El peligro de contraer infecciones en hospitales

“Antes de realizar el estudio, habíamos hecho otra investigación por la cual encontramos que la tasa promedio de mortalidad en hospitales de América Latina solo alcanza al 17% de los pacientes internados si no adquieren una infección hospitalaria”, dijo en sus palabras transmitidas a colegas de Infobae, el doctor argentino Víctor Rosenthal, creador y líder de la Comunidad Científica Internacional de Control de Infecciones Nosocomiales, así como el principal autor del análisis, compartió su perspectiva.

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“En cambio, cuando un paciente hospitalizado adquiere una infección, la tasa de mortalidad es del 30%. Cuando tienen dos infecciones, sube al 40%. Si el paciente adquiere tres infecciones, la mortalidad puede llegar al 63 %”, sumó.

En un enfoque de investigación hacia el futuro, el grupo de expertos emprendió un análisis en 198 sectores de cuidados intensivos dentro de 96 centros hospitalarios ubicados en 12 naciones de América Latina. La muestra englobó a una cantidad superior a 71.000 individuos que atravesaron la experiencia de la atención intensiva en el período de 1998 a 2022. En su totalidad, los días de hospitalización alcanzaron la suma de más de 652.000.

Qué factores aumentan el riesgo de mortalidad en hospitales

A lo largo del lapso bajo examen, un total de 4.700 individuos contrajeron infecciones en el entorno hospitalario, mientras que 10.890 perdieron la vida. Tras minuciosamente analizar los datos, los investigadores hicieron hincapié en que ciertos elementos asociados con el riesgo de fallecimiento en instituciones médicas incluyen la posición socioeconómica del país en cuestión, el carácter del hospital (público, privado o sin ánimo de lucro), la modalidad de internación, la categoría de la unidad de cuidados intensivos y la edad característica de cada paciente.

Además, los autores destacan la existencia de otros elementos que pueden ser modificados con mayor facilidad. “En base a nuestro estudio -explicó Rosenthal- detectamos que la tasa de infecciones en hospitales es un factor que puede contribuir a la mortalidad, pero que puede ser cambiado. Por eso, deberían hacerse esfuerzos para reducir los días de uso del catéter venoso central o sondas vesical, y el respirador mecánico en los pacientes”.

Asimismo, se presentan ocasiones propicias para disminuir los índices de neumonía relacionada con el empleo de ventilador mecánico y los casos de infección urinaria ligados al uso de catéter. En otras palabras, a pesar de que en naciones en vías de desarrollo los pacientes puedan estar en mayor riesgo de experimentar infecciones hospitalarias, existe un amplio margen para la acción. No se trata de una condición inevitable.

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“Al estar internado en el hospital o al tener un familiar internado, no solo hay que preocuparse por el lavado frecuente de manos sino que también hay que tener en cuenta que el uso de dispositivos aumenta el riesgo de adquirir infecciones dentro del hospital”, manifestó el experto.

La aplicación de cada uno de estos dispositivos incrementa la tasa de fallecimiento en un rango de entre el 3% y el 4% por cada jornada durante la cual el paciente los emplea. “El resultado de nuestro estudio no significa que no haya que usar los dispositivos. El mensaje es que hay que evaluar profundamente en qué caso se requiere su utilización y cuánto tiempo es necesario”, puntualizó Rosenthal.

A su vez, destacó que “hay medidas específicas para el manejo de los dispositivos que previenen que los pacientes adquieran una infección hospitalaria”.

Existen disparidades en lo que respecta a los índices de infecciones entre los pacientes recluidos en unidades de cuidados intensivos. En naciones como Chile, Brasil, Uruguay y Colombia, la tasa se mantiene por debajo del 5%. Sin embargo, en contraste, en Argentina, según los datos del programa del Ministerio de Salud de la Nación en 2017, la incidencia de infecciones en unidades de terapia intensiva alcanzó el 32%. Mientras tanto, en los Estados Unidos, esa tasa se ubica en el 2%.

Un análisis adicional, divulgado en 2020 a través de la editorial Cambridge University Press, fue conducido por las doctoras investigadoras Wanda Cornistein, Cristina Freuler y María Inés Staneloni, entre otras colegas. En esta ocasión, se cotejaron las disparidades existentes entre las tasas de notificación voluntaria de infecciones en hospitales, y las tasas presentes en tres establecimientos privados que cuentan con la validación de la Joint Commission International.

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“Desde el momento de nuestra publicación hubo avances en la generación de comités de control de infecciones en hospitales que reportan de manera voluntaria. Es un camino que se ha iniciado y es importante que se sostengan y optimicen los programas de prevención de infecciones en todas las instituciones de nuestro país”, dijo Staneloni, al ser consultada por colegas de Infobae.

Ha sido comprobado que los esquemas de gestión de infecciones tienen la capacidad de reducir las tasas de infecciones hospitalarias hasta en un 60%, y en un 66% la resistencia a los agentes antimicrobianos, cuando se integran con iniciativas de optimización en el uso de agentes antimicrobianos. Estas declaraciones provienen de la experta, quien además de ser co-fundadora de la asociación Investigación de la Resistencia Antimicrobiana (INVERA), compartió este insight.

Cómo prevenir las infecciones hospitalarias

Las infecciones nosocomiales no se limitan exclusivamente a un tema concerniente a los expertos médicos. Los pacientes, sus allegados y la población en su conjunto poseen la capacidad de contribuir significativamente a las labores preventivas, como parte integrante del acceso humano a la atención sanitaria.

Siguiendo a Staneloni, “los pacientes pueden ser parte de los programas de control de infecciones como las campañas de higiene de manos. Pueden promover que el personal que los asiste se lave las manos”. Asimismo, las individuos tienen la opción de averiguar si hay iniciativas de gestión de infecciones implementadas en los centros médicos de proximidad. “Es parte de la salud y es un derecho de todos”, dijo.

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Las infecciones nosocomiales no se restringen únicamente al ámbito de los especialistas médicos. Además, los pacientes, sus allegados y la población en general cuentan con la capacidad de desempeñar un papel significativo en la prevención, en consonancia con el reconocimiento del derecho humano a la salud.

También las pautas para salvaguardarse han sido ofrecidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en los Estados Unidos:

• Es crucial comunicar a los profesionales de la medicina sobre estancias previas en instalaciones médicas, ya sea nacionales o extranjeras, y acerca de experiencias recientes con infecciones.

• Indague acerca de las medidas que el hospital tiene planificadas para contrarrestar las infecciones resistentes a los antibióticos.

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• En el caso de que un individuo cuente con la presencia de un catéter, es posible indagar de manera frecuente sobre el momento oportuno para su extracción.

• Ante una futura intervención quirúrgica, es válido cuestionar las estrategias de prevención de infecciones y solicitar recomendaciones para una preparación adecuada, con el objetivo de minimizar el riesgo.

• Aunque pueda generar incomodidad, se aconseja permitir el mantenimiento de la higiene en la habitación durante su estadía hospitalaria.