¿Cómo hacerlo? ¿De un día para otro? ¿Con anticipación? Carmen Gutiérrez, directora de la escuela de psicología de la Universidad del Pacífico, señala que una buena forma de romper con la rutina veraniega es conversar con los niños sobre el cambio que se viene en unos días más.
“Si estamos hablando de niños escolares y menores de edad, el pensar que ellos estarán preparados para la vuelta a clases de manera independiente y autónoma es poco realista, porque ellos no tienen la capacidad de proyectarse en forma cabal. Los niños lo que sí pueden proyectar es que podrán volver a juntarse con su amiguito o amiguita. Entonces, el tema de la preparación para la vuelta al colegio es una tarea cuya responsabilidad recae en los hombros de los padres y no en los niños”, aclara la especialista.
De esta manera, es un buen momento para comenzar a decirles a los más pequeños que deberán acostarse más temprano para no sentir cansancio a la mañana siguiente; que ya no podrán jugar o ver televisión todo el día; o que deberán cumplir con sus responsabilidades escolares y dedicar tiempo al estudio. Como medida concreta, Carmen Gutiérrez recomienda empezar por cambiar los horarios.
“En este tiempo que queda de vacaciones, es bueno ir acortando los horarios de trasnoche de los niños, para que se vayan acostumbrando a acostarse y levantarse más temprano”, explica. La psicóloga agrega que es natural que el regreso a la rutina genere cierta rebeldía e irritabilidad en los niños, pero explica que es importante que los pequeños se sientan seguros de que tienen la capacidad o recursos para enfrentarse a la nueva realidad.
“No hay que asustarse por el estrés de la vuelta a clases, porque es lo esperable, al igual que lo que sucede con el cambio de casa, de colegio o de profesor. Un niño estresado no es un niño enfermo, sino que es una respuesta natural del ser humano frente a una situación que de alguna manera evalúa o percibe que lo sobrepasa”.
“Retomar la rutina será solo cosa de tiempo”, asegura Carmen Gutiérrez. ¡No quiero estudiar! Cambiar los horarios más relajados del verano por los estrictos del período escolar, ya es una labor difícil para los padres. Pero sin duda lo es más aún convencer a los niños para volver a hacer tareas y estudiar. En este sentido, Paulina Schwarze, experta en pedagogía y directora editorial de Caligrafix, recalca que los padres tienen el rol de acompañar a los hijos en sus responsabilidades escolares, lo que no significa que ellos les hagan los deberes.
Asimismo, la especialista explica que la carga de tiempo que los niños dedican a las actividades escolares en casa, tiene directa relación con la edad que tienen. De esta manera, los preescolares no debieran pasar más de 15 a 20 minutos haciendo tareas, mientras que en el caso de quienes ya van a educación formal, el tiempo aumenta a entre 30 y 40 minutos.
Para ayudar a generar hábitos de estudio, Paulina Schwarze entrega las siguientes recomendaciones:
- Disponer al menos de una hora al día para que los padres y sus hijos más pequeños se sienten a realizar actividades relacionadas con los deberes escolares, pero planteadas de una manera entretenida y motivante (pintar, recortar, pegar, leer, hojear libros y revistas, manipular objetos didácticos, etcétera).
- Dedicar un tiempo determinado para el estudio, idealmente siempre a la misma hora, para que la mente del niño se programe y así se facilite su concentración.
- Elegir un lugar de estudio, lejos de fuentes de distracción como, por ejemplo, la televisión.
- Acompañar a los niños en el estudio, ya sea prestando atención a lo que están haciendo o bien realizando también alguna actividad intelectual, como leer o escribir.
- Favorecer el aprendizaje motivando a los niños a estudiar con tiempo. “Calentar” la prueba provoca estrés y hace que los contenidos se olviden rápidamente.
Fuente: EME
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