En la última década, aumentó en 14 puntos el porcentaje de adultos que albergan prejuicios hacia la comunidad judía. Este dato, por sí solo, es significativo, teniendo en cuenta el crecimiento de la población. Sin embargo, cuando se analizan las cifras en términos absolutos, los resultados resultan aún más alarmantes.
Puntualmente, se indica que hace diez años, 6,8 millones de personas mayores de 18 años en el país mostraban actitudes antisemitas; en 2024, este número ascendió a 12,8 millones, según la más reciente encuesta Global 100, realizada por la Liga Antidifamación (ADL) en colaboración con Ipsos y otros aliados de investigación.
El país experimentó un aumento notablemente alarmante.
Un dato adicional impactante surge de lo anterior: mientras la población adulta creció un 20% en los últimos diez años, los individuos con prejuicios antisemitas aumentaron un 88%. La encuesta ADL Global 100 es la más amplia en su categoría. A diferencia de una encuesta tradicional con preguntas directas, se trata de un conjunto de 11 afirmaciones controvertidas en las que los participantes deben marcar su nivel de “satisfacción”.
El objetivo: que se reflejen las opiniones sobre lo que socialmente se cree que los judíos “son”, “tienen”, “hacen” o “piensan”, entre otros aspectos. Algunas de las afirmaciones discriminatorias fueron las que recibieron mayor apoyo entre los adultos de Argentina, pero antes de compartir este dato, vale la pena hacer un par de aclaraciones sobre la metodología.
Primero, para facilitar la comparación, la edición de 2024 de este estudio global replicó el formato y, con excepción de una, las mismas preguntas utilizadas en 2014. De acuerdo con la ADL, se logró entrevistar (de manera online, telefónica y presencial) a 58.000 personas de 103 países y territorios. Esto, según las proyecciones de este tipo de muestras, abarcaría la opinión de más del 90% de la población adulta.
Un escombro rescatado del atentado a la AMIA y exhibido en el Museo Judío de Buenos Aires.
A pesar de que se observe con creciente intensidad una nueva ola global de resurgimiento de los movimientos antisemitas, las estadísticas de Argentina resultan especialmente preocupantes dentro del panorama regional. En cifras absolutas, se ha casi duplicado el número de adultos que, al participar en este estudio, expresaron sentirse conformes o totalmente de acuerdo con alguna de las 11 afirmaciones planteadas.
Desde una perspectiva porcentual, al comparar la cantidad total de adultos en Argentina en 2014 (28 millones) con la cifra de 2024 (33,6 millones), a raíz de los cambios demográficos reflejados en el censo de 2022, el país experimentó un aumento notablemente alarmante: la proporción de personas mayores de 18 años que mantienen prejuicios hacia la comunidad judía se elevó del 24% al 38%.
Antisemitismo: los prejuicios más recurrentes en Argentina
Dentro de los 11 estereotipos que incluye el sondeo de la LDA, el que más aceptación generó está relacionado con los negocios. Un 61% (aproximadamente tres de cada cinco argentinos) expresó estar de acuerdo con la idea de que "los judíos ejercen un poder excesivo en el ámbito empresarial". Este porcentaje representa un aumento de 10 puntos respecto al resultado obtenido en 2014, y es seis puntos superior al promedio global.
Se suma la noción de que "los judíos tienen demasiado control sobre los medios de comunicación". El 37% tiene esta creencia ahora.
Este concepto coincide con otras afirmaciones discriminatorias que reflejan diversas facetas de ese supuesto dominio de la comunidad judía. Por ejemplo, la idea de que "los judíos ejercen un control excesivo sobre los asuntos globales", estereotipo que ha aumentado significativamente en la última década. En 2014, el 28% de los encuestados compartió esta opinión, mientras que en la actualidad, el 46% lo hace. Es importante destacar que, en América, los porcentajes de acuerdo con esta afirmación no superaron el 35%.
Se suma la noción de que "los judíos tienen demasiado control sobre los medios de comunicación". El 37% tiene esta creencia ahora, bastante encima del 28% regional y nada menos que 17 puntos porcentuales arriba de lo que pensaban los argentinos en 2014.
