Aunque las autoridades sanitarias apuntan que el elevado riesgo de depresión, consumo de drogas y otros problemas en las adolescentes puede responder a una mezcla de diversos factores, especialistas destacan el papel de las redes sociales en el deterioro de la salud mental de las jóvenes.
Entre estos expertos se encuentra Donna Jackson Nakazawa, una escritora especializada en neurociencia, inmunología y emoción, que a finales de 2022 publicó el libro Girls on the Brink (Chicas al borde), en el que explora esta situación.
La autora explica las causas biológicas, sociales y culturales detrás del impactante incremento en el número de chicas adolescentes que sufren problemas de depresión y ansiedad en Estados Unidos y, aunque reconoce que esto es ocasionado por múltiples factores, sostiene que “las redes sociales son las principales culpables y son mucho más tóxicas para las chicas”.
Además, explica por qué las chicas resultan más afectadas que los varones y ofrece varios consejos prácticos para que los padres puedan ayudar a sus hijas (e hijos).
El cirujano general de Estados Unidos, la mayor autoridad sanitaria del país, emitió una alerta sobre los efectos negativos que las redes sociales pueden tener en la salud mental de los jóvenes. En su libro Girls on the Brink, usted señala que la situación es mucho peor para las chicas. ¿Qué ocurre?
El estrés acumulado a lo largo del desarrollo es muy difícil para todos los jóvenes. Cuando hay mucho estrés no mitigado, comienzan a ocurrir cambios en áreas del cerebro como la corteza prefrontal y en el hipocampo, donde albergamos nuestros recuerdos.
También hay cambios en el área que llamamos la red neuronal por defecto, asociada con nuestro sentido de quiénes somos en el mundo. ¿Somos una buena persona? ¿Tenemos oportunidades? ¿Cómo manejamos esa narrativa sobre nosotros mismos? ¿Creemos en nosotros mismos? ¿Nos sentimos desesperanzados o tristes? Además, vemos cambios en la amígdala, esa área con forma de almendra en la parte superior del cerebro. Eso es como un centro de alarma y es diferente en chicas y chicos. Tenga en cuenta que esto es frente a un estrés incesante.
En las chicas, vemos que su amígdala se hace más grande y eso lo asociamos con rumiar, con atascarse y reproducir los mismos pensamientos una y otra vez. Siempre se muestran diferencias en las áreas del cerebro más relacionadas con ejecutar acciones. Hay un viejo adagio que dice que cuando las niñas están abrumadas por el estrés, es más probable que actúen sobre sí mismas: como si se juzgaran a sí mismas, sintiéndose desesperanzadas, avergonzadas. Mientras que los chicos son más propensos a portarse mal. Y podemos ver en el cerebro por qué a veces eso es cierto.
Ahora, incluya las redes sociales. Las chicas están más en las redes sociales que los chicos. Sabemos que incluso si pasan la misma cantidad de tiempo en las redes que ellos, es más probable que ellas terminen sintiéndose deprimidas, ansiosas, desesperanzadas y persistentemente tristes.
En parte, esto tiene causas externas. Y es que lo que las chicas encuentran en redes sociales es mucho más sexista. Es muy probable que sea información sobre sus cuerpos, su cara, su piel, su ropa, cómo se comparan físicamente con algún falso ideal femenino bajo la mirada masculina de lo que es la perfección, de lo que es aceptable y lo que no lo es. Así que están recibiendo una carga más grande.
También es más probable que se enfrenten a esta dicotomía de -como me han dicho miles de chicas en todo el país- “si quiero ser popular, tengo que ser sexy y si quiero ser sexy, aunque tenga 11 o 13 años, tengo que fingir que soy sexualmente adulta. Pero, cuando hago eso, también tengo este montón de tipos asquerosos que me sexualizan como si fuera una mujer adulta”. Ellas son acosadas en línea, reciben comentarios. He hablado con tantas jóvenes. Ellas no quieren estar en línea de la forma en que están. Ellas quieren la ayuda de un adulto para desconectarse.
Esa forma de ser popular en internet viene con todos los aspectos negativos. Las redes sociales más populares ahora, como TikTok e Instagram, publican videos e imágenes. Y las imágenes tienen un impacto mucho más rápido que las palabras en el cerebro en desarrollo.
