El iceberg más grande y antiguo del planeta, conocido como A23a, se separó del vórtice marino que lo mantenía retenido cerca de las Islas Orcadas del Sur, en un archipiélago antártico. Este gigantesco bloque de hielo tiene un peso aproximado de casi un billón de toneladas y una extensión de 3.600 kilómetros cuadrados.
Esto equivale a cinco veces el tamaño de Nueva York, está actualmente a la deriva en el Océano Austral. Las fotografías satelitales revisadas por el British Antarctic Survey (BAS) confirmaron su movimiento.
De acuerdo con los expertos del Instituto Polar británico, este enorme témpano, cuyo tamaño es el doble de la extensión del Gran Londres, se dirige hacia las aguas más templadas del Atlántico Sur, donde, con el tiempo, se fragmentará en trozos más pequeños hasta desintegrarse por completo.
En octubre de este año, el reporte Protecting a Changing Southern Ocean, publicado por la Coalición Antártida y del Océano Austral (ASOC), reforzó las crecientes pruebas científicas y advirtió sobre las "anomalías sin precedentes" que afectan tanto a la Antártida como al Océano Austral, destacando temperaturas récord, el aumento de olas de calor marinas y un deshielo que avanza rápidamente. Estos hallazgos coincidieron con encuentros importantes sobre la conservación de los recursos del planeta, como la COP16 en Colombia.
Una historia que comenzó en 1986
A23a es una porción restante del iceberg A23, que se separó en 1986 de la plataforma de hielo Filchner en la región antártica.
El iceberg original se desintegró en tres secciones, siendo A23a la más extensa. Durante más de 30 años, permaneció atrapado en el fondo marino del Mar de Weddell, donde sus capas de hielo, con un grosor de hasta 400 metros, soportaron los efectos del paso del tiempo.
En 2020, comenzó su desplazamiento gradual hacia el norte, pero fue en 2023 cuando finalmente logró liberarse de la corriente oceánica denominada Columna de Taylor, que lo mantenía girando en su lugar.
El enorme coloso de hielo llamado A23a está en movimiento tras décadas varado en el fondo marino.
“El viaje del iceberg estuvo marcado por acontecimientos científicos intrigantes. Durante meses, el iceberg estuvo atrapado en una columna de Taylor, un fenómeno oceanográfico en el que el agua que gira sobre un monte submarino atrapa los objetos en su lugar. Esta dinámica hizo que el A23a girara en un punto, retrasando su rápida deriva hacia el norte”, señaló el institulo polar británico en un comunicado.
Andrew Meijers, experto en oceanografía del British Antarctic Survey, comentó: “Estamos interesados en ver si tomará la misma ruta que otros grandes icebergs que se han desprendido de la Antártida. Y lo que es más importante, qué impacto tendrá esto en el ecosistema local”.
El iceberg más grande del mundo se desprendió de la Antártida y navega a la deriva por el océano.
El calentamiento global está afectando al iceberg A23a, que muestra signos claros de deterioro. Las temperaturas elevadas, tanto del aire como de las aguas superficiales, están erosionando sus bordes, mientras que su núcleo se mantiene en mejor estado.
Su enorme volumen, que en su momento fue impresionante, se va reduciendo conforme se desplaza hacia áreas más cálidas fuera de la Antártida, un trayecto que, según los especialistas, acelerará su fragmentación.
Hacia dónde se dirige el iceberg más grande del mundo
El deshielo de este iceberg, aunque no se puede evitar, traerá consigo consecuencias tanto ecológicas como oceanográficas. Al igual que otros témpanos en el Mar de Weddell, es probable que A23a sea desplazado por la Corriente Circumpolar Antártica hacia el Atlántico Sur, transitando por la ruta comúnmente conocida como el "callejón de los icebergs".
A23a, el iceberg más grande del mundo.
Lo más probable es que su trayectoria lo lleve hacia la isla subantártica de Georgia del Sur, donde se desintegrará en pedazos más pequeños que finalmente se fundirán.
El ejemplo de A23a no solo ilustra la intrigante interacción de los icebergs con el océano, sino que también subraya cómo el cambio climático afecta a estos colosos de hielo. Mientras los investigadores siguen su recorrido y proceso de deterioro, A23a se convierte en una prueba tangible de las repercusiones de la acción humana sobre el clima y sus consecuencias en los ecosistemas de las regiones polares.
Viaje al témpano más grande del mundo
Hace un año, un grupo de científicos del British Antarctic Survey, a bordo del avanzado barco de investigación RRS Sir David Attenborough, pudo observar de cerca el iceberg A23a, en el marco de una expedición científica en el Mar de Weddell, dentro del proyecto BIOPOLE.
Durante esta operación, lograron obtener las primeras imágenes del iceberg en movimiento y recopilaron información clave para estudiar cómo los ecosistemas antárticos y el hielo marino influyen en los ciclos globales de carbono y nutrientes.
El iceberg más grande del mundo se desprende de la Antártida.
Laura Taylor, experta en biogeoquímica del proyecto BIOPOLE, subrayó la relevancia de estos estudios. “Sabemos que estos gigantescos icebergs pueden aportar nutrientes a las aguas por las que pasan, creando ecosistemas prósperos en áreas que de otro modo serían menos productivas. Lo que no sabemos es qué diferencia hacen los icebergs particulares, su escalada y su origen en este proceso”.
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