En el noroeste de la provincia de Chubut, un encantador pueblo oculta en sus cercanías una de las reservas naturales más hermosas y menos conocidas.
Esta región alberga pequeños pueblos y reservas naturales que permanecen relativamente ocultos.
La Patagonia argentina goza de fama internacional por la majestuosidad de sus paisajes, con montañas, lagos y ríos espectaculares que cautivan a quienes los visitan. No obstante, aparte de los destinos turísticos más conocidos, esta área esconde pequeños pueblos y áreas protegidas que, aunque menos visibles, sorprenden a aquellos que se aventuran a explorarlos.
Uno de estos secretos ocultos es Cushamen, un pequeño asentamiento de unas 50 familias de ascendencia mapuche-tehuelche situado en el noroeste de la provincia de Chubut. Su denominación, que se traduce como "quebrado" en lengua tehuelche, refleja la imponente topografía circundante, marcada por sierras, mesetas y cañadones.
A poca distancia de Cushamen se encuentra la Colonia Pastoril Cushamen, una de las reservas de pueblos originarios más significativas de la zona. En este lugar, los turistas tienen la oportunidad de sumergirse en la riqueza cultural de las comunidades mapuche y tehuelche, explorando sus tradiciones, artesanías y estilos de vida tradicionales.
Sin lugar a dudas, uno de los mayores encantos naturales de Cushamen es "El Saltillo", un cañadón de roca basáltica con formaciones tubulares, donde el río Chico cae desde una altura de 20 metros, creando una vasta depresión que asemeja un ojo terrestre mirando hacia el cielo.
Esta impresionante cascada se ubica en el vasto entorno de la estepa patagónica, brindando a los visitantes un panorama de belleza y originalidad inigualables.
Tomás Barrios, un nadador de aguas frías originario de Chubut, mantiene un canal en YouTube titulado “Viajes por el interior de la Patagonia - Turismo Rural”. Hace dos años, exploró Cushamen y descubrió El Saltillo. Según su relato, tuvo que recorrer 20 kilómetros a pie para llegar al gran saltillo y también caminó para visitar los dos saltillos menores, los cuales tienen un acceso más sencillo bordeando el río Chico. Barrios comentó que, al llegar a la primera tranquera, cobran una tarifa por el ingreso sin ofrecer servicios, actuando como una especie de peaje no oficial para acceder al lugar.
Además de explorar la Colonia Pastoril Cushamen y contemplar El Saltillo, el pueblo ofrece diversas actividades para aprovechar su entorno natural, como caminatas, paseos a caballo, avistamiento de aves y observación de la flora y fauna local.
Para viajar de Comodoro Rivadavia a Cushamen, se pueden elegir entre cuatro rutas diferentes: la provincial 75, la ruta provincial 12, la ruta 14 conectando con la 35, o la Ruta 40 con conexión a la ruta provincial 70. Tomás Barrios demuestra cómo realizar este recorrido en su canal de YouTube, “Viajes por el interior de la Patagonia - Turismo Rural”.
En resumen, Cushamen es un encantador poblado que guarda una de las reservas naturales más bellas y genuinas de Argentina, un tesoro oculto que merece la atención de quienes desean una experiencia excepcional en conexión con la naturaleza y las costumbres de los pueblos indígenas.
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