Hay una gran investigación que muestra que mientras más ves algo que es popular en internet, más te desensibilizas. Y eso apaga el filtro de prevención del cerebro que les dice a los jóvenes que algo podría ser una mala idea. Probablemente por eso vemos que, como dijo el cirujano general, cuando los jóvenes ven que alguien se autolesiona en internet, es más probable que imiten y reproduzcan ese comportamiento.
Regresemos a lo que dije sobre rumiar. Los cerebros de las chicas tienen más probabilidades de quedar atrapados en ese proceso. Cuando estás bajo estrés siendo adulto, hay cambios en tu cuerpo que conducen a una suerte de cascada inflamatoria. El cerebro y el cuerpo bombean más químicos y hormonas del estrés. Y con el tiempo, cuando se mantienen elevados, comienzan a producir modificaciones que podemos apreciar en los escáneres cerebrales: cambios en la conectividad cerebral en las áreas importantes que mencioné. Y no queremos ver eso.
Cuando te quedas rumiando sobre un evento -por haber sido intimidado en línea, por comentarios sobre tu cuerpo o porque fuiste excluido de algo social, por ejemplo- y lo recreas en tu mente, el efecto es como si todavía estuviera ocurriendo: tu cuerpo y tu cerebro reciben el golpe como si sucediera en tiempo real.
Las amenazas sociales son particularmente dañinas para el cerebro en desarrollo porque durante la mayor parte de nuestro tiempo evolutivo como humanos requerimos mucha cooperación y comunicación para llevarnos bien, para sobrevivir, para criar a nuestros hijos. Ser despreciado o excluido era algo físicamente peligroso porque significaba la posibilidad de quedar fuera de la tribu, por lo que era más probable que fueras víctima de los depredadores. El sistema inmunológico entraba en un estado frenético al estar expuesto.
Entonces, nuestro sistema inmunológico desarrolló esa primera señal ante una amenaza socioemocional. Esa “cascada” de hormonas y sustancias químicas de la que hablé acelera el sistema inmunológico, de manera que causan daño en el cuerpo y en el cerebro a la primera señal de esos golpes sociales. ¿Y qué son las redes sociales? Una repetición de esos posibles golpes sociales ocurriendo todo el tiempo.
Los algoritmos de las redes son creados para enganchar el cerebro con grandes sentimientos, para que sigas volviendo, para buscar la posibilidad de pertenecer. Pero eres atrapada una y otra vez por sentimientos de no pertenecer, de no importar, de rabia, desdén. Y a medida que las niñas pasan más tiempo en esas plataformas, esos grandes sentimientos que están teniendo… en el informe de los CDC: 57% de las chicas informan sentirse persistentemente tristes y desesperanzadas.
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Gran pregunta. El 90% de los padres dice que sabrían si su hija tuviera dificultades. Pero, también admiten que, en realidad, no saben la diferencia entre si un hijo o hija está realmente mal o si simplemente tienen altibajos normales. De hecho, los padres no saben cuándo sus hijos tienen pensamientos suicidas. Una de las cosas más importantes que sabemos es que cuando nuestro hijo o hija puede hablarnos sobre cualquier cosa, sin importar cuán difícil sea, eso protege enormemente su salud mental.
Un estudio de Johns Hopkins muestra que los jóvenes tienen 12 veces más probabilidades de progresar cuando pueden hablar con sus padres sobre cualquier cosa. Pero, los jóvenes me dicen que tienen problemas para hablar con sus padres sobre estos factores estresantes. Les preocupa que sus padres no puedan manejar su angustia porque ya están de por sí muy estresados. Entonces, una de las cosas más importantes es aprender los pasos para hablar con nuestros hijos sobre estas cosas en una forma que llamo neuroprotectora.
El cerebro femenino adolescente es un superpoder. Pero, para que se desarrolle, requiere que los adultos ayudemos a crear un entorno apropiado, en el que los jóvenes aprendan a expresar sus sentimientos sobre todo esto.
Y los pasos de la escucha neuroprotectora son transformadores porque permiten que nuestros hijos nos cuenten lo que están experimentando en este mundo muy, muy tóxico, incluyendo las redes sociales. La mayoría de los jóvenes no sienten que pueden hablar con sus padres sobre lo que están experimentando en las redes sociales y sobre lo estresados que se sienten.
FUENTE: nota.texto7
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