Johandri Pacheco, una mujer joven de 23 años en su octavo mes de embarazo, abordó el icónico tren de carga apodado "La Bestia" en territorio mexicano. Su meta era llegar a los Estados Unidos en compañía de su esposo, José Gregorio, y su hijo de cuatro años, Gael, con la esperanza de comenzar una nueva etapa repleta de posibilidades.
Esta joven, nacida en Caracas, Venezuela, había tomado la decisión de emigrar a Perú a los 18 años, persiguiendo la búsqueda de un horizonte más promisorio. Estaba resuelta a explorar el mundo por sus propios medios y labrar su propio camino. En Perú, fue donde trajo al mundo a su primogénito, Gael.
En el año 2021, se percató de que sus ingresos no eran adecuados para sufragar los costos de alquiler y alimentación. Con su pareja, optaron por emigrar a Chile en busca de mejores perspectivas. Sin embargo, la estabilidad financiera aún se les resistía, lo que finalmente los condujo a resolver retornar al hogar de su familia en Venezuela.
Con tan solo 700 dólares, Johandri y José Gregorio iniciaron una travesía monumental que los condujo a través de Chile, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, con el propósito último de alcanzar los Estados Unidos. Tras un viaje de mes y medio, su trayecto final los llevó a abordar "El Bolichero", el tren que los acercaría a la ciudad de Matamoros, el umbral del "sueño americano".
Tras aguardar durante cinco jornadas en un paso elevado, finalmente lograron abordar "El Bolichero", un convoy repleto de diminutas esferas de metal en su techo, en el cual esta familia dio inicio a su viaje.
A pesar de que todavía faltaban doce días para la fecha prevista de parto, la joven comenzó a sufrir contracciones en el techado del tren, tumbada sobre cartones que brindaban algo de confort. Ante la urgencia de la situación, su esposo José Gregorio inscribió un mensaje en un fragmento de cartón: “Está naciendo un bebé. Necesitamos que el chofer del tren se entere. Urgente”.
Contando con la asistencia de un profesional de la salud que se encontraba en el mismo tren, así como las instrucciones proporcionadas por una enfermera a través de una conversación telefónica, José prestó auxilio a Johandri durante el parto de su segundo hijo mientras el tren continuaba su recorrido.
La narrativa dio un vuelco inesperado cuando una defensora de la organización "Agenda Migrante" se informó de la situación y consiguió organizar un equipo de salvamento en Aguascalientes. Rescatistas, bomberos y un doctor de la empresa ferroviaria subieron al techado de "El Bolichero", colocaron a Johandri en una camilla y la descendieron para llevarla en una ambulancia hasta el Hospital General de Pabellón de Arteaga.
Finalmente, en ese lugar, Mía llegó al mundo sin complicaciones, un verdadero prodigio de vida en medio de las dificultades. A pesar de la travesía llena de riesgos y los obstáculos, Johandri persiste en la búsqueda de su anhelo: “Aunque podemos quedarnos en México, no he perdido la esperanza de llegar a Estados Unidos”.
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