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13 de octubre de 2022 - 11:34
Ciencia.

El Covid-19, un factor desencadenante de la caída de cabello

Algunos estudios estiman que el 22 por ciento de las personas hospitalizadas por Covid-19 manifestaron una pérdida temporal de cabello.

Redacción de TodoJujuy
Por  Redacción de TodoJujuy

Un dato relevante respecto al Covid-19 ha surgido en el último tiempo. Algunas investigaciones detallaron que el 22 por ciento de las personas que fueron hospitalizadas con este virus presentaron una caída temporal del cabello.

Es más complicado establecer evaluaciones respecto a cuan frecuente es esta afección en las personas que han atravesado de forma más leve la enfermedad, pero los estudios marcan que la caída del cabello también aparece entre los más de 60 síntomas persistentes que suelen vincularse con el Covid-19 prolongado, algunos de los cuales han cobrado mayor popularidad, como la pérdida del olfato, el deterioro cognitivo y la disfunción sexual.

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Los médicos afirman que ellos también pudieron notar un incremento de pacientes que buscan ayuda para este problema. “Nunca vi nada igual en mi vida”, manifestó Michele Green, dermatóloga de Nueva York afiliada al Hospital Lenox Hill de Northwell Health y especializada en la caída del cabello. “Estoy atendiendo más hombres y mujeres de todos los grupos etarios y de todas las profesiones. Se ha extendido bastante”.

El estado del cuero cabelludo cambia tras el Covid-19

La caída repentina y temporal del cabello tiene un término médico: efluvio telógeno. Tiene lugar cuando el estrés o la enfermedad desembocan una caída mucho mayor que la habitual, de 50 a 100 cabellos que una persona pierde a diario.

No sucede solo con el Covid-19: los especialistas tienen conocimiento de que hace siglos que las enfermedades graves, las cirugías, la pérdida de sangre, la hospitalización, el parto y los acontecimientos emocionales extremos, como la muerte de un ser querido, pueden terminar en el efluvio telógeno; no obstante, los expertos hallaron que las personas con antecedentes de infección de Covid-19 tienen cuatro veces más posibilidades de tener una pérdida de cabello que las que no se han infectado con el virus.

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No está claro cómo estas variables de estrés físico y emocional generan el efluvio telógeno. Muchos dermatólogos piensan que la hormona del estrés, el cortisol, puede vincularse con esto en cierta medida, aunque también podría darse a raíz de otras sustancias químicas que les indiquen a los folículos pilosos que llegó el momento de desprenderse. Todo esto según Luis Garza, profesor de dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

En épocas de transcurso normal, cada uno de los cabellos atraviesa tres fases: una fase de crecimiento, denominada fase anágena, una de transición, o catágena, y una de reposo, también conocida como fase telógena, tras la cual la hebra se cae y el folículo vuelve a hacer todo el proceso. Las hebras atraviesan por distintas fases del ciclo en momentos diferentes; solo entre el 5 y el 10 por ciento del cabello debería estar en la fase telógena al mismo tiempo. (El vello de otras partes del cuerpo entra en la fase telógena en distintas proporciones).

“El efluvio telógeno provoca un cortocircuito en el ciclo de muchos cabellos”, detalló Garza. Como resultado, al final entre el 30 y el 50 por ciento del cabello de la cabeza está en la fase de muda y es posible que se note que se caen mechones dos o tres meses después de un episodio desagradable.

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La pérdida de cabello tiene una duración de seis a nueve meses, lo cual puede parece una eternidad. Después, la caída se ralentiza y empieza a crecer pelo nuevo.

Qué se puede hacer, además de esperar, cuando se cae el cabello

Si se comienza a percibir una caída repentina del cabello o empieza a generar preocupación la cantidad de volumen que se está perdiendo, quizá sea una buena opción contar con la perspectiv de un médico desde el inicio. “Por lo general, sabrás si estás perdiendo pelo mucho antes de que alguien pueda corroborarlo clínicamente”, aseguró Green. Si se acciona rápido, sobre todo si la caída del cabello está vinculada con una enfermedad subyacente, se podrá enfrentar eficazmente.

El médico se encarga de diseñar el historial médico, pedirá algunos análisis de sangre y tal vez le haga al paciente una prueba de jalón de pelo, en la que tomará pequeñas secciones de pelo de distintas partes del cuero cabelludo y tirará suavemente. Si se caen seis o más hebras sin resistencia, es un indicador positivo de pérdida activa. En algunas ocasiones, el médico también manda a hacer una biopsia para efectuar análisis sobre los folículos pilosos.

Si la prueba de jalón del pelo es positiva y el cuero cabelludo no manifiesta signos de enrojecimiento o cicatrización, que son indicadores de otros tipos de pérdida de cabello, probablemente se trate de efluvio telógeno. La mayoría de los profesionales de la salud recomienda aguardar a que el pelo vuelva a crecer solo, ya que es sabido que este fenómeno es temporal.

“Gran parte de lo que hago es aconsejarles a las personas cuando se presenta el problema y animarlas asegurándoles que esto mejorará”, aportó Arash Mostaghimi, director del servicio de dermatología para pacientes del Brigham and Women’s Hospital de Boston.

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Algunos dermatólogos pueden aconsejar comenzar el proceso de crecimiento con la aplicación de una solución tópica de minoxidil, un medicamento para el crecimiento del cabello e ingrediente activo del Rogaine, o tomarlo en forma de píldora si lo que preocupa es la pérdida de cabello. Sin embargo, siguiendo a Mostaghimi, el minoxidil puede ser un arma de doble filo. En algunas oportunidades, el fármaco genera la caída del cabello cuando se comienza a tomar, como parte del proceso de normalización de los ciclos capilares. Cuando se siente que se alcanzó el volumen deseado y se abandone el minoxidil, posiblemente se vuelva a perder algunos mechones antes de que las cosas se estabilice.

En base a lo planteado por Garza, el simple hecho de controlar el estrés puede ser otra vía para el efluvio telógeno. “Una cosa que les digo a los pacientes que vienen por la pérdida de cabello es que podría funcionarles ver a un terapeuta, porque sabemos que el estrés ocasiona la caída de cabello y esta a su vez provoca estrés”, indicó. “El pelo es parte muy importante de nuestra identidad”, concluyó la experta.

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