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En un colectivo de la línea 31 de El Urbano, un policía manoseo a una nena de 15 años que iba al colegio. Habría más casos.
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SUSCRIBITEAlejandra C. vive en Alto Comedero, en la zona del barrio 360 viviendas. Todos las mañanas toma el colectivo 31 de la línea El Urbano para ir a trabajar junto a su hija de 15 años, que va al colegio. Lo que siempre es su viaje de rutina, este martes se convirtió en un momento espantoso - un abuso sexual - para la adolescente.
Alrededor de las 7, el colectivo iba lleno y madre e hija viajaban paradas. Según el relato de Alejandra a Todo Jujuy, cuando pasaban por la avenida General Savio, a la altura de la estación de servicio YPF, un policía subió al colectivo. Tenía el uniforme azul y una campera en la mano. “Daba una apariencia extraña, como de estar incómodo - cuenta la mujer - miraba para todos lados y quería sentarse. Lo que me parecía raro porque siempre los policías van parados”.
Alejandra relata: “A la altura del Híper Comodín, se bajan dos chicos que iban con el uniforme del Provi 3 (por la Escuela Provincial N° 3) y mi hija se sienta en el asiento que da a la ventana. Yo me me bajo siempre en la cancha de Gimnasia para ir a trabajar y el lugar queda desocupado. Un chico estaba por sentarse, pero el supuesto policía lo empuja para sentarse él primero”. La mujer indica que después de sentarse el hombre colocó su campera sobre su pierna derecha, que chocaba con la pierna izquierda de su hija, que tenía una carpeta en la falda.
“En eso ella siente un tirón y piensa que se había agarrado la campera con la carpeta o algo pero era que él la seguía tocando con la pierna. Debajo de la campera, la nena comienza a sentir que él la toca en la pierna y ella corre su carpeta inmediatamente para que no llegue a la parte de la entrepierna con la mano. Así llegó con el tipo hasta la terminal vieja y ahí ella no pudo más y se levantó. El tipo se paró y se bajó corriendo del colectivo. Y mi nena se paró y se puso a llorar”, cuenta Alejandra con angustia. La chica se bajó del colectivo, llamó llorando a su mamá y el contó el abuso sexual.
Alejandra cuenta que todavía no hicieron la denuncia por el abuso sexual porque su hija no quiere declarar y porque tienen miedo de volver a cruzarse al hombre en el colectivo. Por eso tampoco quiere que se publique su nombre completo. Ellas utilizan el transporte a diario y la adolescente muchas veces viaja sola para ir al club.
El abuso sexual a la hija de Alejandra, además de ser violento y traumático para ella, no es único o asilado. Después del episodio, la nena lo contó en su cuenta de Instagram y otras chicas aparecieron comentando que les había pasado lo mismo en la misma línea de colectivo y en la 9 también de El Urbano. Incluso, según publicaron, hay dos nenas que hicieron la denuncia y a una esto le sucedió hasta tres años. “Por eso nos preocupa, porque esto no viene de ahora y es terrible. Se tiene que saber”, cierra Alejandra.
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