Opinión.. 

"Si no puedes con la tecnología, ¡Únetele!"

Por la Licenciada en Psicología, Berenice Ruesjas.
Por  Berenice Ruesjas - Psicóloga

Hace algunas semanas leía el caso de una jovencita, llamada Molly, que tomó la drástica decisión de quitarse la vida. El titular decía “Horas de material perturbador…” y fueron sus padres quienes iniciaron acciones legales, al considerar que la decisión de su hija fue tomada por la cantidad de información vista en redes sociales, sintiendo que eso afectó seriamente su salud mental y la llevó a esa determinación.

Luego de leer esa historia, brevemente relatada en una nota, y de reflexionar un buen rato, es que pensé en la importancia de que, como Padres, comencemos a diseñar una forma propia frente al manejo de esta herramienta que es la tecnología y sobre todo internet y su uso.

Todos sabemos que no podemos cumplir con la recomendación de que los niños pequeños desde el año, no accedan al uso de TV, de celular, tablets o iPads. Y menos si los adultos permanecemos gran parte de nuestro día utilizando diversas herramientas tecnológicas. Creo que el comienzo sería mirarnos un poco a nosotros mismos y replantearnos cómo vamos a emplear esto en nuestro hogar y con nuestros hijos. “¡Que sea tu plan, pero bien diseñado!”

La principal herramienta con la que contamos es la “enseñanza”, si yo pretendo que mi hijo pequeño aprenda algo, lo primordial es demostrárselo. Un ejemplo muy común en todos los encuentros a la mesa diaria, es cuando estamos compartiendo una comida del día y en ese momento permanecemos con el celular en mano, no importa haciendo qué. El hecho es que luego cuando mi hijo se siente con su Tablet o iPad, no tengo derecho a reclamarle nada si yo se lo estoy enseñando.

A veces es más simple de lo que nuestra rebuscada mente lo hace. Un comienzo sería ponernos de acuerdo entre padres o familiares convivientes, sobre el uso que en nuestro hogar se hará de la tecnología. Existen mil formas de organizarse, la punta del ovillo es comenzar a hacerlo y reconocer que una vez que abrí esa puerta, la supervisión, el acompañamiento, el control y el asesoramiento se vuelven una regla general, a la hora de usar cualquier dispositivo tecnológico.

El próximo paso sería preguntarse desde qué momento podré incorporar estas herramientas. Una regla general es pensar que el momento debería ser una decisión a conciencia de lo que voy a habilitar, y de que será mi obligación controlar y reglamentar el uso para que nada quede sujeto a libre albedrío.

Acá voy a detenerme para hacer algunas advertencias. Un celular puede ser una herramienta muy útil, pero si voy a utilizar esa herramienta para calmar a un bebé o niño pequeño, sepan que luego cuando eso no esté el llanto será incontrolable. Hay una diferencia entre darle el aparato a un niño, a utilizar por ejemplo la música del mismo para que el pequeño encuentre la calma y al mismo tiempo yo como adulto lo pueda contener. ¡Y por favor, nunca piensen que un niño de 5 años está preparado para tener un celular propio! Tampoco sirve darle el aparato porque está aburrido y ahí puede jugar y escuchar música y ver YouTube y etc. ¡Nada más comprometedor que hacer esto!

La diferencia está en decidir prestar el celular a comprarle uno. Lo pongamos más práctico, a los 5 años ¿dejarías a tu hijo salir sólo a la calle o subirse a un colectivo sólo? Se trata de procesos para los que aún no están preparados. Y es real cuando sugerimos que recién a los 12 años es el momento en el que pueden tener un celular propio, justamente porque su cabecita está preparada para manejar esta herramienta, pero nunca deja de ser necesario mantener control y acompañamiento en el uso.

Un punto de quiebre es cuando los habilitamos a usar las Redes Sociales. Y no voy a cansarme de decirlo. Si yo dejo que un pequeño, utilice cualquier herramienta sin control, sin regulación y supervisión, el riesgo siempre es altísimo.

Por ejemplo, pensemos en Tik Tok, red considerada muy divertida por todos los videos virales y entretenidos, eso no lo discuto para nada. Pero qué pasa cuando permanecen largas horas viendo sin control, cuando encuentran contenidos no aptos, cuando les da curiosidad un tema o simplemente copian algo visto acá. Tan necesario es pensar que es muchísima la información que ingresa en sus cabezas, se vuelve totalmente atractivo y adictivo cuando todo lo que pregunto a cualquiera de estas herramientas ellas me lo responden: Google, YouTube, Tik Tok, Instagram, etc. Y lo peor es que ¡todo lo que ven lo creen!

Justamente acá quería llegar, a poder trasmitirles que no es malo incorporar los dispositivos, lo Malo es no conocer lo que hay, la información que ve un hijo, el videojuego que juega, las personas con las que se contacta, la información que busca, los videos que ve, la información que da de su persona, etc. Por eso les propongo, no tengan miedo, pregunten, conozcan, indaguen, investiguen la manera de activar controles parentales, de recibir supervisión adulta, siéntense con sus pequeños a ver lo que ven, jueguen el juego que ellos juegan, escuchen los tutoriales, vean a los Youtubers… ¡No los dejen solos!

Y cuando veamos que un hijo se encierra en su cuarto, que cambia sus conductas, que se encuentra irritable, que miente, que se aísla de sus familiares o amigos, que deja de comer, que en la escuela lo notan cambiado, que no hace sus tareas, etc. Ahí nuestra tarea es acercarnos y revisar que no está sumido en un mundo que lo ha captado y atrapado. Las alertas están, sólo tenemos que estar bien atentos a ellas y nunca descuidar la enseñanza del “Uso de la Tecnología”, se convierte en nuestra enemiga porque no la conocemos, no la hacemos parte de nuestra vida en este nuevo siglo donde todo ha vuelto viral.

Berenice Ruesjas
Lic. en Psicología MP 330

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