de tal modo que sea revisada por la Cámara de Apelaciones”.
Bossatti indicó que hay dos elementos que se evalúan tanto para ordenar una detención como para decidir un cese de detención. Uno es “la entidad del delito, y cuando el delito no es de la entidad suficiente para solicitar la detención se analiza la posibilidad que tiene el imputado de entorpecer la investigación o de no comparecer a estar a derecho”. El fiscal agregó que “la conducta desplegada por la señora Sala en forma previa a la solicitud de detención es una conducta que nos dejaría entrever que sería la conducta que seguiría asumiendo de recuperar su libertad”. Sin embargo, destacó que Milagro Sala (y sus abogados) “se ha opuesto a la realización de medidas, ha pedido nulidades, ha ejercido plenamente su derecho de defensa”.
Por otro lado, el fiscal del Juzgado de Ejecución Causas Ley, Diego Cussel, lleva adelante la causa en la que se imputó a Milagro Sala por encubrimiento agravado. El origen se remonta al año 2007 cuando durante un tiroteo en Azopardo, una niña resultó herida por un disparo de arma de fuego. Los acusados principales son dos hombres de apellidos Ávila y Páez. El primero fue detenido en 2015, en tanto que el segundo fue capturado en febrero de este año, luego de haber permanecido prófugo durante años. Fue detenido en la provincia de Salta.
Cussel declaró que “se logró detectar que la señora Milagro Sala había incurrido en el delito de encubrimiento agravado por el tipo de delito, es decir que encubría al señor Páez para que continuara prófugo de la Justicia”. Las pruebas son llamadas telefónicas con frases como “te envío plata para que sigas alquilando en Tartagal”, “quedate piola”, “no declares porque si vos declarás va a ser una causa más en mi contra”, “yo te voy a decir cuándo vas a volver”. El fiscal aclaró que las comunicaciones telefónicas se dieron con diversas personas.
Por último, ante la consulta de una periodista, los fiscales indicaron que Milagro Sala no declaró en ninguna de las citaciones, aunque como destacó Cussel, la abstención a declarar es un derecho constitucional.
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