Continuamos con la temática que venimos abordando: “Obesidad”. Recordemos que se trata de la primera enfermedad crónica no transmisible (ECNT) que fuera declarada Pandemia por la OMS, hace más de 15 años.
OBESIDAD y cambio de hábitos...¿es posible?
Con el objetivo de “desmembrar” todo lo que implica la obesidad como enfermedad y sus comorbilidades (enfermedades o síndromes que acompañan a otra enfermedad) hoy compartiré consejos para adquirir “hábitos saludables”.
Con los años fuimos aceptando que en definitiva el tratamiento de la obesidad radica en cambios rotundos y permanentes de ciertos hábitos no saludables, conocidos en la medicina tradicional como “ESTILO DE VIDA” que en realidad consiste en cómo vivimos: hay una rutina u ordenamiento alimentario, psicológico, deportivo, laboral, etc. que condiciona la salud: “Se desordena mi vida, se desordena mi metabolismo”.
Los argentinos consumen mucha azúcar y poca fruta
Es por ello que el tratamiento de la obesidad, incluye un Psicodiagnóstico nutricional, como uno de los pilares dentro del tratamiento en equipo.
El psicólogo/a cognitivo-comportamental realizará entrevistas programadas y organizadas, con vistas a reorganizar (si me permiten la expresión) el psiquismo del paciente. Para definir, por ejemplo, si la dificultad para cambiar determinado hábito es “un simple desgano” o si se trata de un cuadro depresivo, por dar un ejemplo, donde por mas sermones y consejos que recibamos de familiares y/o médicos realmente la persona no puede aunque lo desee realizar ningún cambio en lo cotidiano ya que no tiene la motivación ni las herramientas para hacerlo.
Entonces, ¿es posible cambiar o incorporar un hábito? La respuesta es SI, sin dudas. Lo importante es dejarse ayudar, dejarse guiar.
Como todos nosotros, podemos tener una lista de cosas por hacer pero sin ganas o sin estímulo no las haremos. Esto sucede aunque sepamos la importancia del objetivo fijado.
Esto podemos compararlo con una carrera universitaria: el objetivo es el título de tal profesión. En el transitar la carrera, habrá desánimo, buenas y malas rachas, pero la meta está clara y uno no pensará ante cada examen o ante cada clase a la que asiste si concurrirá o si rendirá. Podemos decir que con la meta u objetivos claros, las pequeñas tareas cotidianas que nos llevan a ese objetivo tienen que pasar a ser “automáticas”.
El ejemplo más típico seria el ejercicio físico vinculado al adelgazamiento: si mi objetivo es lograr un estado de salud óptimo bajando unos kilitos de exceso y el mismo conlleva, salir a caminar una hora por día, 4 veces por semana, entonces debería organizar horarios y días que “sean factible cumplir” y arrancar en automático. Al principio será displacentero, luego será molesto y luego de repetirlo más de 20 veces, se habrá transformado en un hábito.
El hábito de comer mal o fuera de horario puede transformarse en un hábito de comer bien y en horario. Simplemente (o no tanto) debo ponerlo en práctica, conociendo mis limitaciones, gustos y horarios de trabajo.
Si luego de intentarlo no lo logro, probablemente necesite ayuda de un profesional en la materia que me asesore y estimule, hasta que encuentre lo que se adapte a mi vida real.
Soy de la idea de no buscar en las redes respuestas mágicas, pensando en comida o ejercicio, deberíamos adquirir nuevos hábitos según tipo de cuerpo (edad, grado de sobrepeso, etc.), lugar donde vivo y horarios de trabajo, a qué me dedico, clima y topografía, etc.
Para dar muchos pasos, hay que dar el primero, no le demos tantas vueltas al asunto, seamos lentos al pensar y rápidos al ejecutar…que la vida es corta y es mejor vivirla bien!
Hasta la próxima!
Dra. Valeria Malgarini. Médica especialista en Obesidad
Coordinadora Area Obesidad de I.G.E.O.
Jose de la Iglesia1515
San Salvador de Jujuy
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