En Bolivia.. 

Capturaron al sicario de Orán buscado por Interpol

Alejandro Díaz, alías "Cabeza", es considerado el sicario más peligroso de la vecina provincia. Había sido abandonado en Bolivia y llevaba tres días sin comer.

El Ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Eduardo Del Castillo, informó el miércoles pasado que la policía capturó a Oscar Alberto Alejandro Díaz, conocido como “Cabeza” o “El Cabezón”, un sicario narco que asesinaba por la suma de 80 mil dólares. Díaz se movía en la zona de Orán, Salta y por la frontera con Bolivia.

Fuentes señalan que luego de una nota televisiva de la señal TN, Alejandro Díaz habría perdido la protección con la que contaba y fue abandonado por las bandas para las que operaba. “Le soltaron la mano”, detallaron y explicaron que “después de la nota, pasó a ser lo que, en la jerga, se denomina un quemado”.

Cuando lo encontraron, dijo que había estado tres días sin comer. Las fuerzas policiales que lo capturaron indicaron que lucía abandonado y muy delgado. Díaz había alquilado un departamento en Tarija y lograron ubicarlo gracias al seguimiento de una mujer que lo ayudaba.

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El funcionario del gobierno boliviano comentó en su cuenta de Twitter que “este sujeto mataba personas por aproximadamente USD 80 mil y era conocido como el sicario más peligroso de Salta. A la brevedad posible será entregado a las autoridades argentinas para que cumpla sus deudas con la Justicia”.

Los informantes indicaron que, cuando fue detenido, se ocultaba de sus ex socios. “Ahora lo quieren muerto, porque sabe mucho”, agregaron. Las autoridades deberán, por esa razón, reforzar la seguridad en traslados y en su alojamiento final en la Argentina.

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Quién es el sicario de Orán

Alejandro Díaz trabajaba con organizaciones que operan en Tucumán, Salta y la banda de Ricardo Raúl “El Coya” Rojas, jefe narco de Orán. El sicario tendría una tarifa elevada: “Puede llegar a pedir 100 mil dólares en el caso de que el blanco sea de peso”, indicaron.

“Quienes lo contratan buscan garantías”, agregó la fuente. Por esa razón, se encargaría de estar presente en las ejecuciones. Si el objetivo es muy importante, él mismo aprieta el gatillo para asegurar la muerte. Y no falla.

Está acusado del homicidio de Marcelino Valdez Cari, asesinado en junio de 2020 en plena vía pública y era buscado también por otros crímenes. En diciembre de 2019, agentes de Gendarmería y la Policía de Salta, lo detectaron en un depósito conocido como “la iglesia”, en el que había 330 kilos de marihuana y 11 de cocaína.

Ese día, el sicario y yerno de “El Coya”, salió del lugar a los tiros e intentó matar al equipo de investigaciones que lo seguían por lo que debieron escapar en una camioneta a gran velocidad.

Luego, el sicario se comunicó con el jefe narco y dejó un mensaje dirigido a Luna. Sabía que habían intervenido las comunicaciones: “No me sigan más”, dijo. Horas más tarde, la organización fue desbaratada, pero “Cabeza” se desvaneció.

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Se cree que logró permanecer en la zona de frontera extremando cuidados. Se disfrazaba tal como lo muestra una foto tomada unos meses atrás con gorra, bigote postizo y lentes. Además, siempre estaba armado y se movía con un grupo de guardaespaldas que lo cuidaban.

Los cargos por los que lo buscaba Interpol son: homicidio agravado por el uso de arma de fuego, asociación ilícita dedicada al contrabando de estupefacientes, agravado por la participación de dos o más personas organizadas, por la cantidad de estupefacientes y mercaderías.

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