En contraste, parece haber un consenso mucho más limitado respecto a la noción de que los negocios se conviertan en un instrumento de poder político. Esta creencia fue respaldada en 2014 por el 22% de los encuestados (al igual que a nivel mundial), y en la actualidad, la cifra subió levemente al 23%.
El 46% de los encuestados sugirió que los judíos mencionan en exceso el Holocausto.
La minimización argentina del genocidio judío
Para entender el prejuicio que se oculta tras la percepción de una comunidad cuya historia y naturaleza van mucho más allá de las cuestiones geopolíticas momentáneas, es necesario examinar las respuestas a la afirmación "los judíos son más leales a Israel que a la Argentina". Esta declaración obtuvo un 58% de acuerdo, un poco por encima del 56% a nivel mundial, aunque claramente inferior al 42% registrado en 2014, cuando esa misma idea fue respaldada por una menor proporción de los encuestados en el país.
Marina Rosemberg, quien ocupa el cargo de vicepresidenta senior de Asuntos Internacionales en la Liga Antidifamación, explicó la gravedad de la problemática relacionada con la "lealtad". “Es un estereotipo histórico, anterior a que existiera el Estado de Israel. A los judíos siempre se los veía como extranjeros o diferentes, más leales a su grupo y religión. Y cuando se formó el Estado de Israel, evolucionó el estereotipo. Es algo que seguramente no se vería si uno preguntara por el grado de lealtad de los argentinos de origen italiano, por dar un ejemplo.”
El fenómeno de minimizar los crímenes de lesa humanidad cometidos por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial (un período en el que, recordemos, murieron 6 millones de judíos) también se manifiesta en el país, como lo revela esta encuesta.
El 46% de los encuestados sugirió que los judíos mencionan en exceso el Holocausto. El incremento de un punto en comparación con 2014 resalta la total ausencia de políticas educativas y culturales que deberían haber combatido esa nociva percepción.
En la última década, aumentó en 14 puntos el porcentaje de adultos que albergan prejuicios hacia la comunidad judía.
Otro aumento porcentual que merece ser destacado es que, hace diez años, más de un tercio (35%) de los encuestados pensaba que “a los judíos no les importa lo que le pase a nadie más que a los de su propia especie”. Ese porcentaje creció hasta alcanzar el 42% en la actualidad, cifra que también corresponde a otra afirmación igualmente alarmante: “los judíos creen que son mejores que los demás”, una frase cuya popularidad subió 15 puntos porcentuales en diez años.
Antisemitismo a flor de piel
En lugar de la expresión "los judíos tienen demasiado poder en los mercados financieros internacionales” (que en 2014 tuvo 41% de apoyo), la única declaración novedosa en 2024 fue “los judíos tienen muchos defectos irritantes”, provocadora afirmación que contó con el visto bueno de nada menos que un tercio de los encuestados.
Finalmente, las dos últimas declaraciones evaluadas no son menos graves. La primera se refiere a la presunta “responsabilidad de los judíos en la mayoría de las guerras del mundo”, idea que duplicó sus adherentes en diez años: pasó del 14% al 30%, arrimándose al 35% global.
6,8 millones de personas mayores de 18 años en el país mostraban actitudes antisemitas.
La segunda revela de manera tajante la magnitud del problema que representan las posturas antisemitas en la nación. La afirmación decía "la gente odia a los judíos por la forma en que se comportan". Hace diez años, 34% de los encuestados estuvo de acuerdo. Ahora, el 42%, cuatro puntos encima del 38% regional.
No resulta irracional pensar que el aumento de la violencia verbal desde las esferas más altas del poder político nacional no contribuye a la situación. Rosemberg estuvo de acuerdo con esta idea. Por un lado, indicó que “es responsabilidad de los líderes mostrar liderazgo en esta lucha y, de manera clara, denunciar el antisemitismo, el odio y la discriminación, y mostrar que sus gobiernos hacen todo lo posible para combatir el tsunami de antisemitismo a nivel mundial”.
Pero además, remarcó, “para combatir el antisemitismo hay que luchar contra todo tipo de odio y discriminación contra cualquier grupo minoritario, étnico o de orientación sexual. Y por eso formamos alianzas con otros grupos de todo tipo. Porque una sociedad pluralista que acepta todas sus minorías y las protege, es una sociedad más democrática y estable políticamente”.
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