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Debatirán una nueva Ley de VIH en Argentina

La misma busca, entre otras cosas, eliminar los tests en los estudios preocupacionales. El proyecto de ley no solo se vincula al VIH, sino suma otras como la hepatitis.
Por  Redacción de TodoJujuy.com

El Senado de la Nación se encargará mañana de aprobar una nueva Ley de VIH que se ubique en lugar de la la actual 23.798 y reemplace su “enfoque biomédico” por un nuevo texto “con perspectiva de género y derechos humanos”, que fue diseñado junto a organizaciones que vienen incentivando esta reforma desde hace nueve años.

El proyecto de ley nacional de respuesta integral, a su vez, no está solo vinculado al VIH, sino que en una misma normativa se suman las hepatitis virales, otras infecciones de transmisión sexual (ITS) y la tuberculosis.

La ley de 1991 es muy buena porque ofrece la gratuidad de la prevención, del diagnóstico y del tratamiento, pero en estos 30 años hemos aprendido que no es suficiente, que hay que prestar atención también a los determinantes sociales de la salud”, manifestó el coordinador del capítulo Argentina de la Alianza Mundial contra el Estigma y la Discriminación Asociados al VIH, Matías Muñoz, esta semana en medio del webinar “Nueva Ley de VIH y Hepatitis, de Argentina al mundo”.

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Es que el proyecto tiene como fin erradicar las prácticas discriminatorias; prohibir definitivamente la prueba del VIH y otras ITS como parte de los exámenes preocupacionales; impulsar la producción pública de medicamentos e insumos; la participación activa de las personas con diagnóstico positivo en la creación de políticas; y la posibilidad de jubilarse de forma anticipada o de acceder a una pensión no contributiva de carácter vitalicio en caso de sufrir una situación de vulnerabilidad social.

“La de 1990 era una ley de emergencia de vida, mientras que la que proponemos es una ley de calidad de vida, de acceso a los derechos que nos corresponden”, manifestó a la agencia Télam el periodista y activista VIH+ Lucas Fauno Gutiérrez.

“Así como fue en los años 90 fuimos pioneros, hoy no hay otros países que estén trabajando en leyes así y hay mucha expectativa porque lo que se dice es ‘Si Argentina lo logra, nosotros también podremos’”, le comentó a la agencia Télam Andrea Rotela, de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/Sida (ICW Argentina).

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El 5 de mayo último, Diputados dio media sanción, por 241 votos positivos y solo 8 negativos, a la “Ley Nacional de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y tuberculosis (TBC)” luego de que el proyecto perdiera estado parlamentario en 2017, 2019 y 2021.

Por unanimidad y con más fuerza desde entonces, organizaciones de la sociedad civil y de personas que padecen el virus exigen la “urgente” sanción del proyecto porque “no hay más tiempo”.

Esto lo argumentan en que el 17% de las 140 mil personas que conviven con el virus en Argentina no saben del diagnóstico, mientras que cada año se registran un promedio de 4.500 nuevos casos diagnosticados y más de 1.300 fallecimientos vinculadas con el Sida.

Pero también, los años de medicalización generan un “envejecimiento prematuro”, mientras que “la discriminación histórica” dificulta el acceso a derechos básicos, como el empleo y con ello la posibilidad de acceso a una vivienda y una vejez digna.

Debatirán una nueva Ley de VIH en Argentina

La situación de las mujeres

La iniciativa le dedica todo un capítulo a “las mujeres y personas con capacidad de gestar”, relevando los derechos que les brindan respecto al acceso a la información (sobre su propia salud y la del bebé, pero también en cuanto a las opciones de parto “favoreciendo el derecho al parto vía vaginal”), así como a la atención integral durante el embarazo y posparto.

En esta línea, determina que los programas de promoción de la salud y prevención del VIH, hepatitis virales, y otras ITS tienen que “tener en cuenta las discriminaciones y violencias que sufren las mujeres”.

“Siempre fuimos un sector invisibilizado porque a la sociedad todavía le hace ruido que una mujer heterosexual viva con VIH, porque la pandemia tuvo un inicio muy vinculado a las personas gays y travestis trans. Por eso para nosotras, que nos hemos sumado sin ser protagonistas, tener una ley que nos nombra y nos defiende es importantísimo”, expresó Rotela.

En el nuevo apartado, “estamos tratando de garantizar aspectos que hoy no están, como la protección frente a la violencia obstétrica, que es mucha, porque el sistema de salud no está capacitado y pasa muy seguido, que nos desalientan de tener hijos o a tener un parto vaginal cuando tranquilamente lo podemos hacer”, añadió.

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Un estudio llevado adelante en Argentina de la Iniciativa Spotlight y ICW, dio a conocer que al 20% de las mujeres se le negó algún servicio de salud por tener VIH; y que casi 3 de cada 10 recibieron alguna vez la recomendación de “no tener hijos” por parte de personal de salud.

La iniciativa también manifiesta el diseño de dos nuevos regímenes de la seguridad social para personas con VIH o hepatitis B o C: una jubilación adelantada para quienes tengan más de 50 años, 20 de aportes y al menos 10 años como persona positiva; y una pensión no contributiva igual al 70% del haber mínimo para aquellos mayores de 18 años que estén en situación de vulnerabilidad social.

Son dos medidas para tratar de reducir los indicadores de mortalidad porque sabemos que en nuestro país aquellas personas que mueren por causas relacionadas al Sida, mueren por causas relacionadas con la pobreza y la discriminación”, indicó Muñoz.

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También el proyecto apunta a las cinco “poblaciones clave y/o en mayor vulnerabilidad” detectadas por Onusida (personas transgénero, personas que ejercen el trabajo sexual, varones que tienen sexo con otros varones, personas en situación de encierro y/o personas que usan sustancias psicoactivas) aunque sin enumerarlas, determina sanciones para diferentes incumplimientos de la ley, y crea el Observatorio Nacional sobre Estigma y Discriminación en relación a la condición de persona positiva.

“Si yo me paro y digo que soy una persona diabética, no genera ningún ruido o situación más allá del comentario ‘uy qué cagada’, pero no es así cuando uno dice soy VIH+: la mirada del otro cambia y más si estás queriendo conseguir trabajo o relacionarte sexoafectivamente con otra persona; lamentablemente no nos pasa seguido”, dijo Rotela.

El texto también deroga el Decreto 906/95 que establecía la obligatoriedad del test para ingresar o permanecer en las Fuerzas Armadas y de Seguridad, y crea instancias para combatir la “criminalización por la sola condición de la infección”.

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Si bien no reforma las leyes penales existentes, es una antesala fabulosa hacia la eliminación de la criminalización. Argentina es un país que lamentablemente tiene tres condenas por la supuesta transmisión del VIH: un de 2000, otra de 2015 y la última de 2021. Varias organizaciones estamos trabajando en la capacitación de agentes del PJ para poder mejorar esta situación, algo muy importante ante el avance conservador”, detalló Muñoz.

Mañana el Frente Nacional por la Salud de las Personas Viviendo con VIH, que se encuentra conformado por más de 40 organizaciones, se manifestará en el Congreso a partir de las 12 para acompañar el desarrollo de la sesión prevista para las 14.

En vísperas de una posible aprobación, es importante tener presente que una ley aprobada es un camino a seguir trabajando, no es la culminación de una lucha sino otro comienzo nuevo hacia la reglamentación, su implementación, su difusión. Con la aprobación celebramos pero también avanzamos hacia nuevos objetivos”, culminó Gutiérrez.

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