El caso del “Hombre gato” va llegando a sus etapas finales, donde un jurado popular deberá resolver la suerte de Nicolás Gil Pereg, acusado de matar a su madre y a su tía y de enterrarlas en un baldío, y sobre quien se debate si es “inimputable” por los profundos problemas psicológicos que sufre.
Ayer, durante una nueva audiencia del juicio, dos psicólogos afirmaron que Gil Pereg tiene “trastornos delirantes”. Carlos Guillermo Messina, propuesto por la defensa del imputado, consideró “probable” que las haya asesinado “motivado por un delirio”.
A partir de esa evaluación, la defensa del acusado planteó en el alegato de inicio del juicio que el “Hombre gato” debe ser declarado inimputable. La semana pasada, a la hora de presentarse en el juicio, Pereg no dejó de maullar, lo que le valió ser expulsado de la sala de audiencia.
Más tarde fue el turno de la psicóloga Jimena Rivas, del Hospital Psiquiátrico donde está alojado Pereg, con quien se entrevista de lunes a viernes entre una y dos horas diarias. Ella afirmó que el diagnóstico del “hombre gato” es “un trastorno delirante crónico que consiste en un delirio generalizado”. Agregó que el imputado “tiene una estructura psicótica que puede alterar, por momentos, el juicio de la realidad”.
Rivas, quien atiende a Pereg desde octubre del año pasado, cuando fue trasladado al centro asistencial neuropsiquiátrico, resaltó que “si le tocan los núcleos delirantes, él puede responder de manera violenta”.
Qué es el trastorno delirante
Según el investigador Ben Gray, “El trastorno delirante es una enfermedad mental en la que delirios (creencias extrañas) de larga duración son el único síntoma o el síntoma dominante. Allí se distinguen varios tipos de delirio, algunos pueden hacer que el paciente afectado considere que lo persiguen, o le pueden provocar ansiedad porque se sienten enfermos o que tienen una enfermedad que no tienen”, explica en un artículo del sitio especializado Cochrane.
“Los pacientes pueden presentar delirios de grandeza, por lo que sienten que ocupan una posición alta o son famosos. Los delirios también pueden incluir tener envidia de otros o tener creencias extrañas acerca de la imagen corporal, como que presentan un defecto físico particular”, agrega.
Maximiliano Legrand, uno de los abogados del “hombre gato”, había afirmado que Gil Pereg “no se sentía humano, siempre se consideró gato”.
Según agrega Grey, el trastorno delirante se considera “difícil de tratar”. El jurado deberá ahora decidir qué responsabilidad le cabe a Gil Pereg.
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