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SUSCRIBITECandela Díaz, Camila Duarte, Juana Cángaro y Milagros Díaz enfrentan cargos por presuntamente realizar gestos discriminatorios durante un partido contra Gremio.
Candela Díaz, Camila Duarte, Juana Cangaro y Milagros Diaz están acusadas de realizar gestos racistas.
Cuatro jugadoras del equipo femenino de River Plate continúan bajo custodia en Brasil tras ser acusadas de hacer gestos racistas durante un partido contra Gremio, en el marco de la Ladies Cup 2024. El suceso, que tuvo lugar en el estadio Canindé de San Pablo, provocó un sin fin de consecuencias.
Puntualmente, se produjo la interrupción del partido, la eliminación del conjunto argentino del torneo y una penalización que les prohíbe participar en futuras ediciones por un plazo de dos años. El club de Núñez está acelerando gestiones para lograr la liberación de sus jugadoras antes de las fiestas navideñas.
Candela Díaz, con 25 años, es una mediocampista nacida en Fernández, un pequeño pueblo de Santiago del Estero con solo 11.000 habitantes. Desde su niñez, demostró una fuerte vocación por el fútbol, debutando a los 12 años en el primer equipo de su localidad. Su trayectoria la llevó por clubes como Independiente de Fernández y Güemes, hasta llegar a Excursionistas en 2022. A comienzos de 2024, se incorporó a River Plate, donde rápidamente se consolidó como un elemento fundamental en el centro del campo.
Díaz enfrenta la situación más complicada entre las detenidas debido a la evidencia en video que la muestra haciendo un gesto racista durante el partido.
Milagros Díaz, mediocampista de 24 años y originaria de La Plata, comenzó su carrera en Villa San Carlos, para luego pasar por Gimnasia, donde se destacó antes de unirse a River Plate en 2022. Reconocida por su habilidad para organizar el juego, es una jugadora con experiencia y un futuro prometedor.
Milagros rechazó las acusaciones de conducta discriminatoria durante el enfrentamiento contra Gremio. Su familia ha manifestado su preocupación por su bienestar emocional tras varios días de detención, y esperan que el recurso de hábeas corpus presentado por su defensa sea aprobado para permitir su liberación.
Juana Cángaro, de 18 años, juega como lateral derecho y se formó en las divisiones juveniles de River Plate. Su nombre cobró relevancia en 2016, cuando, con tan solo 10 años, fue el rostro de la campaña #DejenJugarAJuana, que buscaba visibilizar la discriminación por género en el deporte, luego de que un club de su ciudad natal, Mercedes, le impidiera jugar con chicos. Este episodio la motivó a unirse a la escuela de fútbol de River, donde comenzó a forjar su carrera profesional. Cángaro fue una de las jugadoras expulsadas en el encuentro contra Gremio y está siendo acusada de emitir comentarios racistas.
Camila Duarte, defensora central de 19 años, es parte del plantel de River Plate desde sus primeras etapas formativas. Originaria de Burzaco, comenzó practicando fútbol en equipos masculinos antes de hacer la transición al futsal y luego al fútbol 11, donde se destacó por su habilidad y solidez defensiva. En enero de este año, firmó su primer contrato profesional con el club de Núñez.
Duarte también formó parte de la selección argentina en el Mundial Sub-20. Su familia expresó su profunda preocupación por los incidentes ocurridos y esperan que la situación se resuelva de manera favorable, permitiendo que la joven continúe con su prometedora carrera.
La representación legal de las jugadoras está a cargo de la abogada brasileña Thaís Sankari, quien ha interpuesto un recurso de hábeas corpus con el objetivo de conseguir su liberación. No obstante, el sistema judicial de Brasil adoptó una postura estricta debido a la “ausencia de lazos” de las jugadoras con el país, lo que dificultó el avance del proceso. Actualmente, se encuentran incomunicadas en una prisión en San Pablo.
River Plate designó un equipo de abogados para brindar apoyo a las jugadoras y mantiene comunicación constante con sus familiares. Además, el club ha publicado un comunicado expresando su rechazo a los actos racistas y ha informado que tomará medidas disciplinarias contra las implicadas, una vez que se resuelva su situación legal.
Personas cercanas a la institución afirmaron que “más allá de que el hecho se rige bajo las leyes brasileñas y no las vamos a discutir, la demora en la liberación pareciera ya desmedida independientemente de la repudiable actitud de las jugadoras, sobre las cuales River se manifestó en contra y por las que tomará las medidas necesarias para aplicar la sanción correspondiente”.
El suceso generó consecuencias tanto deportivas como organizativas. La Ladies Cup impuso una pena de dos años al conjunto argentino, mientras que tanto Gremio como los organizadores del torneo emitieron comunicados condenando lo sucedido.
Con la esperanza de ser liberadas antes de las celebraciones de fin de año, las jugadoras y sus familiares aguardan una decisión positiva en los próximos días. Sin embargo, el proceso legal podría alargarse, manteniendo incierto el porvenir de estas jugadoras, quienes están viviendo uno de los momentos más complejos de sus trayectorias profesionales.
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