El operativo se desplegó durante todo el día y hasta última hora de anoche, en Caimancito el agua entró en las viviendas, ya sea por la anegación de las calles o por techos o canaletas tapadas.
En Capital en los Barrios San Isidro y Chijra, detrás de la iglesia San Bartolomé, se debió asistir a dos familias que corrían riesgo por la crecida del Río Grande.
Tras la intensa lluvia, llegó la tranquilidad y un poco de sol que sosegó y le dio una tregua a los rescatistas.
Jorge Abud, coordinador de emergencia y protección civil, recomendó a los vecinos no asentarse en lugares bajos o en cercanías de ríos y ante crecidas o lluvias torrenciales proceder a la autoevacuación o llamar inmediatamente al 103.
El funcionario lamentó la inacción del municipio capitalino “en caso de emergencia, de prevención, el primer eslabón es el municipio, si está saturado eso, recién pasa a las esfera provincial, lamentablemente la provincia actúa de forma automática y directamente en todos los casos”.
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