El 20 de noviembre del año pasado - y luego de una lucha de casi 20 años de distintas asociaciones de consumidores y ONGs que promueven la diversidad corporal - el Congreso de la Nación aprobó la Ley Nacional de Talles, que - supuestamente - permitiría ampliar el abanico de medidas en la ropa. Sin embargo, aún en contra de lo que dice la letra de la norma, todavía no fue reglamentada y, un año después, no está vigente.
“Fue sancionada, promulgada, pero no reglamentada y como el estudio para determinar las medidas de las y los argentinos requiere participación presencial está suspendido por la pandemia de COVID-19”, comentó al portal Infobae Mercedes Estruch, miembro de @AnyBodyArgentina, la ONG que pelea el derecho a vestirse y por una moda sin estereotipos.
Esta problemática comenzó a circular hoy en las redes con los hashtags #1AñoSinLeydeTalles y #ReglamentaciónYa. Estruch indicó que hoy el reclamo es la reglamentación por parte de las autoridades y una convocatoria "a apostar por marcas que tengan diversidad de talles y a no comprar a quienes venden talle único”.
De acuerdo con la letra de la misma ley, el plazo para su reglamentación era de 180 días. Aunque el término venció a mitad de año, todavía no ha ocurrido. A fines del pasado mes de septiembre, un grupo de diputados nacionales exigió la reglamentación urgente de la ley de talles. Según indicó al mismo medio la diputada del Pro Gisela Scablia, “es una norma fundamental que cambiará la vida de gran parte de la población y no puede convertirse en letra muerta. Permite avanzar en la lucha contra la discriminación de los cuerpos que están por fuera de la norma, colaborar con los tratamientos de los trastornos alimenticios que hoy sufren gran parte de nuestros adolescentes y garantiza el derecho a vestirse de todos los argentinos”.
talles
La ley busca que una persona use los mismos talles en cualquier marca.
La ley no busca perjudicar a la industria textil
La Ley Nacional de Talles fue consensuada con el sector productivo. Su objetivo es que todas las personas puedan vestirse y no obliga a un local a tener todos los talles, sino la creación de un sistema único de talles, de aplicación obligatoria en todo el país en cuanto a la fabricación, confección, comercialización o importación de indumentaria destinada a la población a partir de los 12 años. Esto permitirá que una persona tenga las mismas medidas en todas las marcas y negocios, como ocurre con los zapatos.
La ley establece que, en el plazo de un año desde su sanción, el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) debía realizar un estudio antropométrico que mida los cuerpos de unas 15 mil personas de 12 a 65 años. Hasta ahora fue completado en un 55% pero está detenido por la pandemia.
Por otro lado, establece que los locales de ropa deben garantizar condiciones de atención y trato digno y equitativo a los consumidores y que no deben "desplegar conductas que coloquen a las personas "en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias”.
Según indican desde la cámara que nuclea a empresas de indumentaria, los resultados del estudio se esperan hasta entre 6 y 8 meses después de que comiencen a vacunar contra el coronavirus. Desde ahí hasta la elaboración de la curva de talles, puede pasar al menos un año más.
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